Si es que con 1 año fuera de la web yo seguia haciendo unas cuantas portadas por lo cual se puede decir que llevo adelantado, asi que hay portadas mias para rato
Ah, ajá, con que tneía trampa...
¡Lo llevabas planeando desde hace mucho!
Muchísimas gracias, Matanza por tus comentarios Y más gracias aún (también a Norrin) por las críticas, que hacen que uno mejore en su trabajo y mejorar siempre es bueno. Como nuevo plan a seguir en Masacre tengo el de ''presentar'' a los Runaways (fugitivos) así que atentos desde ahora
Es que hay que comentar, por cierto haber si es verdad, si presentas a los Runaways (mierda, no había caído con lo de fugitivos
)
Y ahora paso a comentar los Vengatas de Hiperión y el Excalibur de Exiles:
"Los Vengadores”, número 9: “Tras la línea enemiga”, es una historia que funde en sí todo lo que un número de “Los Vengadores” debería ser.
Ahora voy a divagar un poco, lo siento. A mediado de los ochenta, Frank Miller con su “El Regreso del Señor de la Noche” (o TDK) y Alan Moore con “Watchmen” le dieron un golpe en el estómago en la industria del cómic, a partir de entonces, los héroes serían más humanos, sumidos en la oscuridad, se habían roto barreras... Pero en su parte no fue aprovechado como se vio en los 90 con superhéroes que tenían como modelo a sádicos como Rorschach, donde la violencia imperaba sin pararse a ver sus consecuencias, veáse la línea Image con el señor Rob Leifeld a la cabeza. Los 90, una época bastante mala, y que ahora en día parece haber regresado aunque con una mayor calidad: la oscuridad vuelve a imperar sólo basta ver lo que se ha hecho desde Dinastía de M durante Civil War y hasta la Invasión Secreta llegando al Reinado Oscuro. ¿A qué los supers se han diluido en una fina línea en la que todo es más oscuro, más hiperrealista para mal muchas veces? ¿Alguien recuerda los buenos cómic de los setenta en que el superhéroe, pese a sus dudas, seguía siéndolo?
No ataco a la oscuridad y el hiperrealismo, es más, mi obra de superhéroes (¿lo es?) favorita es “Watchmen” de Alan Moore, Dave Gibbons y John Higgins, pero la oscuridad y el hiperrealismo, a veces, muy mal llevado como es el caso de Bendis en muchas ocasiones, llega a sobresaturar. Eso hace que el número que nos ocupa de manos de Hiperión nos haga tener esperanzas de que algún día volverán los buenos supertipos de otro tiempo, mientras disfrutamos de esta obra que nos recuerda a otra época, a un sabor clásico que muchos echamos de menos.
Pero antes de zambullirnos en lo argumental me centrare primero en el trabajo de MiRo, el apartado ilustrativo, que podemos ver en la portada de este número. MiRo sigue con su estilo que siempre parece dar buenos resultados, aunque hay algunos pequeños fallos que puedo detectar, por ejemplo, en la postura de Chaqueta Amarilla. De resto, es una ilustración bastante buena, típica de los Vengadores, que es un buen ejemplo de lo que se narrará “dentro” del número. Felicidades por tu buena labor MiRo.
Ahora, en cuanto al trabajo de Hiperión, el número tiene cierta complejidad estructural que podíamos ver en aquellas historias clásicas, quizás aquí algo más “modernizada”. Un presente en el que una pregunta desencadena que se cuente el pasado para que se vuelva al presente finalmente, en un juego de simetría argumental. Genial. Las “innovaciones” estructurales son una de esas cosas que más me gustan.
La intro del comienzo resume muy bien lo anterior con un aire muy de “película”, bueno, sobre todo con el encuentro de cierto escudo más que emblemático.
Sobre los personajes: los Vengadores SON los Vengadores. Sí, sí. Sin retrocontinuidad, sin Vengadores de toda la vida que se comporten como idiotas o dejen de ser quiénes son realmente. Todos ellos SON los Vengadores, eso a día de hoy es ya pedir bastante para el Marvel actual, pero mola verlo en los fics. En el comienzo se recalca la importancia del Capitán América dentro de la historia de los Vengatas, muy bien.
El gran enemigo son las Garras y Vogel, muy bien saber su historia desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta ahora. No representa más que la típica amenaza, que llega dejar en jaque a los buenos, pero eso a día de hoy ya es bastante.
La trama tiene ritmo, aunque quizás un poco lento, pero salpicado de buenas frases como: “(...) Qué típico. Tres pasadizos para seis personas. Esto parece uno de esos malditos cómics tuyos que leía cuando era pequeño, Capi (...)”, buenas ideas como un villano en busca de redención tras la pérdida de sus poderes (Torbellino) y un toque del realismo de la Marvel clásica, sin caer en la “oscuridad”: “(...) -Gracias, pero no es nada. Lo que pasa es… que soy un perdedor. Sí, he salvado a la gente, y todos vosotros sois geniales y una auténtica familia. Pero el público, la gente… para ellos soy poco más que otro héroe uniformado del montón. Si apareciera mañana en las necrológicas, los pocos que lo leerían no sentirían pena. He intentado hacer carrera en solitario, ser un héroe callejero. Ahora un bromista. Pero nada de eso me llena. Solo… ser vengador. (...)”.
Los pequeños fallos son eso, pequeños fallos: algo en el ritmo, alguna ida de teclado a la hora de escribir alguna palabra (que nos pasa a todos, incluso dudo que no me hubiera pasado a mí a lo largo de este comentario)... El mayor es que faltan diálogos, no por el escritor, sino a la hora de ser colgados. ¿Dónde? Aquí: “(...) Una figura vestida con el símbolo de los Estados Unidos y otra con ropas más humildes avanzan sin pausa pero sin prisa. Detrás de ellos, amparado en la oscuridad, otro mandroide les observa y espera órdenes. - - (...)”. Quizás sea un fallo mío, porque para comentar las historias copio las historias en Word y las leo de esta manera para comentarlas... Aunque no sé.
En fin, se vuelve al principio tras una aventura... Al principio pensamos ¿qué pasó en el pasado? Ahora, tras conocerlo, pensamos ¿qué pasará en el futuro? Pero eso será en el número 10 de los Vengadores cortesía de Hiperión.
Mis felicitaciones por esta historia y a espera de que prosiga.
Sobre
Excalibur...
El
número 2 de la serie “Excalibur” por Exiles es en conjunto un buen número, pese a algún defecto de poca importancia.
El autor tiene su propio sentido a la hora de la narración, siendo bastante cinematográfico y llegando a describirse partes como se haría en un guión. Eso no está mal, pero al principio puede resultar algo chocante. Falta pulirlo un poco, tiene algunas faltas ortográficas, pero está bastante bien cuando se produce ese flashback en el que se ve la derrota de Arcade (el desquiciado villano que hace pocos meses apareció en el X-Factor de Peter David) a manos de Tony Stark, Iron Man, seguramente influenciado por la narración de películas o series como “Perdidos”, que creo que es de las favoritas de su autor.
Para empezar, tiene un buen comienzo, bastante misterioso con ese personaje oscuro llamado Blacky, que parece estar al servicio de Arcade y suelta un par de chistes entre el que más destaca es el del tema de “Iron Man” del grupo “Black Sabbath”. Queda saber cómo la armadura del Escorpión ha terminado donde terminó.
Un pequeño defecto es que no se hace recopilación de lo contado en el primer número ni se describen a los miembros de Excalibur del todo, algo que hace que el lector novato “huya” un poco. Sin embargo, tiene otras ventajas como un grato ritmo, acción, buenos diálogos y un epílogo que te deja con ganas de más (¿quién será el tipo del laboratorio?). En conclusión, un buen número, a espera de su segundo número que lo complete.