J*der, que pena. Se nos empiezan a ir muchos clásicos que pensamos que siempre estarán ahí. Y eso que no comulgaba mucho con su obra, pero la pérdida de una visión tan única, artística, extraña y arriesgada como la suya es trágica para el cine. Dudo muchísimo que llegue a existir alguien capaz de recoger el testigo.