Quería comentar brevemente algunas de mis lecturas en estos días, relacionadas con Batman.
Batman: El cálizSe trata de un especial escrito por Chuck Dixon y dibujado por John Van Fleet en el que los autores introducen en el universo del murciélago un artefacto de carácter mitológico como es el cáliz de Jesucristo durante la última cena. La familia de Bruce Wayne resulta ser miembro de un linaje que ha custodiado el grial durante siglos, el cual pasa ahora a sus manos. El codiciado artefacto saltará las alarmas de Ra's Al Ghul, así como de los merovingios, que creen tener derecho de sangre sobre él. A la fiesta se unirán algunos de los villanos habituales del murciélago como Dos Caras, el Pingüino o Catwoman, que permanece en un papel intermedio.
La historia está bastante bien, poniendo a un personaje de carácter científico y analítico como Bruce frente a algo de connotaciones milagrosas, provocando que algunos de sus cimientos se tambaleen. Además, Dixon teje muy bien una trama interesante entro los distintos cazadores del grial, que pondrán todo su empeño en recuperar el cáliz, cada uno por motivos bien distintos. Un argumento muy bien elaborado que introduce elementos de la propia historia y que confluye en un desenlace muy apropiado para esta situación. Lo que menos me ha gustado ha sido la parte gráfica, con un autor de trazo excesivamente grueso que en muchas viñetas no queda del todo bien, con ese coloreado propia de las acuarelas. Es una pena, porque la historia está bastante bien, pero baja puntos por un dibujo que en mi opinión no le acaba de encajar del todo.
Batman: Asesino de sonrisas.
Interesante historia realizada por Jeff Lemire y Andrea Sorrentino, que parece estar íntimamente relacionada con la miniserie Joker: Sonrisa asesina, que no he leído. Tampoco conocía su conexión cuando me puse a leerlo. Supongo que acabaré buscándola para leerla. El planteamiento de Lemire me parece sumamente interesante, ya que deja al lector un poco en suspense sobre si lo que lee es cierto o la manipulación de un villano, posíblemente el Joker. Apunta a la posibilidad de que Bruce quedase sugestionado durante la infancia con un programa infantil de marionetas, el cual le invita a hacer cosas horribles como intentar automutilarse
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Por otra parte, su identidad de Batman parece ser una creación de su mente, que ha empleado los nombres de las personas que tiene alrededor en el papel de sus secundarios habituales, aunque resulta raro que desaparezca de la escena el fiel Alfred. En esta lucha mental entre la ficción y la realidad, parece que los autores dejan a criterio del lector darle una explicación u otra. A no ser que en la propia miniserie algunos aspectos sean revelados.
Si bien es cierto que parece una lectura deslavazada y que no tiene carácter autónomo, a mí me ha gustado bastante, y solo ha provocado mi curiosidad por dicha miniserie. Aunque en un principio pueda parecer que aborda situaciones similares a las que ya hemos leído con anterioridad al personaje, a mí me ha parecido muy original y elaborada, además de con cierto tono terrorífico muy conseguido. Como digo, seguiré ahondando en esta obra de Lemire, que ha captado mi curiosidad. Por otra parte, a pesar de que Sorrentino es un dibujante que no me termina de convencer, por su repetición de esquemas narrativos y por emplear esas miniviñetas que han dejado de ser novedosas desde sus primeros trabajos, aquí me me ha parecido superior a otras ocasiones, incluso mucho más versátil. Capaz de alternar la luminosidad en las escenas de la niñez, con las sombras de lo que parece una mente perturbada o quizá manipulada.
Dos lecturas muy diferentes, pero muy entretenidas y creo que bastante recomendables a los seguidores del personaje.