He leído
El Green Lantern Nº 5.
Retomo la lectura de la serie tras mi
anterior comentario.
Espero no equivocarme, pero creo que este es el número en el que tenemos un punto de inflexión importante, principalmente porque creo que ya se está dejando ver por donde quiere ir Grant Morrison y debo decir que todo comienza a cobrar sentido. Como veníamos diciendo desde el principio, el escocés enfoca este proyecto desde el género policíaco, en una combinación con la ciencia ficción, aunque aquí tenemos también cierto homenaje al terror más clásico. Y creo que no hay un concepto más policial que
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. Como comenta
Thesystemhasfailed esto es un concepto bastante visto, sobre todo en el cine, o en cualquier novela de este género, pero a pesar de ello, creo que Morrison lo reviste de cierta originalidad, además de ofrecernos una buena historia con cierta solidez argumental y una narrativa gráfica bastante impresionante. Una historia manida e interesante en este aspecto sería, por ejemplo, Equipo rojo de Ennis, pero a pesar de que Morrison parte de la misma base, construye algo muy diferente en otra línea distinta. No inventa la rueda, eso es cierto, pero sigue siendo un buen cómic y aporta aspectos interesantes.
Este número está dividido en dos partes claramente diferenciadas. La primera de ellas se centra en las pruebas que Hal debe superar en el planeta Vorr para convertirse en un Blackstar. Sin su anillo de poder, deberá demostrar su tenacidad y fuerza de voluntad por otros medios, hasta conseguir las diferentes partes de la armadura que lo conviertan en un Blackstar de pleno derecho, guiado por Belzebeth. Dicho así, sí que puede parecer algo simple y plano, tal y como apunta
Thesystemhasfailed, pero creo que hay algo más que subyace en esta trama que quizá se pueda escapar a simple vista. A mi modo de ver, la parte más esencial es que como cualquier tipo de prueba, hay un alto componente de viaje iniciático. No olvidemos que el lector en ese momento desconoce los verdaderos motivos que guían a Hal, por lo que se percibe como un acto de superación del personaje demostrar que su fuerza de voluntad es capaz de afrontar cualquier miedo, y que para superar cualquier miedo es necesario enfrentarse a él. Una enseñanza básica, pero no por ello menos interesante. Para remarcar este enfrentamiento de sus propios miedos, Morrison presenta un planeta que nos retrotrae a un mundo propio de las películas de terror. Y muy atentos al planeta Vorr, porque el escenario de la historia presenta algunas pequeñas sorpresas. Ya en la primera página, podemos ver que los habitantes son vampiros, pero no unos vampiros cualquieras, sino que tenemos ahí a Morbius, a la versión de Drácula de Francis Ford Coppola, incluso me parece ver ahí al Tom Cruise del Entrevista con el vampiro, así como otros que me cuesta identificar. También hay un personaje que tiene pinta de ser un autor, pero no sé si Morrison quiere hacer una referencia a Polidori o a algún otro. A esto habría que añadir unas criaturas que recuerdan mucho a la película Temblores, incluso el monstruo final es muy parecido, aunque también creo que es evidente que Morrison deja varios homenajes a los relatos de terror de la editorial EC y a las revistas en blanco y negro de Warren. Son detalles insignificantes, imágenes concretas que recuerdan a algún relato o portada, y cosas así. Yo lo he visto claro, Morrison nos ha querido colar aquí una de las referencias típicas de Moore.
La segunda parte de la grapa sirve para arrojar luz sobre aquellos que nos tenía preocupados desde hace unos números, ya que no se terminaba de entender la forma de actuar de Hal. A través de un flashback,
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Esto lo explica todo, y creo que Morrison no solo demuestra que conoce y entiende al personaje, sino que tiene un plan meditado para su etapa. Sinceramente, hasta el momento he tenido mis dudas, pero esta revelación y el desarrollo de este número m dan una perspectiva diferente, y ahora sí que puedo decir que volvemos a tener un gran trabajo de Morrison con uno de los principales iconos de la editorial, demostrando una vez más que en la actualidad cualquier obra suya es un valor seguro y que es uno de los guionistas del medio en estos momentos, sobre todo por su forma de tratar al lector y hacerlo cómplice de sus guiones. Por si fuera poco, se plantea la siguiente prueba de Hal en el planeta Rann, que no es otra que
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Habrá que estar muy atento cómo Morrison sale de este atolladero, pero no se puede negar que cada entrega de la colección nos deja un
cliffhanger más complejo e interesante que el anterior.
Por último, creo que hay que destacar la labor de Liam Sharp en esta serie, que sigo pensando que posíblemente se acabe convirtiendo en el mejor de su carrera. Si hasta el momento hemos visto sus grandes capacidades de narrativa, el detallado trazo y su habilidad para el diseño de personajes imposibles, aquí da una vuelta de terca a la hora de mostrarnos Vorr, con algunas viñetas y páginas tremendamente alucinantes. Sinceramente, jamás hubiese esperado de este artista un trabajo similar y parece que en cada número de la serie no hace más que aumentar mi sorpresa con él. La idea de Morrison parece estar cobrando forma pero es que el trabajo de Sharp parece estar mejorando número a número. Esto me hace pensar que quizá estemos ante una de las series más redondas del momento, o al menos una de las pocas en las que el guionista y el dibujante se compenetran mucho mejor que en otras de la actualidad. Con ganas de ver como continúa, pero creo que Morrison ya me tiene enganchado y me ha convencido totalmente.