Oye, tú, que me he leído
Los tres mosqueteros.
Vaya maldita joya de la literatura de acción y aventuras. Dumas tiene un rollo escribiendo a medio camino entre el ensayo histórico y una ácida novela picaresca que consigue hacerte testigo de una de las mayores obras de su género.
Y claro, es que con la novela clásica de intrigas palaciegas esa prosa híbrida no puede por menos que ser certerísima. He acabado abrazando a Dartagnan y a Athos como se abrazan los viejos compañeros de la vida. Pero lo que es más importante, también he abrazado al endemoniado Alejandro Dumas, se erige como un puto personaje más con sus sarcasmos y agudeces
Es que Athos es brutal. Uno de los mejores personajes literarios indudablemente: su pasado, la efectiva secuela que deja en su actitud. En definitiva, el temple encarnado, capaz tanto de ser regiamente aterrador como de arrancarte con una sobria alegría. Genial el capítulo de la apuesta en las trincheras.
La villana no se queda para nada atrás, al principio parece que su trama tiene demasiado protagonismo pero la interjección con cada uno de los ejes centrales de la novela es brutal. Cersei podría aprender unas cuantas cosas de una femme fatale medieval de verdad.
Porthos sobra, para qué nos vamos a engañar. Es el accesorio en el cuarteto protagonista.
Aramis tiene un potencial enormísimo y en ocasiones deja verlo muy claramente. Pero acaba el libro dejando con muuuchas ganas de más.
Dartagnan es que es el puto. Ese joven al que le pierde extremadamente el orgullo pero que sin embargo es uno de los mejores soldados que ha visto la historia de Marianne consigue ganarse todo lo que dan con sudor y floretes. O te cautiva el corazón o te cautiva el corazón.
Desde ahora, una de mis novelas favoritas. En gran parte es la novela más entretenida que he visto jamás gracias a esa casi transformación del narrador en un personaje más.