He leído Géneros DC: Tor
Se trata de una miniserie de 6 números publicada por DC durante 2008 y 2009, en la que tenemos al legendario Joe Kubert como autor completo de una creación suya que vio la luz en la década de 1950, la cual nació en una editorial independiente y pasó a publicarse en DC, incluso tuvo una miniserie en Marvel. A pesar de toda la trayectoria de Tor, es una lectura totalmente autónoma y todo lo que necesitas saber para disfrutarla ya lo cuenta Roy Thomas en un estupendo prólogo. Aunque también es cierto que tiene un final abierto, que podría tener una continuación en el futuro, algo que parece que estuvo en la mente del autor y no sé si llegó a materializarse.
Hay muchos aspectos interesantes en esta obra, quizá el primero y más destacable sea el dibujo de Joe Kubert, que a mi me parece una especie de cruce entre John Buscema y Neal Adams. Hay un buen nivel de detalles, también cierta inestabilidad en ocasiones, pero en líneas generales me parece que gráficamente estamos ante un tebeo muy bueno. Además, hay una innegable fuerza en la narrativa de Kubert, que suple cualquier carencia que pueda presentar por los avatares de la edad.
El segundo aspecto destacable es sin duda el guión y el papel del propio protagonista. La historia se desarrolla en un entorno prehistórico, combinando el género de aventuras clásico con una fantasía en un reconocible tono pulp. De hecho, el protagonista, Tor, es una curiosa mezcla entre el Conan de Howard y el Tarzán de Burroughs, algo que destaca el propio Thomas, reconociendo que fue parte de su inspiración para trabajar en una adaptación al cómic del cimmerio. Por otro lado, es remarcable ciertas reflexiones implícitas en la obra que parece intentar mostrar como serían los antiguos homínidos que se comenzaron a plantear dudas existenciales o que se salían del código de vida tradicional para ser rechazados de sus clanes. De ese modo, el argumento incluye una crítica al ser humano y su intrínseca naturaleza, en la que tiende a rechazar a todo aquello que no entiende o considera fuera de lo normal. Tor no es un cavernícola corriente, sino que es alguien imaginativo, inteligente y con un código de conducta que se sale claramente de la norma, lo que lleva a ser expulsado de su clan y vivir aventuras en las que se encuentra con seres antidiluvianos y criaturas extintas o posibles mitos y leyendas, así como con animales imposibles de un mundo anterior al nuestro y que evocan ecos de la fantasía heroica. Todo ello en un escenario violento, donde conocerá el amor, el odio durante una serie de aventuras en las que ser diferente será tanto una maldición como una bendición.
También es interesante resaltar que Kubert no utiliza bocadillos ni globos de pensamiento, repitiendo el estilo del Príncipe Valiente de Foster, una idea que en cierto forma reciclaría Thomas en el Conan de Marvel, donde se negó a incluir globos de pensamientos, sustituyéndolos por textos de apoyo para introducir al lector en la mente del protagonista. Kubert une su fuerza gráfica, narrativamente hablando, con una prosa muy adecuada para el tono de la serie, dotando a la obra de una sintaxis creativa muy interesante y acertada.
He disfrutado mucho con esta lectura, que ofrece uno de esos cómics capaces de convertirse en clásicos al instante, donde podemos disfrutar de un autor que pretende explorar sus inquietudes creativas y profundiza en algunos aspectos de la humanidad más primigenia, dando forma a través de las viñetas de una especie de aventura-documental en la que la fantasía no tiene límites y la diversión están garantizadas. Bienvenidos a la odisea prehistórica, no se pongan demasiado cómodos, o no sobrevivirán al viaje.