La verdad es que sorprenden esos errores en portada/contraportada, pues suelen tener muy poco texto y apenas se trata de revisar una veintena de palabras, como mucho. Más que nada porque da una malísima imagen de cara al potencial comprador (o incluso al simple curioso que se ponga a ojearlo): "si ya en la portada tiene una errata/falta de ortografía garrafal, ¿cómo será el interior?".