He leído
100% Marvel Veneno Nº 5.
Con muchísimo retraso llegamos al final de la andadura en solitario del Agente Veneno y en líneas generales me ha gustado bastante. En este tomo, bajo la batuta de Cullen Bunn, tenemos a Eugene en ese intento de empezar una nueva vida en Filadelfia, para lo que reunirá una serie de elementos a su alrededor estableciéndose como lo más parecido a un héroe urbano: una base secreta, junto a un álter ego como profesor de educación física y el apoyo de la periodista Katy Kiernan con su red de contactos, perfectos para obtener información, armas y cualquier cosa que necesite.
Tras su llegada a la ciudad, Veneno comienza una encarnizada lucha contra una organización liderada por Lord Ogro, que se dedica tanto a la fabricación y venta de droga como al tráfico de esclavos para utilizarlos como mano de obra en negocio. La intervención del nuevo superhéroe del lugar le llevará a contratar a una gran cantidad de mercenarios que le harán la vida un poco más complicada a Eugene.
Entre las filas de los villanos se encuentra Jack O’Lantern, que pretende saldar viejas cuentas con Flash, para ello atentará contra la vida de una de su alumnas que vive en el mismo edificio que él.
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Cullen Bunn sigue destacando por su forma de desarrollar al personaje, ahondando en su pasado familiar y sus problemas con el alcohol de forma muy acertada. Quizá volvemos a ver cierta incongruencia en la relación con la periodista, que a lo largo de su etapa ha aparecido y desaparecido según la conveniencia del guión o las necesidades del protagonista. Casi podríamos hablar de
Deux Exmachina…
Por lo demás, todo bastante correcto. Incluso la creación de un
sidekick me ha parecido interesante y da una vuelta de tuerca más a un concepto que ha explotado desde diferentes perspectivas con bastante frescura. El aspecto negativo es que, a pesar que se han cerrado todas las tramas que estaban pendientes, el tema de Manía queda en el aire y que yo sepa nadie lo vuelve a recuperar. El personaje parte de ciertas similitudes con Flash y el modo en el que se crió, además de dejar un cabo suelto sobre la marca demoníaca. Y parece que tras la cancelación de la serie, todo esto ha caído en el más absoluto de los olvidos, aunque el personaje ha ingresado en las filas de los Guardianes de la Galaxia, algo que a primera vista no deja de ser algo verdaderamente chocante. Cuando lea dicha serie veré si realmente tiene sentido o es otra idea de bombero más de Bendis.
En definitiva, un broche final algo deslucido por no quedar todo lo bien atado que debería, aunque lo prefiero a un desenlace apresurado e incoherente, que no hace honor a la calidad de la serie durante el tiempo que ha estado guionizada por Bunn. Este tomo es otra muestra de un tebeo dinámico y muy entretenido que utiliza el género con cierta frescura y lo combina con otras temáticas como el
noir, la magia o incluso el terror, con bastante acierto en un personaje que surgió como un simple soldado al servicio de su país. La evolución ha sido orgánica y bien trazada, lo que nos ha permitido disfrutar de un cambio de orientación en el concepto y una lectura de lo más entretenida, ofreciendo un interesante contrapunto dentro de la franquicia arácnida.
El apartado gráfico me ha parecido algo más flojo que en anteriores entregas de la colección. Si bien es cierto que Pepe Larraz me gusta, no me termina de encajar en esta cabecera por el tono que presenta. Kim Jacinto es un burdo imitador de Bill Sienkiwicz sin su talento y sin su capacidad expresiva y sus herramientas para la narración. Finalmente, tenemos a Jorge Coelho, un dibujante mediocre al que parece que le queda mucho por aprender. Demasiado “sucio” e irregular, aunque hay que reconocer que su estilo encaja mucho mejor en el tono de la serie, sobre todo con ese aire oscuro y demoníaco de los compases finales. Aún así, está muy por debajo de Decían Shalvey, que no debería haberse quedado solo en las portadas.
Por cierto, en el prólogo,
Julián habla de la inclusión de Veneno en el Universo Spiderman, pero diría que debieron de cambiar de planes en los USA, porque yo no recuerdo haberlo visto. De todas formas, el editor sí tiene razón en una cosa: tras esta colección, Flash se ha convertido por derecho propio en uno de los héroes que tanto admiraba de niño. Al menos rescataron al personaje para hacer algo interesante con él, no todos los secundarios de Spidey pueden decir lo mismo.