A mi el Jim Lee de 1989-1990 me sigue pareciendo cojonudo.
Mi problema con Jim Lee (aunque reconozco que tenía figuras chulas, dejo aparte el tema de la hipersexualización) es que a veces no me enteraba un carajo de lo que ocurría en algunas viñetas de lo recargadas que estaban, me costaba bastante entender su narrativa en algunos momentos.
Eso sí, es cierto que al principio no era tan recargado, fue exagerando este defecto a medida que nos adentrábamos más en la década de los 90...
Habilidad gráfica, narrativa a trompicones, poses imposibles, gazapos de vestuario y similares (normal, con tanta rallita), personajes todos con los mismos rasgos faciales (un modelo para hombres y otro para mujeres) y mucha espectacularidad.
Resumiendolo, yo lo definiría como un magnífico y ilustrador y un pésimo dibujante de cómics.
¡PERO Y LO QUÉ MOLABA QUÉ! (y lo digo sin ironía)
Sí, pero esa espectacularidad de ciertas imágenes en contra de la narrativa tenía un problema: la importancia del guion queda reducido a lo mínimo, da igual lo que cuentes que lo que importaba era girar la página y ver a Lobezno en alguna pose chula.
Yo recuerdo perfectamente de esa época charlar sobre los cómics de Claremont/Lee con algunos compis de clase del instituto y comprobar, sorprendido, que varios de ellos no habían entendido NADA de la historia, pero que les encantaba el cómic. Al final llegué a la conclusión de que guardaban esos tebeos como quien colecciona cromos, apreciaban las estampitas pero sin importar si hubiera o no una historia detrás.
Para ser justos, para entender a Claremont en aquel momento tenías que haber estudiado una carrera universitaria sobre la Patrulla-X.
Cierto, cierto, pero el hecho de que mucha (pero MUCHA) gente comprase el cómic solo por mirar los dibujos, aunque la historia fuera excesivamente enrevesada y/o ininteligible, dió a Marvel la idea de que da igual la chorrada que quisieras contar (o no contar): basta con poner en una colección random a un clon de Jim Lee, McFarlane o Liefeld, con personajes que tengan garras, pistolones, espadas y tetas enormes, para que ésta venda por sí sola.
Lo que vienen siendo los 90.
Ya cuando Jim Lee entró a "guionizar" en X-Men #4 aquello no había por donde agarrarlo.
Y si te ibas a Uncanny con Lobdell ya era una deriva sin ningún tipo de rumbo o gracia, pero bueno, había rallitas y tal.
Al principio, pues bueno, Jim Lee y Andy Kubert, Portaccio (este me empezó gustando en El Castigador, no así en La Patrulla, pero bueno) y JR JR; después ya Madureira, que no me gustaba, y a partir de ahí y simultáneamente el horror.
El horror de dibujantes cada vez peores en una crisis de especiales y miniseries infinitos (alguna bien, como la de Gambito y Lobezno, pero poca cosa).
En X-Force... A Liefeld nunca lo tragué ni en guión ni en dibujo, ni el propio planteamiento de la serie o sus personajes.
Lobezno perdió su gracia, ya solo era músculo y garras.
Excalibur con Lobdell de lo peor (ya iba de capa caída, incluso con Claremont), agradecemos a San Davis la recuperación de la serie.
Lo mejor: Factor -X con PAD, tebeos de verdad; luego sin él, más de lo mismo.
Tarde bastante tiempo en darme cuenta de que estaba comprando tebeos que, en general, no me gustaban; y de que lo hacía por fidelidad a aquellos personajes a los que quería tanto y también por completísimo, pero Claremont y otros como los Simonson hacía mucho que no estaban, me quemé y más o menos en Onslaught lo mandé todo al cuerno, me bajé de todo (y me pasé al incipiente, "novedoso" y atractivo manga).