Día 210: Uncanny X-Men First Class: Giant-Size Special vol. 1 #1. 10 de junio de 2009
¿Por qué haces esto, Jeff Parker? No te puedo decir por qué. Banda sonora: en 2009, Chromeo hizo una versión de "I Can't Tell You Why" de The Eagles (1979)
https://www.youtube.com/watch?v=pViQXgAjWbY
Créditos: Jeff Parker (guion, dibujo, tinta, color), Scott Gray, Roger Langridge (guion); DennisCalero, Sean Galloway, Joe Infurnari, Cameron Stewart (dibujo, tinta, color); Craig Rousseau (dibujo, tinta); David Williams (dibujo); John Beatty (tinta); Nate Piekos (rotulación); Val Staples, Guillem Mari, Brian Anderson (color).
Portada de Skottie Young
Vaya bandazo que pegamos con este cómic. ¿Recordáis a X-Men: First Class? Hace poco lo revisitamos al hilo de las historias que Jeff Parker hizo para la Patrulla de los 60. La conclusión general es que, si al principio estas historias eran bastante fresquitas, acababan decayendo. Si al principio Parker parecía demostrar cariño por la continuidad, pronto esta saltaba por los aires con unos guiones cada vez más descuidados, que hacían pensar que estas historias estaban más bien ambientadas en alguna Tierra paralela.
Y aquí tenemos a Parker, reincidente confeso, haciendo lo propio con la Patrulla de la Segunda Génesis. Contexto: Charles Xavier se ha ido de vacaciones, dejando a Moira al cuidado de sus pupilos. En realidad, irse, lo que es irse, no se irá Xavier hasta el comienzo de TXM#98. Pero eso ya lo veremos en unos días, querida audiencia. Confíen en un servidor. Y en Kaulso. Si todo va mal, échenle la culpa a él. En fin, que vamos al turrón. Pero antes: aviso para navegantes. No voy a gastar esfuerzos con cuadrar continuidad en un tebeo de Jeff Parker.
La estructura del cómic consiste en presentar un día cualquiera después de la partida de Xavier como telón de fondo, donde se muestran las dificultades de liderazgo que afronta Scott, pero con insertos del pasado de los personajes nuevos, a raíz de sus sesiones con Moira.
El trasfondo es más o menos claro: Cíclope es incapaz de manejar a un grupo tan díscolo y variado como es la Patrulla de nuevo cuño, porque cada uno va a su bola. Va a programar una sesión de entrenamiento, pero los mutantes ya están allí partiendo sandías.
Y Coloso, claro, como es granjero, se pone a arar en cualquier sitio que pilla. Vaya desastre ¿no? Pero es típico. Lo que hacen los granjeros y eso. El otro día pasó un mecánico al lado de mi coche y se puso a revisarle el motor. Gracioso y tal ¿verdad? No.
Y Tormenta que si llora y claro, monta un chaparrón bueno para acompañar su estado de ánimo. Total, que al final Cíclope se va a Cerebro (al que todavía no existe, por supuesto) a buscar a algún mutante mejor. Detecta uno, pillan el Pájaro Negro y se van a buscarlo.
El mutante hallado de esta suerte es una especie de mente colmena vegetal. Cíclope quiere comunicarse con él, pero su equipo machaca, trocea y tritura a la criaturita. Scott vuelve a Westchester a punto de tirar la toalla. Pero entonces Moira intenta animarle.
Moira ha estado haciendo entrevistas con los nuevos miembros, que ha grabado en audio. Así que anima a Scott a que escuche sus historias para comprenderlos mejor. Esto da pie a que Parker nos presente una serie de aventuras cortas ilustradas por diferentes artistas, entre ellos, él mismo. Estas historias tienen una cosa buena: no reflejan la verdad, sino lo que los nuevos miembros le cuentan a Moira. A veces son trolas descaradas, a veces cosas aparentemente más realistas. Así que no hay que preocuparse por la continuidad. Pasaremos revista muy brevemente a estas.
Abrimos fuego con Ororo: es la niña ladrona del Cairo, al servicio de Achmed el Gibar. No quiero adelantar más de historias que serán mejor contadas luego, pero en fin, que aquí está, con un encargo de su mentor para realizar un robo de dificultad modo experto.
La gracia está en lo que le manda robar: una simple caja, situada bajo un objeto muy valioso. ¿Por qué la caja y no el otro objeto? Pues porque la caja contiene una foto de sus padres. Es una manera ingeniosa de Achmed de enseñarle a Ororo que debe afrontar sus traumas. Es hora de despedirla y que se busque la vida. Por ejemplo, haciendo de diosa en el Kilimanjaro.
El siguiente relato corto está dedicado a Sean Cassidy, y es evidentemente ficticio. Nos plantea una situación en la que Sean, paseando en moto por las cercanías de un sitio irlandés místico, llamado Minstrel Rock, encuentra a una chica atacada por unos trolls.
Tras una serie de escaramuzas, que se extenderán por alguna cueva fantástica, Sean libera a la chica, llamada Cadhla, solo para descubrir que es un hada. Su amor es imposible porque Sean y Cadhla pertenecen a mundos distintos. Así que tienen que despedirse con tristeza.
Esta es mi historia favorita, creo. No solo por el arte, sino porque los textos están en verso, y queda algo diferente.
Con la historia de Kurt, cambiamos completamente de tercio en todos los sentidos. Kurt es una atracción de circo, y así está feliz.
Pero todo se tuerce con ocasión de un atraco al circo. Al derrotar a los asaltantes, se revela una dolorosa verdad: la gente vitorea a Kurt porque piensa que él lleva una máscara. Uno de los ladrones, al descubrir que es azul y con cola de verdad, entra en pánico.
No sé si recordáis, pero esto ya lo hemos visto precisamente en la historia de complemento de CXM#4, cuando el matón que ataca a Kurt se da cuenta de que no lleva disfraz.
Kurt le cuenta su experiencia a su madre adoptiva, Margali. Y esta le recomienda que siga en el circo, solo que con la fachada de que usa un disfraz. Pero el mal ya está hecho. Kurt ha descubierto que vivía en una ilusión. La gente le odiará y temerá al saber quién es de verdad.
Con esto pasamos a la historia de Peter Rasputin. El contexto: su hermano Mikhail ha muerto en un accidente (no diremos más, para no adelantar tramas futuras) cuando el joven Piotr solo tenía 13 añitos. Sus amigos -que no conocíamos- han organizado una excursión para animarle.
Uno de ellos cae accidentalmente en un hoyo. Los demás bajan a rescatarle, pero un derrumbamiento amenaza con sepultarlos a todos. Piotr, que acaba de desarrollar sus poderes mutantes, los usa para salvar la situación, no sin miedo por el qué dirán sus amigos.
Aquí el desenlace es justo el contrario que en el caso de Kurt. Sus amigos le aceptan encantados. Tal vez por eso Piotr fuera feliz cuando Xavier vino a reclutarle. Su experiencia fue opuesta a la de Rondador. Y finalmente, tenemos la narración de Lobezno, una sarta de tonterías, una detrás de otra. Que si las Bimbos, que si me mordió un glotón radiactivo, etc.
Parker no pretende tomarse las cosas en serio aquí, así que os ahorraré más capturas de pantalla. Desde un punto de vista meta, diríamos que Lobezno le cuenta muchas mentiras a Moira, que a la vez funcionan como tiras cómicas para el lector. A mí no me ha hecho ninguna gracia. Una vez terminadas las historias, Cíclope se congracia con los nuevos reclutas. Su ataque destructivo contra la criatura fue positivo, pues resultó que, de no haber actuado por instinto, la criatura vegetal habría infectado todo a su paso. Cíclope acepta a su equipo. Fin.
Valoración de este número especial: pues me quedaría con algunas de las historias cortas, con todas ellas, de hecho, con la excepción de la de Lobezno. No sé si me estoy volviendo un viejo gruñón, pero se me atraganta tanta payasada. Jeff Parker -o cualquiera de sus acompañantes- lo intenta, tanto en la historia central como en la de Lobezno, pero me produce ese efecto del típico cómico que, cuanto más intenta que te rías, más te carga. Lo siento pero no me funciona. Ojalá con vosotros/as sea diferente la sensación. Dejando esa impresión general de lado, las historias cortas funcionan más o menos bien, una vez asumido que hay que tratarlos como fanfics. La variedad del arte, por encima de que te guste más uno que otro, le da un valor añadido al cómic. El mensaje de las historias de Kurt, Coloso y Ororo también deja poso bueno. La de Sean se disfruta simplemente como un cuento de ir a dormir. No está nada mal.
Y en fin, este tebeo es un experimento que, leyendo como lo estamos haciendo, puede verse como una interrupción inoportuna. Nos rompe mucho el ritmo. Y de eso no tiene la culpa Parker, ojo. Tal vez sea un cómic simpático que merezca la pena leer como algo ligerito y digno. Nosotros pasamos página rapidito que hay mucho que leer. Mañana, más y seguramente mejor.