Nightcrawler, la historia me está gustando
Se nota que te gusta el personaje.
Aquí os dejo con los capítulos 7 a 9 de la Fortaleza:
Capítulo VII
Isobe entró en el palacio del emperador en Hamada. El emperador tenía rasgos muy similares a los de Isobe, aunque su pelo empezaba a encanecer. Vestía unas ropas increíblemente lujosas, sin duda dignas del emperador de Japón.
-Konichi-Wa, padre.
-Buenos días, hijo.
-La caravana está fuera. Hemos llegado sin problemas, pero nos atacó un ninja. Se hacía llamar Himeno.
-Lo conozco. ¿No es el hermanastro de Sugimori?
-Sí, padre. Matsui defendió la caravana.
-¿Y los demonios?
-No sabemos nada de ellos. Nos atacaron cuando llegamos a Hamada.
-¿Puede ser cosa de Himeno?
-No lo sé, padre.
-¿Qué opinas?
-Dudo que Himeno sea capaz de tal cosa. Sin embargo, Sugimori…
-Sugimori no tiene nada que ver con esto, hijo. Deberás defender Japón de los demonios.
-Padre, mis días de samurái están olvidados.
-¡No oses incumplir mi voluntad, Isobe! Comenzarás por Hamada. Después viajarás al oeste hasta Kitakyüshü. Continuarás por Fukuoka…
-Con todos mis respetos, padre, dudo que pueda hacerlo aunque me acompañe Matsui…
-No oses llamarte hijo mío si renuncias a esta misión.
-No lo haré, padre-dijo Isobe, extrayendo su katana de una funda y clavándola en el suelo de madera. Después se giró y se marchó.
Capítulo VIII
Isobe salió del palacio del emperador. Matsui le estaba esperando.
-Isobe, ha sido un placer verte de nuevo-dijo el yojimbo.
-No. El emperador desea que pongamos rumbo a otra misión. Dejaremos a Yukio a salvo con los yojimbos del emperador.
-No era esto lo que habíamos acordado.
-No. Te pagaré cuando lleguemos a Hiroshima.
-Hei. Será un placer seguir trabajando contigo.
Los dos hombres se alejaron en el horizonte a paso firme, aunque relajado.
Capítulo IX
Himeno agarró con firmeza la Cortahierbas y saltó, girando en el aire. Delante de él había una estaca de madera muy gruesa. Al girar en el aire extendió la Cortahierbas y partió la estaca por la mitad.
-Increíble.
Contempló el filo de la Cortahierbas. No tenía ni una pequeña marca que indicara que había partido una estaca de madera increíblemente gruesa.
La Cortahierbas tenía una gran historia. En realidad, tenía muchas historias.
Una de las leyendas narraba la creación de esta espada, aunque en realidad muchas otras leyendas decían todo lo contrario.
La leyenda narraba cómo un dios llamado Susanoonomikoto llegó a Japón y en un paseo encontró una cabaña en la que había un matrimonio anciano que lloraba abrazando a su hija (la chica se llamaba Kushinada Hime). Según la pareja, una serpiente de 8 cabezas, tan grande como las montañas, se estaba llevando a una de sus 8 hijas cada año, de las cuales ya sólo quedaba esa. El demonio-serpiente iba a regresar muy pronto, y Susanoonomikoto le prometió a los ancianos que acabaría con él. El dios convirtió a la chica en un peine sagrado, colocándoselo en la cabeza. Para matar al engendro, pidió a la pareja que colocase 8 vasos de sake, una bebida alcohólica muy popular en Japón, en 8 puertas de la casa. Al llegar “Yamata no Orochi” (”Serpiente de 8 cabezas”) cada cabeza cae borracha de sake, y Susanoonomikoto aprovecha para cortarselas una a una. Cuando se dispone también a cortarle la cola, nota que está bastante dura, una vez que la raja encuentra en su interior una espada. El nombre que en un principio recibió dicha espada era “Amenomurakumo no Tsurugil”.
Otra leyenda, mucho más fiable, narraba cómo el emperador Keiko había tenido uno de 80 hijos. Un día el jefe rebelde de los Kumaso en Kyushu, Takeru, se levantó contra el emperador y su corte. El príncipe se disfrazó de sirvienta para un banquete al que sabía que asistiría Takeru. En el banquete Takeru se emborrachó, y entonces el príncipe le apuñaló. Asombrado por el valor del joven, le susurró con su último aliento las palabras “Yamato no Takeru no Mikoto”, abreviadas simplemento con “Yamato-Take”: “El valiente héroe del Japón.”
Años después, en una batalla contra los rebeldes del oeste, el príncipe se detuvo a orar en una capilla. Fue entonces cuando su tía, la princesa Yamato-Hime, alta sacerdotisa de la capilla, le dio una espada sagrada de las capillas de Ise, la espada de Kusanagi-no-tsurugi. En la batalla, cuando los rebeldes descubrieron al príncipe, prendieron fuego a la hierba para matarlo. El príncipe se salvó cortando la hierba con la espada de Kusanagi-no-tsurugi. La Cortahierbas.
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Y este es Isobe: