Ojalá no saquen las ediciones de librería.
Pues te voy a decir una cosa…
ECC ha buscado un montón de fórmulas para llevar a la gente a las librerías: ha organizado todos los años el Batman Day, nos ha invitado a tarta cuando se iba a casar Batman, ha sacado una grapa de The Walking Dead para ayudar a las librerías en tiempos de pandemia, ha llevado una máquina de pinball itinerante por toda la geografía española para celebrar la salida de esa obra maestra llamada Death Metal…
Panini ha sacado un montón de promociones exclusivas en su web, en forma de marcapáginas, pósters, imanes de nevera, monedas de colección y cosas así. Un poco en plan “sí, puedes ir a comprar las novedades a la librería, pero si nos las compras a nosotros directamente vas a tener regalos exclusivos”. Y después, en un momento dado, han sacado un comunicado diciendo que querían llevar a la gente a las librerías, que son superimportantes y tal. Con un par.
Y los libreros quieren que ECC pierda los derechos y se los lleve Panini. Malditos desagradecidos.
Ya echaremos de menos las tartas, la arena, los XP con cosas raras en los lomos, los cofres, las cajas de pizza, el pinball, las decisiones creativas para reflejar la oscuridad en la que se sumergen las tramas, las fundas de plástico, las portadas alternativas creadas expresamente para la edición española, los tebeos metidos en fundas de LPs, las tiradas decrecientes, las cartograpas, los Focus y, en general, todas esas cosas que no nos dejaban indiferentes y convertían algo tan rutinario como comprar cómics en una aventura sin fin.
Ya veréis como con Panini se pierde el factor sorpresa y sólo nos harán las previsibles y aburridas putaditas de siempre (que si precios, que si tamaños, que si no hemos encontrado hueco,… me aburro sólo de escribirlo).
Recordad: hubo un tiempo en que alguien metió arena en los cómics.