Los Cuatro Fantásticos: Omnigold 7: ¡Los Cuatro Terribles Contraatacan! (1972-1974) Reseña en la web de Universo Marvel:
https://www.universomarvel.com/resenas-los-cuatro-fantasticos-omnigold-7-los-cuatro-terribles-contraatacan-1972-1974/Tras la marcha definitiva de Stan Lee en el anterior volumen, el séptimo tomo recopilatorio de la colección de los 4 Fantásticos da inicio a una nueva etapa guionizada por Roy Thomas.
La parte gráfica sigue a cargo de John Buscema, con el entintado de Joe Sinnott. Afortunadamente.
La primera línea argumental viene protagonizada por La Cosa. Obsesionado con curarle la ceguera a Alicia, no se le ocurre otra cosa que viajar a los dominios del Hombre Topo presintiendo que dispondrá de una cura al respecto.
Como era de esperar, nuestro anaranjado amigo se acaba metiendo en la boca del lobo. En alianza con Kala, reina del Inframundo, a quien ya vimos en la serie de Iron Man, el Hombre Topo logra aprisionar a La Cosa. También Tyrannus, aparentemente esclavizado por su gran rival, desempeñará un importante papel.
El arco ofrece buenas dosis de aventura y es entretenido, pero nada excepcional. Quizás demasiadas vueltas de tuerca y demasiadas explicaciones en el desenlace. Aunque Thomas hace un buen trabajo en los diálogos y se nota que le pone cariño a la colección.
Quizás lo más resaltable son las tensiones que empiezan a aparecer entre Reed y Sue. Lejos del papel de esposa obediente y servil de sus inicios, Thomas nos muestra a una Sue Storm de marcada personalidad. Los movimientos de liberación de la mujer crecientes entre la juventud americana de los 70, son sin duda el origen del cambio. Por el contrario, Reed empieza a quedar retratado como un individuo de personalidad un tanto retrógrada.
Lo más interesante empieza en las subsiguientes líneas argumentales, que quedan en parte enlazadas.
Por un lado, Johnny decide ir al refugio de los Inhumanos por su cuenta y riesgo en busca de Crystal.
Y por otro, la Cosa sufre un encuentro con los Cuatro Terribles. Ben recibe la ayuda de la propia Medusa, ex del grupo de villanos, que deambulaba por allí.
El enfrentamiento ante los Cuatro Terribles tiene como gran aliciente la presentación de un nuevo cuarto miembro. Se trata de Thundra, una titánica mujer de dos metros dispuesta a medir sus fuerzas frente a la Cosa.
La espectacularidad de las batallas campales entre unos y otros es de las que quitan el hipo. John Buscema en un trabajo narrativo realmente tremendo.
Sin complicaciones innecesarias, los autores completan un muy buen arco con el escenario trasladado al cuartel de los Cuatro Fantásticos, y con Sue entrando en la batalla debiendo dejar a su hijo Franklin a un lado.
Dos hechos importantes suceden aquí. De entrada, Sue abandona el grupo ante la reprimenda de un Reed en plan carca, hasta que su marido la trate como a una igual dentro del grupo. En clara referencia a la igualdad de género. Mientras que el propio Franklin empieza a dar muestras de que algún tipo de poder encierra.
Por su parte, la Antorcha, ya en el refugio de los Inhumanos, se encuentra con una desagradable e inesperada sorpresa. Tal como ya se vio en la colección de los Vengadores, Crystal está ahora unida sentimentalmente a Mercurio. Sorprendentemente, Crystal todavía luce el uniforme de los 4 Fantásticos, pero en el siguiente número, justo en la misma escena, aparece con su uniforme Inhumano. Es evidente que hubo un error al grafiar a Crystal en su primera aparición, que rectificaron en la siguiente.
Un número, por cierto, excepcionalmente no dibujado por Buscema sino por Ross Andru. En él asistimos a una revuelta de los Alfa Primitivos y un titán que les sirve llamado Omega. Los Alfa Primitivos son un nuevo invento, creo que funcional para el desenlace del arco, que representan la clase obrera de los Inhumanos, a modo de sirvientes autómatas. El enfrentamiento acaba siendo más una excusa para que la Antorcha y Mercurio peleen codo a codo para rescatar a Crystal y limar asperezas, en lo que parece un número más propio de Marvel Team-Up.
Con la entrada en la batalla de todos los Inhumanos más Reed y Ben, el arco mejora bastante, con una parte final con bastante jugo.
Tenemos un mensaje antiesclavista y anticlasista, aleccionador para el pueblo de los Inhumanos. Para mi gusto bien planteado.
También la entrada en el cuarteto de Medusa en sustitución de Sue, así como un cambio de look para la Antorcha, que luce ahora un uniforme rojo.
Y finalmente, una emotiva despedida de Crystal por parte de un resignado Johnny.
Conway se suma al elenco.El infaltable Gerry Conway también logra hacerse un hueco en la serie inicial del Universo Marvel, si bien en unos pocos números salteados Thomas ejerce de argumentista.
El número inicial, dibujado por Ramona Fradon, es el típico número navideño pretendidamente gracioso. Thundra desafía a Ben a un combate que termina en espectáculo multitudinario en un estadio.
A partir de aquí tenemos varias líneas argumentales extensas que me parecen un disfrute. Algunas sacan a relucir algunas imperfecciones, pero creo que sus virtudes superan ampliamente sus defectos. También es cierto que John Buscema y Joe Sinnott facilitan mucho las cosas con su excepcional trabajo gráfico, pero Conway creo que está a un excelente nivel.
El primer adversario es Gideon, recuperado de los primeros años de la colección del cuarteto. Y bueno, el villano será de segunda fila, pero el arco argumental me parece muy completo. Emoción, divertimento y ese final relativo a Sue y Reed, entre tierno y dramático. Para mí, una de las mejores historias del presente tomo.
El Conformador de Mundos, a quien ya conocíamos de la serie de Hulk, se erige en el arquitecto de la siguiente línea argumental. Otro fascinante relato en forma de aventura retro futurista. Una locura que da pie a la libre imaginación de los autores, por momentos hasta extremos surrealistas. Conway, muy metido en la colección, aprovecha también para meter buenos trazos de crítica social.
El espíritu de puro entretenimiento sigue en una nueva trama en la que recuperamos a Wyatt Wingfoot, el amigo universitario de Johnny. Así como también tenemos de vuelta otro villano todavía más lejano y todavía más anodino.
Se trata del Hombre Milagro, por el cual Conway y Buscema obran el milagro de que luzca bien. El secreto está en presentarnos a un villano invadido por la locura, pero hasta límites exagerados. El arco, que tiene como escenario las colinas negras y reservas indias, resulta muy entretenido. Pese a lo inverosímil de los ilimitados poderes del Hombre Milagro, teniendo en cuenta la fuente de su obtención, y al desenlace de la historia poco desarrollado.
No sólo de acción vive la colección, el juego de emociones también está bien trabajado. Especialmente en lo que respecta a la frialdad en la relación entre Reed y Sue, siendo el propio Reed quien lo lleva peor.
En cuanto a Medusa, se ha integrado muy bien en el cuarteto. Como siempre he tenido debilidad por los poderes de Medusa, su incorporación me parece una gran idea.
Quizás la línea argumental más ambiciosa de esta etapa es la de Annihilus, aunque yo le pondría algunos peros.
Creo que se dedica demasiado espacio a la cháchara del villano, a las explicaciones que el ser de la Zona Negativa nos da sobre su origen y sobre sus planes. Un relato de origen, por cierto, un poco tópico. Tampoco queda muy bien explicado como pretende multiplicar su poder.
Pero el arco ofrece una segunda mitad bastante potente. El enfrentamiento entre el grupo protagonista y el villano es explosivo. Y ese final que casi termina en tragedia es de los que dejan sin habla. Impresiona ver la caída en desgracia de alguien tan íntegro como Reed.
Cambio de tercio en el apartado gráfico.Por desgracia, todo lo bueno tiene un final. La mágica etapa de John Buscema en la colección llega hasta aquí, siendo sustituido por un Rich Buckler que intenta segir su estela. Lo cierto es que al bueno de Rich le sale un buen trabajo, aunque seguro que el entintado de Joe Sinnott tiene bastante que ver. Conway sigue impertérrito en el apartado escrito.
Y será casualidad o no, pero creo que a partir de aquí la serie empieza a torcerse.
Con el cuarteto resquebrajado por los cuatro costados tres el incidente del último número, cada uno de sus miembros originales parten hacia diferentes destinos conscientes de que todo ha terminado.
Pero pronto se ven involucrados ante una nueva amenaza. Se trata de su acérrimo enemigo, el Doctor Muerte, que aprisiona a todos los héroes protagonistas, uno a uno.
Conway nos trae de vuelta al Doctor Muerte más despiadado y cruel. Malo malísimo sin más matices. De nuevo dispuesto a intentar gobernar el mundo, esta vez mediante el uso de un nuevo artefacto, la Bomba Vibracional. El ingenio es capaz de emitir ondas por todo el planeta con el fin de imprimir un sentimiento de lealtad hacia su figura.
Muerte cuenta con la ayuda de sus androides y de un supuesto demonio llamado Darkoth, creo que muy bien diseñado.
¿Y qué papel juegan los capturados 4 Fantásticos en el plan de Muerte? Pues el de espectadores privilegiados a los que restregarles su triunfo.
La trama cuenta con varios desatinos, para mi gusto.
A parte de cierta simpleza argumental, la imagen de Muerte queda desvirtuada ante su ingenuidad tras contarle a Darkoth la veracidad sobre su realidad, y que éste lo traicione. Y la riña entre la Cosa y Darkoth resulta un tanto innecesaria e infantil en sus formas.
Pero el desenlace no está mal, después de todo, y en general es un arco correcto.
Lo que viene a continuación es bastante peor. Con Ross Andru de nuevo como dibujante transitorio.
Unos hombres de las nieves bastante chapuceros se apuntan también a la conquista de la Tierra, en una trama que parece un calco aberrante de la anterior ante el Dr. Muerte.
En su caso, los peludos habitantes del Himalaya se valen de un artefacto ultra sofisticado con el que pretenden bajar la temperatura media del planeta bajo cero. De esta forma toda la superficie será habitable por su raza y la conquista será una realidad. Francamente, una tontada.
También sorprende la aparente normalidad con la que el cuarteto protagonista vuelve a convivir, tras haber puesto a Reed de vuelta y media hace apenas nada.
El siguiente turno es para el primer Giant-Size dedicado al cuarteto.
Resulta curioso cómo, a partir de aquí, el dibujo de Rich Buckler da un giro hacia el estilo de Kirby. Y sin cambios en el entintado, siempre a cargo de Joe Sinnott.
El número no es más que una excusa para un nuevo enfrentamiento entre Hulk y la Cosa, aunque esta vez con los cuerpos intercambiados. Y una Thundra que parece metida con calzador para soltar cuatro comentarios supremacistas del sexo femenino sobre el masculino.
No tiene más, más allá del desfile de mamporros.
La crisis entre Reed y Sue se adueña de la siguiente línea argumental. Sue confiesa su amor por Namor de forma sorprendente, y se larga con el atlante.
Aparte de la expectación por cómo terminará el culebrón, el desarrollo argumental es endeble en ideas, en especial la sorpresa final.
Y en medio de todo, un nuevo ataque de los Cuatro Terribles, ya con Thundra más del lado de los buenos que de los malos. Eso sí, la chica sigue dando la matraca en su intención de medir fuerzas con la Cosa.
En general, en el arco, todo muy fuera de lugar. Sobre todo, ver a Namor convertido en una especie de reconciliador matrimonial choca frontalmente con su conocida personalidad.
Quizás lo mejor de esta parte final del volumen es el segundo Giant-Size. John Buscema se vuelve a poner puntualmente a los lápices, y eso se nota.
Se trata de una historia de viajes en el tiempo de lo más hechizante, por mucho que vaya por libre y quede un tanto comprimida. En especial, la parte final en la línea temporal en la que se enfrentan a Tempus, me parece altamente imaginativa.
El tomo finaliza con un crossover con la colección de los Vengadores.
La excusa es la boda entre Pietro y Crystal en el refugio, al que se trasladan los Vengadores y los 4 Fantásticos como invitados.
La parte dedicada a las relaciones de buena parte de los protagonistas, con sus celos, fobias, dudas, etc, es demasiado culebrón para mi gusto. Junto a los diálogos de Englehart, de tono “infantil”, completan lo peor del arco.
El interés se ve incrementado en el apartado de más pura acción. En la progresiva caída de algunos Vengadores y en la revelación de que Ultrón-7 está detrás de todo. También en la decisiva intervención de Franklin y su feliz recuperación. Y especialmente en las expectativas que despierta lo que aparentemente sólo parece haber advertido Agatha Harkness.
El epílogo con la celebración del enlace matrimonial, como era de esperar, nos ofrece las pertinentes dosis de pomposidad.
Conclusión.Me parece muy recomendable toda etapa post-Kirby con John Buscema al arte gráfico. No llega a los niveles de la época dorada de Kirby, básicamente el tercer tomo y buena parte del cuarto, pero creo que supera al resto.
En este caso, más de la mitad del tomo pertenece a esta etapa dibujada por Buscema. Tanto la parte guionizada por Roy Thomas, como la escrita por Gerry Conway, me parecen notables.
El resto, mayormente dibujado por Rich Buckler, está bastante por debajo. Pero creo que más por responsabilidad del propio Conway.
Lo que no impide que en conjunto considere este tomo como bastante recomendable.