Final Fantasy VII fue uno de los grandes artífices del éxito de la Playstation (el otro era que si le tosías encima la tenías pirateada y tenías juegos a cascoporro). La imagen de la consola siempre la asocio con este videojuego siendo posiblemente un top 3 de la consola para mi gusto y uno de los grandes de todo tipo de plataformas.
Su mayor baza es una historia atrapante por medio de diálogos mil (esa traducción...) y unos personajes tremendamente carismáticos (salvo el gato que iba montado en un robot
). Recuerdo que cuando lo jugaba por primera vez, casí 20 años de eso, estaba abrumado por la extensión de los escenarios cuando estaba en la ciudad del principio, y casi me caigo de la silla cuando de repente salgo de la ciudad y me encuentro con un mundo tremendamente extenso y que abarcaba muchas más horas de las que llevaba jugado.
El villano era un Magneto de la vida, tanto físicamente como en su historia, dejando momentos muy buenos. El protagonista va ganando enteros conforme va pasando la historia y encima tiene secundarios de lujo y que cada uno tiene su momento de gloria a lo largo de la historia. Especial mención a Aerith (o como se llame, dado que yo también le cambiaba los nombres a todos por el de amigos).
La jugabilidad es el combate a turnos dinámico. Tienes una barra de energía que se va recargando hasta que te toque, lo que significa que no es tan estático como los turnos puros y permite jugar con estrategia. Eso sí, con el tiempo acabas hasta las narices de combatir seguido.
Los puzzles son anecdóticos y apenas requieren pensar en exceso. Pero claro, es que esto como los combates están al servicio del verdadero protagonista que es sin duda la historia.
Y a mayores, el mundo está plagado de historias y minijuegos variados como es el de defender la torre dónde había un huevo de fénix, los juegos de azar (marca de la casa y que en el FFVIII reforzarían con el juego ese de cartas) y muchos otros.
En definitiva, una verdadera joya que no acusa los años.