¿Radamantis sigue por China?
Gracias Sr, Mc Pato por acordarse de mí , después de 20 horas de viaje llegué a Shengyang en China la ciudad donde vio nacer a mi mujer , 8 millones de chinos y 1 español , hasta el 15 de mayo estaré por aquí , tiendas de comics ya he preguntado pero aquí no saben que es eso , ahora estoy a la busqueda de merchandasing
8 millones de chinos y ni una tienda de comics?
Tenía entendido por varias entrevistas a autores españoles no tan conocidos, que China estaba en modo Arabia Saudí con el fútbol, creando un sector del cómic chino muy potente.
China es muy grande , son mil millones de personas las que la habitan , donde yo estoy que seria la décima ciudad mas grande de China , no hay tiendas de comics , ni librerias , ni piscinas , ni panaderias , ni cafeterias , a los chinos lo que mas le gusta es estar mirando el movil , comer , el karaoke y cruzar en rojo
doy fe de ello, voy a comer de vez en cuando a un restaurante genial "muy chino y mucho chino" y los comensales aparentemente chinos (pueden se orientales de otros países, no sé diferenciarlos) no hablan entre ellos, comen muchos platos (y todos siempre un plato de arroz enorme para cada uno), miran el móvil (comiendo) y como mucho un par de risas cuando uno enseña un video a los otros y vuelta a empezar, comer y mirar el móvil.
Lo del karaoke sí es una sorpresa, y lo de cruzar en rojo lo hace más de medio mundo incluyendo países europeos y aquí en España ciertas ciudades, aunque es verdad que son las más turísticas y muy probablemente los que lo harían (cruzar en rojo) serían de afuera, o incluso la gente de pueblo de toda la vida que se cree que por cruzar por donde les da la gana todos deben parar.
Y respecto a esto último aquí en España y esto es de todos los españoles (no solo los rurales) es increíble como mucha gente pasa a cruzar un andén con solo un semáforo en rojo y en el otro ni en naranja siquiera (porque encima van despistados porque van mirando el móvil), cualquier día me temo que voy a ver volar a alguien, máxime con la tendencia histórica española a ver un naranja y en vez de parar o al menos ir frenando, todo lo contrario, acelerar.