Sinopsis: Mr. Fantástico alerta al resto del grupo para que se reúnan con él en el Edifico Baxter. Dejando de lado lo que están haciendo, la Antorcha Humana, la Chica Invisible y la Cosa acuden a la llamada. Mr Fantástico les explica que ha recibido un mensaje del jefe de policía para que estén alerta por la llegada de conocidos jefes criminales a la ciudad.
Mientras tanto, un villano que se hace llamar el Pensador reúne a los mencionados jefes criminales, explicándoles que tiene un plan sin fisuras para hacerse con el control de Nueva York, contemplando todas las posibilidades y factores.
El plan del Pensador da comienzo y diversos hombres de los jefes criminales logran que todos los miembros de los 4 Fantásticos acepten ofertas de trabajo acordes a sus deseos más profundos en distintos puntos del país. Así, Mr. Fantástico se marcha a trabajar en un laboratorio, la Chica Invisible acepta una oferta de actriz, la Antorcha Humana se une al circo de sus primos y la Cosa se inscribe en un campeonato de lucha libre.
Aprovechando la ausencia del grupo, el Pensador y sus aliados logran entrar e instalarse en el Edificio Baxter, favorecidos por un corte de suministro eléctrico a causa de la caída de un meteorito. El Pensador encuentra las notas de Reed Richards sobre creación de vida e inicia su propio experimento.
Tras varios días en sus nuevos empleos, los 4 Fantásticos comprenden que estos no son lo que en realidad soñaban y deciden regresar a Nueva York. Una vez juntos descubren que su base ha sido ocupada y se dirigen a ella para recuperarla.
El Pensador da la bienvenida al grupo y les invita a entrar, seguro de su victoria. Así, los 4 Fantásticos se enfrentan a varias líneas de defensa a lo largo del Edificio Baxter, incluyendo al Asombroso Androide, una forma de vida artificial capaz de defenderse de cualquier ataque y creada por el Pensador a partir de las notas de Reed.
Tras lograr desactivar al Androide, los 4F se encaran con el Pensador, armado con cuatro cabezas de antimateria. Sin embargo el laboratorio de Reed sufre un repentino cortocircuito y el Pensador es inmovilizado por el grupo. Reed explica a su enemigo que el cortocircuito ha sido provocado por un sistema de seguridad creado por él mismo para estas situaciones, y que ha sido activado desde la entrada del Edificio Baxter por Willie Lumpkin siguiendo las instrucciones de Reed. Finalmente el Pensador es entregado a las autoridades, mientras jura trazar un nuevo plan que contemple lo más impredecible.
Edición española: Biblioteca Marvel: Los 4 Fantásticos #03,
Marvel Masterworks: Los 4 Fantásticos #2.Datos importantes:-Primera aparición del Pensador, así como de su Asombroso Androide.
-En este número tiene lugar la primera aparición propiamente dicha de varios miembros de la Banda de la Calle Yancy, pero no se ven sus rostros. Además es la primera aparición física de la Calle, que según una señal confluye en una intersección con la 10ª Avenida, situándose por tanto al oeste de Manhattan.
-Se desvela la existencia de dos familiares directos de Susan y Johnny Storm, sus primos "Flaco" y "Enano".
Reseña:Decimoquinta entrega de los 4 Fantásticos, y tenemos nuevamente el debut de un personaje que pasaría a formar parte de su rica galería de villanos. Nunca un personaje de primera plana, pero sí uno bastante diferente a lo que estamos acostumbrados y al que siempre se agradece ver de vez en cuando.
El número se inicia con lo que casi parece un homenaje al comienzo del primer número de la colección, cuando conocimos por primera vez a nuestros protagonistas. Así, Reed lanza la bengala-señal desde la base del cuarteto sin que veamos su rostro, y el resto del grupo responde a ella mientras se ven envueltos en situaciones de su día a día.
La Antorcha Humana nuevamente debe descuidar un coche para acudir a la llamada, aunque en este caso con el agravante de dejar a una chica coladita por sus huesos tirada enmedio de la carretera. "Espero que sepas conducir", dice él, como si los coches los regalaran. Su hermana abandona la peluquería a mitad de faena, teniendo que recurrir a la invisibilidad para desplazarse por las calles sin que nadie la vea con los rulos.
Y finalmente tenemos a la Cosa, que se encontraba a punto de tener unas palabritas con ese terrible grupo de moscas cojoneras que se hacen llamar la Banda de la Calle Yancy. Afortunadamente la convocatoria de Reed evita una desgracia, pues volvemos a tener aquí al Ben Grimm que destrozó un taxi números atrás, dispuesto a lanzar una excavadora contra ellos. Demasiado exagerado.
Para excusarse con sus compañeros, Reed les hace saber que él también se encontraba haciendo algo de suma importancia. Nada más y nada menos que jugando con el ADN y creando vida (según él unicelular, pero salta a la vista que no exactamente). Este es un aspecto de Reed y en ocasiones otros científicos Marvel que siempre me ha inquietado. En un número están realizando proezas científicas como esta, y al siguiente ya ni ellos se acuerdan y están creando una máquina de la que tampoco se sabrá nunca nada más. Historias jamás contadas por doquier
Entrando en el meollo del asunto, Reed anuncia que ha recibido un aviso del jefe de policía para que estén alerta, puesto que están lllegando a la ciudad muchísimos mafiosos importantes. ¿Van a dejar Stan y Jack de lado las amenazas espaciales y la megalomanía del Dr. Muerte y vamos a ver al grupo enfrentado al crimen organizado? Bueno, no exactamente.
Y es así porque detrás de esa reunión de figuras de los bajos fondos tenemos al Pensador... que no al Pensador Loco, apodo que únicamente aparece en la portada y que sin embargo acabó convirtiéndose en su denominación habitual.
Un villano como he dicho antes muy peculiar, y al que Kirby aprovecha para dibujar siempre que puede emulando la pose del célebre Pensador de Rodín. Su mayor baza no es ningún superpoder, si no su prodigiosa mente, que ayudada por unas computadoras capaces de analizar todas las posibilidades, le permite ejecutar sus planes de manera exacta y sabiendo en todo momento lo que va a ocurrir con una probabilidad del 99%. Obviamente si yo fuera él aprovecharía todo esto para apostar en las carreras de galgos y jugar boletos de lotería para forrarme, pero un villano Marvel no puede conformarse con esas nimiedades.
Aquí lo tenemos pecando de villano de opereta, pues su plan no es otro que convertirse en el gobernante de Nueva York convirtiendo la ciudad en una nación independiente desde la cual extender su poder al resto del mundo. Con el tiempo los objetivos del personaje se irían volviendo un poco más realistas dentro de lo que cabe.
Pero como todo criminal neoyorquino sabe, en estos inicios del universo Marvel cualquiera plan pasa por deshacerse primero de los 4F, y el Pensador lo consigue de la manera más original vista hasta ahora. Nada de enfrentamientos violentos, lo que hace el villano es apelar a sus mayores deseos, logrando que los cuatro abandonen temporalmente la ciudad en busca de sus sueños.
En el caso de la Antorcha Humana es el circo. A nosotros puede resultarnos un poco extraño, pero viendo la importante que ha tenido y tendrá el mundo circense en diversos números de esta época, parece que ser que trabajar en el circo era el más atractivo canto de sirena para un adolescente estadounidense medio. El Pensador logra que Johnny se enrole en un espectáculo que recorre el país gracias a dos primos suyos, Flaco y Enano, que son dueños del mismo y de los que nunca más se sabrá.
En cuestión de horas los socios del Pensador logran embaucar al resto del cuarteto en proyectos hechos a su medida. Reed recibe una ofera de una importante empresa para que les ayude con sus investigaciones, Sue ve hecho realidad su sueño de ser actriz, y Ben es incapaz de rechazar una buena pelea en el mundo de la lucha libre.
No es un "adiós", sino un "hasta luego", pero estamos ante la primera vez en la que el grupo deja de existir como tal durante unos días. Aunque en el futuro veremos rupturas traumáticas y de muchísima más enjundia, ya que en este caso no deja de ser un elemento más para que la trama avance.
Por cierto, que esto deja en nada el aviso de Reed al comienzo del número, ya que él mismo dice que en caso de que haya actividad de los jefes de bandas el grupo volverá a reunirse. Vamos, que no había razón alguna para hacer que su novia se recorierra la ciudad en rulos en ese momento.
Sea como sea, y habiendo completado la primera fase de su plan, el Pensador pone en marcha la parte más osada del mismo. Y la más rocambolesca.
Resulta que el Pensador había previsto que nada más y nada menos que un meteorito iba a caer en el puerto de Nueva York ese día, provocando un total desbarajuste en el sistema eléctrico de la ciudad que a su vez inhabilitaría las defensas del Edificio Baxter, permitiéndole a él y a sus socios entrar como Pedro por su casa. Todo ello es factible cuando hablamos de un personaje con sus habilidades, pero lo que no es tan normal es que nadie se de cuenta y avise al grupo.
Una vez instalado en la base de unos enemigos que todavía ni saben de su existencia, el Pensador se siente como un niño en una tienda de juguetes cuando accede al laboratorio de Mr. Fantástico, y pone en marcha un experimento propio basándose en los estudios sobre el ADN realizados por Reed.
Mientras todo esto ocurre los 4F se hallan cada uno viviendo su sueño... o casi. En otra muestra de realismo, Lee y Kirby nos demuestran que estos personajes son lo que son desde que subieron a aquel cohete, y nunca más podrán ser otra cosa. Trabajar día tras día en el circo realizando el mismo número no es lo mismo que combatir al Doctor Muerte... Ser actriz no parece tan divertido como vivir aventuras en el espacio... Trabajar en un laboratorio subordinado a otros nunca podrá equipararse a viajar con tu familia descubriendo los límites de la realidad... Y absolutamente ningún luchador profesional te dará la mismas tortas que el Hombre Submarino...
Hastiados en pocos días del camino que han elegido, los 4F regresan a Nueva York a hacer lo que mejor se les da. Por casualidades de la vida todos llegan a la vez, a tiempo para ver algo que no esperaban. El Edificio Baxter convertido en cristal.
Cuando se acercan a su base sus peores sospechas se confirman. El Pensador proyecta su imagen en la cristalina superficie y se presenta ante sus enemigos, jactándose de lo que ha hecho y de lo que va a hacer, pues les invita a pasar advirtiéndoles de que serán derrotados gracias a la tecnología de Reed.
Los 4F aceptan el reto y se introducen en el edificio, en el cual comienzan a sucederse las más diversas y variopintas trampas, desde una simple bomba en la misma entrada (de la que se salvan porque a Johnny se le ocurre usar su llama antes de entrar) a un gas que altera las percepciones, pasando por los secuaces del Pensador armados con Vibrorrayos.
Por suerte los 4F logran seguir avanzando hasta los pisos superiores, pero el Pensador, que ya había previsto todo, envía una última sorpresita a su encuentro.
Hablamos del comúnmente conocido como Asombroso Androide, una mole de 3 metros de aspecto terrorífico, con esa extraña cabeza, y con la capacidad de crear defensas ante cualquier enemigo y que acabaría siendo rebautizado décadas después como el Asombroso Andy en las páginas de la serie de Hulka escrita por Dan Slott.
No me he parado a comprobar todos los números ya reseñados, pero creo que estamos ante el primer ejemplo de vida artificial en el universo Marvel moderno. A día de hoy a la hora de pensar en androides vienen mucho antes a la mente ejemplos como la Visión, Yocasta o el Hombre Máquina, pero el Asombroso Androide es el pionero y ha conseguido con los años convertirse en uno de los de referencia.
Por desgracia su presentación se produce en las viñetas finales de la página 17 y la historia tiene 20, por lo que un personaje con tanto potencial queda reducido a una página en la que logra poner en jaque al grupo, pero que a continuación es derrotado de una manera bastante simple y que cuesta creer que alguien como el Pensador no contemplara. Reed detecta su terminal motora, tras lo cual le inmoviliza facilitando que Sue la presione. Sue salvando la situación: PERFECTO. Sue haciéndolo de una manera tan poco ocurrente: MAL.
Liquidadas todas y cada una de sus defensas, pero tranquilo porque ya lo veía venir, el Pensador recibe a los 4F jactándose de que todo ha funcionado según su plan y amenazándoles con cuatro cabezas de antimateria.
Pero entonces llega una resolución tan surrealista como brillante, y el concienzudo plan del Pensador se ve truncado por el factor X. Lo impredecible, el valor atípico, el elemento humano... El peor enemigo del Pensador, y con el que tendrá que luchar a partir de esta aparición una y otra vez.
En este caso toma la forma de Willie Lumpkin, el bonachón cartero de los 4F, avisado por Reed para que en el momento preciso pulsara un botón que automáticamente provoca un cortocircuito en todo su laboratorio.
El gran Pensador, con el plan más ambicioso jamás visto, derrotado por un simple cartero que ni siquiera sabe lo que ha hecho. Chapeau.
Valoración: Una agradable lectura, en la que debutan dos personajes importantes como son el Pensador y su Asombroso Androide. La historia mantiene el interés al tratarse de dos enemigos de características poco usuales, aunque supone una pequeña decepción en cuanto al ritmo el poco tiempo dedicado al combate con el Androide y por ende su resolución.
Nuevamente tenemos situaciones que demuestran la humanidad de los personajes, que ven como sus sueños de siempre quizá no eran lo que buscaban realmente y prefieren seguir fieles a lo que han estado siendo hasta ahora.
El principal problema del número, no obstante, es que a pesar de presentar una situación tan novedosa como es la separación del grupo no le saca el jugo suficiente y será en futuras historias dónde esto se aprovechará más. Y pasa exactamente lo mismo con el hecho de que el Pensador tome la base de los 4F. El Dr Muerte lo hará en una historia muchísimo más memorable.
Pero por supuesto nada de esto es problema del número en sí, por lo que yo me quedo con las sensaciones positivas que me ha ofrecido. De mis números favoritos hasta ahora.