Motorista Fantasma: Marvel Limited Edition 5: El Diablo de la Carretera (1980-1981)
Quinto volumen de la colección original del Motorista Fantasma, y segundo que recoge la etapa guionizada por Michael Fleisher, la más extensa por un mismo guionista dentro de esta colección. El apartado gráfico sigue en las manos del otro autor con más números acreditados en el título, Don Perlin.
Como era de esperar, la coincidencia en el equipo de autores forma un bloque apenas indistinguible entre esta entrega y la anterior. Así que seguimos ante el mismo tipo de historias, de un estilo de road movie fantástica, ambientadas en las carreteras de la América más desértica y montañosa.
Una colección de estructura totalmente episódica, de guiones simples y diálogos de producción serie B. Sin embargo, siguiendo el hilo del final del anterior tomo, donde ya se apreciaba una mejora, creo que buena parte las historias incluidas en este tomo aspiran a un mayor entretenimiento.
A mi este tomo me ha hecho especial gracias, al haber reconocido algunas de sus historias de un retapado de la época de Vértice/Mundicomics

Básicamente tenemos lo que comentas, historias simples, entretenidas sin más, con Johnny con problemas para controlar al Motorista (que no pasan de anecdóticos), algún interés romántico en ausencia de Roxane (que quedan en nada), la rivalidad con el motorista engreído de Flagg Fargo, y en medio de esto pues las aventuras sobre naturales típicas de la serie, muy serie B
Fleisher desarrolla no obstante algunas tramas de cierto interés, como el traer al Jinete Fantasma a nuestra época, con un descendiente suyo, tema que tendría su importancia sobre todo en los Vengadores Costa Oeste, retoma enemigos tipo Orbe, Luna Negra o Mago Acuático, que sin ser gran cosa van dando más empaque a la serie, o mete a Asmodeo, retomando esos episodios de demonios menores que intentan controlar al Motorista, y Asmodeo tendría su importancia más adelante en la serie

Sin ser nada especial ni destacable, va construyendo la serie y su entorno, además muy Costa Oeste, con personajes de las series de Spiderwoman y similares

Por su parte, Don Perlin están más flojo que en sus Defensores, con viñetas sin fondo por ejemplo.
La historia que abre el tomo es uno de los mejores ejemplos de relato cautivador que parte de una idea básica. El guion se vale de una solitaria carretera entre montañas, un tráiler fantasma y una banda de motoristas secuestradores, resultando en una estupenda historia de misterio que bien podría valer como capítulo de The Twilight Zone.
Fleisher y Perlin ni siquiera necesitan un comic-book entero para este episodio porque el número también incluye un relato de complemento, con dibujos de Carmine Infantino, protagonizado por el Jinete Nocturno. Recordemos que Michael Fleisher decidió recuperar al cowboy fantasmal precisamente al final del anterior tomo, a través de un viaje al pasado de nuestro motorista.
Esta pequeña historia de cinco páginas no hace más que preparar el terreno para la nueva aparición del Jinete Nocturno unos pocos números más adelante, pero esta vez incorporándose al Universo Marvel en tiempo presente. De este modo, vemos como Hamilton Slade, un descendiente del Jinete Nocturno original encuentra el fantasmal traje y lo estrena ayudando al Motorista Fantasma a derrotar a Luna Negra, un villano místico con quien Blaze ya se las vio en Marvel Team-Up. En cualquier caso, otro episodio no falto de alicientes y diversión.
Otros números tan disparatados, e incluso chapuceros, que terminan por dibujarte una sonrisa en el rostro. Sería el caso de la aventura en la que Fleisher mezcla el mito de las Sirenas de la Odisea con la guerra nuclear.
Algo parecido ocurre con el episodio de presentación del enésimo demonio que pretende someter al infernal motorista bajo su influjo, Asmodeo. Otra historia de pobre desarrollo argumental que de tan absurda es preferible no tomarse en serio.
Entre guiones inconexos y diálogos de patio de colegio nos estamos encontrando en medio de una serie de aventuras de fácil digestión, en escenarios seductores y echando mano de personajes pintorescos. Aventuras que bien valen para un rato de desconexión de lecturas más profundas.
Don Perlin, por supuesto, también se hace notar en el conjunto, para lo bueno y para lo malo. Siendo algo parecido a lo que le ocurre a Michael Fleisher en la parte escrita, sus dibujos son estéticamente sosos y los rostros de los personajes, inexpresivos, pero no se puede negar que narrativamente Perlin sabe cómo conducir este tipo de historias.
El Hombre Lobo, personaje de sobras conocido por Perlin, es el invitado de un episodio especialmente representativo de lo dicho. Johnny Blaze se ve envuelto en la persecución del licántropo por parte del Andrajoso, villano precisamente originario de la serie Werewolf by Night. Se trata de un harapiento ser que viene a fomentar las nobles virtudes de la pobreza y el altruismo, aniquilando todo lo que huela a riqueza. El caso es que, entre las motivaciones del villano, las transformaciones arbitrarias del Hombre Lobo, una carrera de coches que nos meten por ahí en medio y el papel de la chica de turno, es todo un conjunto de desatinos que acaba hasta por resultar divertido. O al menos no aburrido.
La mujer referenciada no es otra que Gina Langtree, la corredora de Fórmula 1 del anterior tomo, que vuelve a pasearse por el corazón de Blaze para volver a desaparecer tras dos episodios y sin apenas haber aportado nada. El otro episodio es el de regreso del Orbe, el emblemático archienemigo motorizado de Blaze. Un villano siempre interesante que también vive su drama particular. Una situación personal, la del Orbe, que da para un final algo lacrimógeno.
No terminan aquí las reapariciones, porque también el fanfarrón de Flagg Fargo vuelve a cruzarse en el camino de Blaze. Ambos llevan a cabo la revancha por el puesto de mejor motorista acrobático, pero otro viejo conocido de esta colección, el Implacable, interfiere al intentar asesinar a Fargo.
Más obviable es el episodio en el que el Motorista Fantasma se enfrenta a un ser espectral llamado la Aparición.
Don Perlin abandona la colección en la parte final del volumen, quedando los cuatro últimos números en manos de otros dibujantes. El sustituto de Perlin es Jack Sparling, que seguirá su trayectoria en el siguiente tomo. Sin embargo, en este final de tomo Sparling alterna su trabajo con Herb Trimpe y Alan Kupperberg.
Seguimos con los retornos, esta vez el de un villano de poca monta como es el Mago Acuático. Luna Negra se aprovecha del pobre diablo para vengarse del Motorista Fantasma en uno de los números más malos del tomo, por lo menos en cuanto a guion.
En cambio, el siguiente me parece uno de los mejores. Ambientada en los bajos fondos de la comunidad negra de Chicago, se trata de una historia sobre mafiosos locales frente a la figura de un honrado reverendo con poderes que adquiere la identidad del Destructor de Demonios. Un episodio que se sale un poco del carácter y el escenario habitual de la colección, pero que no me parece fuera de tono. La magia narrativa de Herb Trimpe también ayuda a hacer el conjunto más interesante.
Llegamos finalmente al cierre de este recopilatorio, y lo hacemos con la única línea argumental de todo el tomo que ocupa más de un número, concretamente dos. Una historia, todavía más singular que la anterior, que traslada al Motorista Fantasma ni más ni menos que a la lejana Arabia Saudita. El Mago Acuático vuelve a estar en el centro de la trama al ser objeto de deseo de unos y otros. Por un lado, el propio Johnny Blaze lo arrastra hasta un pueblo de la América profunda para solventar un grave problema de sequía, por el otro, un jeque árabe lo necesita como arma para hacerse con el poder. ¿Cómo? Pues manipulando mentalmente el petróleo igual que hace con el agua, e iniciando una guerra a base de monstruos de petróleo llameante. El guion es bastante delirante, pero quizás por eso la aventura no deja de resultar divertida. El Caballero Árabe, el superhéroe local, es el personaje invitado de turno en la parte escenificada en Arabia.
Simplones y poco donde rascar, cierto

A mi el capítulo de las sirenas si me ha gustado

El debut de Asmodeo, el episodio de Andrajoso y Hombre Lobo

o el del Jineta Fantasma/Hamilton Slade El Mago Acuático no tiene mucha chicha, y sus colaboraciones con Luna Negra y demás me dicen poco, pero si me ha gustado más el cierre del tomo, con el Caballero Árabe y el Motorista contra el Mago

El episodio del Destructor de Demonios, simple, y quizás más propio de Luke Cage, pero el personaje tiene algo

Conclusión.
Estamos ante una serie de aventuras de las que es preferible no esperar nada que vaya a cambiar el curso de nuestras vidas, si queremos sacarles el jugo.
Historias muy naifs que probablemente dirán muy poco a los lectores exigentes, pero que nos pueden proporcionar un buen rato de entretenimiento sin mayor aspiración.
El siguiente tomo todavía abrirá con 4-5 números de Fleisher, con el regreso de Asmodeo entre otros temas, y esto será retomado por DeMatteis y Stern ya en la trama final de la serie

Por cierto, para veteranos y que ya conzcan la historia, un spoiler sobre Asmodeo:
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