Daredevil: Omnigold tomo 1: ¡El Hombre sin Miedo! (1964-1967) Vamos con el primer tomo de Daredevil, que incluye los inicios de la colección del cuernecitos.
El primer número incluido es, obviamente, el del origen del personaje. Como historia de origen me parece que está bastante bien, más allá de algunas similitudes con la de Spiderman, especialmente la de la sed de venganza ante el asesino de un ser querido.
La adquisición de sus poderes por un accidente con productos químicos y la vinculación al mundo del boxeo son buenas ideas. También tiene su encanto como va descubriendo sus poderes, sin olvidarnos de la presentación de sus principales secundarios, Foggy Nelson y Karen Page, y el bufete de abogados Nelson & Murdock.
En general el número está bien estructurado pese a que es hijo de la época y el dibujo de Bill Everett es bastante mejorable.
Como parece que Everett no estaba muy por la labor, Stan Lee se tuvo que buscar otros dibujantes sin que se quedara ninguno fijo durante algún tiempo.
El baile de artistas es continuo, pero por lo menos su nivel es más que bueno, con la particularidad de contar con dos de las estrellas de la editorial EC en los 50, Joe Orlando y Wally Wood.
A ellos se suman Bob Powell, John Romita y algunos bocetos de Jack Kirby, hasta la llegada de Gene Colan que se queda para muy largo tiempo. No está nada mal.
Entran Orlando y Wood.Los números de Joe Orlando se ven perjudicados por el entintado de Vince Colletta, que deja aquí su peor impronta. De todas formas no creo que esta breve etapa esté entre los mejores trabajos de Orlando.
Estamos ante historias en las que uno de los pocos alicientes es ver en acción a nuestro protagonista haciendo uso de sus poderes. Porque lo que es Foggy aporta bien poco, más allá de ser uno de los vértices del triángulo amoroso, mientras que Karen no es más que la chica funcional de turno. Los bocadillos de pensamiento que se intercambia con Matt ya los hemos visto antes en los casos de Jean Grey/Scott Summers y Jane Foster/Don Blake.
No hay más que rascar en números pobres en guion. Bueno sí, se presentan algunos villanos clásicos como el Búho y un más que interesante Hombre Púrpura.
Un ejemplo de cómo a Stan Lee la ingenuidad sistémica a veces se le va de las manos está en el episodio del Búho, cuando el villano logra maniatar a Daredevil pero se le ocurre cualquier cosa menos quitarle la máscara para saber quién es. Ni tanto ni tan calvo.
Por su parte, Wally Wood se entinta a sí mismo varios números con resultado satisfactorio. Luego va combinando bocetos, lápices y tintas con Bob Powell, en unos números que tampoco lucen mal.
El pobre Wally tiene el dudoso honor de lidiar con uno de los villanos más nefastos de los 60, el Matador. Un torero, sí, cuya única arma es su habilidad con la capa. Ni superpoderes ni leches, con el trapo se basta para dejar en ridículo al cuernecitos.
La trama tampoco tiene desperdicio. Al parecer la motivación del villano no es otra que vengarse de la humanidad por los abucheos que recibía en la plaza de toros (?). Y luego a Matt no se le ocurre otra cosa para engañar y atraer al ridículo villano, que divulgar que en realidad el Matador es Daredevil disfrazado y que el Daredevil derrotado era un suplantador, contratado para alejar las sospechas de él no se sabe muy bien de qué.
Los siguientes números, sin ser nada del otro mundo, al menos tienen su encanto. El simpático número de la Hermandad del Miedo y la intriga que rezuman los episodios de presentación del Zancudo y los Ani-Hombres. Más el recurrente número co-protagonizado por Namor, siempre imponente, con buenas dosis de plena acción, que nos trae una de las dos novedades importantes que faltaban para consumar a nuestro héroe: la presentación del clásico y definitivo traje rojo, notablemente superior al inicial amarillo y negro. La otra novedad la tenemos en el siguiente número: la existencia del sentido del radar de Daredevil, que aparece de la nada sin más explicaciones.
No faltan los despistes de guion. En el primer episodio de los Ani-Hombres, ¿Cómo ha entrado el Hombre-Gato en la cámara acorazada?
El turno de Romita.Es el debut de John Romita en Marvel, que ya desde el primer instante da muestras de su habilidad con el lápiz. Empieza con un arco argumental de piratas bastante loco y donde hay un poco de todo, ambientado en la Tierra Salvaje, Inglaterra y algún lugar del Atlántico. Creo que funciona mejor como aventura de Ka-Zar con Daredevil de invitado que como aventura de Daredevil con Ka-Zar de invitado. De hecho, es la historia donde se cuenta el origen del señor de la jungla oculta. Pero no está nada mal, es un buen arco. Lo mejor: Romita y el dinamismo que le imprime a la historia.
El tándem Lee-Romita sigue resultando en el resto de historietas que producen.
Son historias arquetipo de colección modesta de Marvel que se lee bien y distrae. Se mueven en lo simple pero resultón, además de contar con dibujos que son un placer.
Los diálogos de Stan Lee están mejorados, pero es con la aparición de Spiderman, invitado en la aventura del Merodeador Enmascarado, y su jocosa verborrea dedicada a los villanos, cuando más está en su salsa.
Pese a todo, el número de presentación del Gladiador es un sinsentido. Primero, por su móvil de patio de colegio: odia a los superhéroes porque llevan trajes ridículos y por lo tanto hay que darles una lección. Y segundo, por el disparatado plan de Foggy para impresionar a Karen: hacerle creer que él mismo es Daredevil, engaño que con total seguridad iba a ser descubierto más pronto que tarde. Eso sí, el Gladiador mola.
Tras estos números John Romita pasa a sustituir a Steve Ditko en Amazing Spiderman. No es de extrañar, en estos tebeos se constata que su estilo le va como un guante al trepamuros.
El inicio de la etapa Colan.Con la entrada de Gene Colan la parte gráfica llega al culmen de la serie. Bueno, sólo podría mejorar si el entintador fuera Tom Palmer. A nivel argumental siguen siendo unos tebeos simplones, donde no falta alguna idea descabellada.
Quizás sea que el espectacular dibujo me confunde, pero las historias que se cuentan me resultan amenas. Narrativamente Colan aporta muchísimo, hasta el punto que me atrevería a decir que llega a mejorar las tramas.
Tenemos la dispar aventura del Búho, un tipo que impone lo suyo, y su búho mecánico de estética steampunk. A continuación de nuevo la alianza entre el Merodeador Enmascarado y el Gladiador, con la ocurrente creación del trihombre, claro precedente de los humanoides creados por MODOK, también obra de Gene Colan pero en la serie del Capitán América. Hasta ahí bien, porque los últimos números del tomo, siempre obviando la parte gráfica, son más prescindibles.
Dejando de lado un villano lamentable como la Rana Saltarina, tenemos la nueva ocurrencia de Stan Lee, incluso más disparatada que cuando Foggy intentaba convencer a Karen de que él es Daredevil.
Resulta que para salvaguardar su identidad secreta a Matt no se le ocurre otra cosa que inventarse un hermano gemelo, Mike Murdock, que por supuesto sería el alter ego de Daredevil. Por lo menos Matt se da cuenta al momento de la idiotez que les acaba de contar a Karen y Foggy, pero la patraña sigue adelante. No tiene precio ver a Matt interpretando el papel de un hermano payaso y de personalidad opuesta a la suya propia, y que encima ese comediante repelente sea nuestro admirado héroe. El desaguisado no tiene fácil arreglo pero eso ya se verá en el segundo tomo.
Algún elemento interesante también hay en estos números, como el juego que da la identidad secreta del Merodeador Enmascarado.
Si algo evidencia este primer tomo es que a la colección le falta singularidad. Más allá de asentar las bases para lo que vendría más adelante, tiene poco de especial desde la existencia de otras series de la factoría, fundamentalmente Spiderman.
Pero eso no quita que, coincidiendo con la llegada de John Romita, la serie encadene varios arcos argumentales entretenidos. Mike Murdock aparte.
Así que no me parece un mal tomo, en todo caso regular. Y en la parte gráfica muy recomendable.