Día 289: Marvel Team-Up vol. 1 #89. 23 de octubre de 1979
Banda sonora: Tom Petty & The Heartbreakers ya nos advertían en 1979 que había que luchar y salir adelante en "Refugee". El día a día de nuestros fatigados héroes:
https://www.youtube.com/watch?v=fFnOfpIJL0M
Créditos: Chris Claremont (guion); Michael Nasser, Rich Buckler (dibujo); Joe Rubinstein (tinta); Clem Robins (rotulación); Carl Gafford (color).
Portada de Rich Buckler.
Chris Claremont quiso que el trepamuros y el elfo volvieran a encontrarse, después de un arco argumental un tanto extraño que Len Wein hizo para MTU. Ahora, Rondador topará con importantes aspectos de su pasado, mientras leemos una especie de epílogo al choque con Arcade en TXM, aunque ya adelantamos que aquí Arcade no pintará gran cosa.
El punto de partida es el aeropuerto JFK: Amanda vuelve de hacer su trabajo como miembro de la tripulación de un vuelo, y Rondador, al que Cíclope ha dado un tiempo libre, quiere aprovecharlo con su novia, a la que saluda con un sorpresivo ósculo.
Todo parece marchar bien, hasta que Kurt ve, en medio de la pista de aterrizaje, un avión con una sospechosa "A" dibujada en la cola. Esa "A" pinta a Arcade cosa mala. El elfo, sabedor de que se complica la vida, se introduce en el avión del villano para encontrar alguna pista.
Hay cosas interesantes en las viñetas de arriba, además de la admiración de Kurt por los pinballs. Por ejemplo, se dice que han pasado meses desde la aventura de Arcade. Esto nos permite asumir que ha bajado algo el ritmo de aventuras de los mutantes y respirar un poquito. En segundo lugar, creo que es la primera vez que leo el apellido de Betsy, la novia de Coloso. Es Wilford, que, nada casualmente, es el apellido también de Bonnie Wilford, colorista de Marvel y, por aquellos entonces, esposa de Chris Claremont, de la que se divorciaría en breve.
Pero sigamos con la historia: Kurt registra el avión, sin hallar nada de interés, cuando escucha la voz de Arcade, tras oír la llegada de un vehículo. Arcade es traído a su avión en el coche de lujo de un tal Jardine, con quien aquel ha pactado encargarse del asesinato de Spiderman. Rondador huye teleportándose.
Más detalles curiosos: primero, que yo sepa, es la primera vez que se dice (al menos, en las páginas mutantes) que Arcade sea tejano. Tiene acento de Texas, como se hace ver en el coche. Y luego que, al huir, Kurt es consciente de que Arcade le va a detectar por el olfato. Y es que esas nubes de azufre son muy apestosas. Y efectivamente, Arcade, al subir al avión, sabe, por el olor, que Rondador ha estado a bordo. Por eso, Kurt empuja a Amanda (a quien también conoce Arcade, como sabéis) dentro del maletero del coche de Jardine para huir.
Es la única manera de que Arcade no cace de nuevo a Amanda, como ya hiciera en TXM#123. El coche de Jardine parte del aeropuerto, llevando a dos polizones en el maletero. Todo ello, mientras Ms. Locke le ajusta las cuentas a Jardine para demostrarle quién manda aquí.
Como habréis visto por las viñetas precedentes, la discusión entre Jardine y Arcade consiste en que el segundo no ha cumplido con su contrato, al fallar en su intento de matar a Spiderman. Por eso, Jardine, disgustado, le dice que se va a buscar a otro asesino más fiable. Pero ¿se mete Kurt en el maletero de un hampón solo para huir? No: al haber oído que Jardine planea matar a Spiderman, le sigue de esta manera, a fin de evitar el asesinato. De paso, quita a Amanda del peligro de Arcade, quien, por cierto, resulta ser un McGuffin. No sale más en este capítulo al menos.
Pero hete aquí que la cosa se complica porque resulta que Kurt también conoce a Jardine: de hecho, fue el tipo que compró su circo en un momento dado, obligando luego a Rondador a abandonar el trapecio y servir como monstruo de feria. Poco después, se uniría a los X-Men.
En fin, que vaya casualidades ¿verdad? Cuando Kurt y Amanda llegan a su destino, pasando inadvertidos, se dan cuenta de que están en un circo, donde un tirador acecha, a la espera de que aparezca el trepamuros, quien ha sido desafiado por Jardine a que aparezca por su función.
Observad la cara de pasmo de Rondador cuando llega al circo. Incluso un mafioso puede ser capaz de traer la magia del circo. En el fondo, nuestro elfo desearía estar caminando por la cuerda floja. Y no tarda mucho en ponerse en movimiento, de hecho.
Rondador tiene una agilidad similar a la de Spiderman. Así que, aprovechando que no se me ve tan bien a alguien en las alturas de la carpa, comienza a realizar acrobacias para que piensen que él es el trepamuros. Amanda participa en la farsa señalando al extremo superior de la carpa mientras grita que allí está Spiderman. Solo Peter Parker, que también está allí, a todo esto, sabe la verdad. Porque da la casualidad de que él es Spiderman.
El objetivo de Kurt es atraer al asesino, pensando en que podrá esquivar sus disparos. Y el asesino, un tal Degollador, no se hace de rogar. Aunque no degüella mucho, más bien hace de francotirador. Las balas habrían alcanzado al elfo de no ser por la aparición de Spiderman.
Rondador no tardará en devolverle el favor al amistoso vecino. Degollador dispara una serie de proyectiles sónicos que aturden a Spiderman. Cae al vacío, hacia una muerte segura. Menos mal que Kurt se teleporta a tiempo para recogerle antes de que se haga papilla.
¿No encontráis parecido entre el Degollador y Green Arrow? Pues se parezca o no, el sicario comienza a disparar ráfagas contra los héroes. Esto provoca que la multitud salga disparada del circo, presa del pánico. Hasta ahora pensaban que todo formaba parte del espectáculo.
Amanda indica a los héroes que el Degollador ha huido hacia el tejado del circo. Y allá que va Rondador, encontrando al villano en medio de una especie de sala de control. Le golpea con fuerza, pero no contaba con su potente armadura, que para las acometidas del peluchín. Degollador le devuelve el golpe al elfo, dejándolo KO.
Cuando Spiderman llega al sitio donde se escondía el Degollador, solo encuentra a Kurt noqueado. El malo se ha trasladado a los fosos del circo, desde donde suelta a todas las bestias salvajes para provocar el caos. Con un poco de telaraña, Spidey mantiene a raya a la mayoría.
Mientras, el elfo tiene su segundo round con el Degollador. Y vuelve a perder. Esta vez, el sicario le dispara un proyectil cegador que le deja sin vista. Está a punto de dispararle a bocajarro, cuando Spiderman lanza una tela de araña que obtura el cañón del arma del malo.
Esto provoca que, al ser detonada, el arma, tapada, explote en las manos del Degollador, quien queda fuera de combate. ¿Juego, set y partido? Pues todavía no. Jardine, que ha visto a Amanda junto a los héroes, deduce que sería un rehén interesante y la captura, huyendo con ella.
Sin embargo, cuando Amos Jardine llega al coche, se encuentra con que dentro hay un paquete especial: es el Degollador, fuera de combate y atado con telarañas cortesía de Spiderman. Esto despista a Jardine lo suficiente para que Kurt se teleporte cerca suyo y le quite el arma.
Ahora sí, los malos están a buen recaudo. Amanda y Kurt se marchan para continuar con sus planes en pareja, mientras Spiderman se queja amargamente de que le han dejado las tareas de limpieza de villanos.
Este me parece un número interesante en ciertos aspectos, pese a que la historia no es especialmente buena: se dan algunas claves del pasado de Kurt, por ejemplo, explicando el mismo momento en el que nuestro querido elfo decidió dejar el circo, cuando Jardine lo relegó a freak, exhibiéndolo como un monstruo. En este tebeo se dice que Rondador huyó, por lo que es fácil conectar la línea de puntos, deduciendo que el populacho iracundo que vimos en el Giant Size X-Men #1, probablemente vendría buscándolo para lincharle desde que Kurt escapara del circo.
Hay una tercera cosa interesante: en este tebeo, Kurt reconoce que el final de TXM#124, donde Arcade deja a escapar a Betsy, Amanda, Colleen y a él mismo, no tiene mucho sentido y le resulta inexplicable. Sin embargo, Claremont no nos dirá aquí tampoco por qué Arcade actuó así. Una duda con la que, al menos de momento, tendremos que convivir.
Y lo dejamos, que ya es tarde. ¡Que descansen! pero no mucho.