Daredevil: tomo 5 (pendiente) (1973-1975) Reseña en la web de Universo Marvel:https://www.universomarvel.com/resenas-daredevil-tomo-5-pendiente-1973-1975/Esta reseña corresponde a lo que podría ser el futuro quinto Omnigold de Daredevil, teniendo en cuenta una planificación estimada.
Los números USA incluidos son: Daredevil 97-123, Avengers 111, Marvel Two-In-One 3.
Tras la etapa Gerry Conway, que ocupaba la totalidad del anterior recopilatorio, el turno es ahora para Steve Gerber, guionista de gran parte de este hipotético volumen.
En un inicio, Gerber cuenta con la ayuda de Conway en los argumentos, para hacerse cargo de la totalidad de la parte escrita a partir del tercero número. Los lápices siguen siendo propiedad de Gene Colan, afortunadamente. Aunque no por mucho tiempo.
Tal como ya vivimos en la anterior reseña, Daredevil forma ahora equipo, y pareja, con la Viuda Negra. Mientras que el lugar de residencia del dúo sigue siendo San Francisco.
El plantel de secundarios no se queda atrás en cuanto a lavado de cara. El policía Paul Carson, el inspector de policía O’Hara y Jason Sloan, nuevo socio de Matt en la práctica del derecho.
La etapa empieza con lo que a la postre resultaría ser una larguísima saga. Aunque durante sus primeros compases tenga escasa apariencia de extensa línea argumental, y quizás ni siquiera Steve Gerber lo sabía todavía.
Mordecai Jones, el Mesías Oscuro, es el primer oponente del cuernecitos. Una especie de Adam Warlock de segunda, pero esta vez abiertamente cristiano. Entre el nuevo mesías y su séquito, los Discípulos del Juicio Final, el número es de lo más kitsch.
Antes de volver a la supuesta línea oficial de continuidad, tenemos el crossover con los Vengadores, ya comentado en la reseña del tomo de los Vengadores correspondiente. Muy poca cosa. Ojo de Halcón haciendo el ridículo y la Viuda Negra abandonando a Daredevil para unirse al fin al grupo. Para, tan sólo un número más tarde, volverse atrás en ambas decisiones.
Angar, el aullador, es otro villano de los que tanto gustan a Gerber. Un chiflado fanático de alguna convicción, en este caso el hipismo.
Es aquí cuando nos encontramos con la primera vinculación que apunta a presumible saga. Un tipo en la sombra, ya visto en el arco del Mesías Oscuro, que aparece también como creador de Angar.
En este punto, el baile de autores se está empieza a convertir en una constante. En la parte escrita, tan sólo un número guionizado por un Chris Claremont recién salido del huevo, interrumpe el trabajo de Gerber. Pero en la parte gráfica, tras el abandono de Gene Colan, tenemos a Sam Kweskin, Rich Buckler, Syd Shores y Don Heck que se queda para cuatro números. Justo antes de pasarle el testigo a Bob Brown, que acabará siendo el dibujante más o menos estable.
El turno es ahora del Zancudo, en un número prescindible guionizado por Claremont. Al que le sigue otro quizás peor, con un villano bastante chapucero llamado Ariete y con Spiderman de infortunado invitado. Ya con Don Heck enturbiando el apartado visual.
El misterioso y oculto hombre contrata a Kraven para que elimine a Daredevil, justo cuando todo da un giro de lo más inesperado.
En plena batalla, Daredevil desaparece y aparece en Titán. Escenario donde Jim Starlin se encuentra como pez en el agua, así que en el número viene insertada precisamente una secuencia de cinco páginas dibujada por el autor cósmico, en la que aseguraría que aporta algo más que dibujos. La cosa va sobre Dragón Lunar, nombre definitivo de un personaje que apareció recientemente en Iron Man, bajo el alias de Madame Maligna. El lavado de cara es total, nada que ver con la que parecía una villana bastante vulgar. El mini relato, bastante interesante, nos cuenta su origen y vincula a Dragón Lunar a Titán para siempre.
Pero aquí se termina lo bueno.
A partir de este momento la saga entra en un cúmulo de decisiones que parecen producto de una mala improvisación.
Vistos los episodios anteriores, que Dragón Lunar sea la responsable de la creación del Mesías Oscuro, de Angar y de Ariete me parece un giro poco creíble.
Total, para que al final la mujer acabe haciendo el primo cuando se descubre quien es el verdadero villano en la sombra. Para mayor pobreza argumental, se trata de un vulgar abogado cuyo deseo es ser coronado rey de San Francisco.
Lo que queda de arco, que no es poco, consiste básicamente en escenas de acción sin apenas rumbo. Daredevil intentando detener a los tres villanos títeres más un cuarto llamado Terrex. Y una parte final donde Gerber arrastra la línea argumental hacia Titán a falta de mejores ideas, con inserción del Capitán Marvel en la trama sin venir a cuento.
En medio de todo ello, Daredevil recupera la vista para volverla a perder tras unas pocas páginas, en una secuencia que no merece otro calificativo que el de anticlímax.
Bob Brown, por cierto, hace su entrada en la colección al final del arco. Y luce bien, pero no es más que un espejismo provocado por el entintado de Sal Buscema.
La etapa Gerber-Brown.Los siguientes entintadores poco pueden arreglar el discreto trabajo de Bob Brown, especialmente lamentable cuando cuenta con Don Heck como embellecedor.
Entramos así en un nuevo desarrollo argumental por parte de Steve Gerber, el más ambicioso hasta ahora. Se trata de la saga de Espectro Negro, que se extiende durante muchos números.
Espectro Negro es una misteriosa organización, no exenta de recursos, cuyos objetivos acabamos descubriendo en los números finales. Su afición parece ser la de derrocar democracias. Tras tres intentos en países africanos, no se les ocurre otra que intentarlo con los Estados Unidos de América.
El escenario se traslada a Nueva York, donde Matt acude en ayuda de Foggy. Aparece el Escarabajo para acabar no aportando nada, mientras que Matt y Natasha nos obsequian con otra ración de recelos mutuos.
La confusión se adueña de la trama hasta que aparece Shanna, la diablesa, que resulta ser la sobrina del Inspector O’Hara. A partir de aquí la saga parece decidirse por un rumbo más concreto.
En lo que respecta a los villanos, el Mandril y Nekra, la sacerdotisa de las tinieblas, provienen de la corta colección de Shanna. En lo que a muchos efectos sirve también como cierre de aquella difunta serie.
Realmente, la cantidad de giros, situaciones y personajes es cuantiosa. Incluido un crossover con Marvel Two-In-One, que permite la entrada en escena de la Cosa y Mr. Fantástico.
La acumulación de personajes hace que por un momento el protagonismo lo comparten simultáneamente Daredevil, la Viuda Negra, Shanna, el Mandril, Nekra y el Samurai de Plata.
Por no hablar de los personajes de a pie, que también adquieren protagonismo: Foggy, O’Hara y Candace Nelson, una hermana de Foggy que Gerber se saca de la manga.
Al final, creo que el resultado no es malo, destacando quizás el relato de origen del Mandril y Nekra.
Pese a la sobresaturación general, a la confusión inicial y al trillado cuadro motivacional del Mandril del odio al diferente, estamos ante un arco con buen ritmo y entretenido. Además, Gene Colan todavía va haciendo aportaciones salteadas y se encarga maravillosamente de dos números.
Steve Gerber, como guionista de la colección del Hombre-Cosa, aprovecha para llevar a Daredevil al terreno del pantanoso personaje. No estamos en realidad ante un crossover entre series, por mucho que el Hombre-Cosa, un poco metido con calzador, dicho sea de paso, también intervenga.
Candace Nelson adquiere aquí su único papel mínimamente relevante en un arco de pura intriga, con el propio Matt haciendo las labores de investigador privado.
El escenario se traslada a los Everglades donde Daredevil se enfrenta al Gladiador y al Rondador de la Muerte, un enigmático ser fantasmal.
La historia funciona más por escenas sueltas que por conjunto, y por el misterio que se esconde bajo la capa del nuevo villano. Aceptable sin más.
Bastante peor es la línea argumental que sigue, con el Búho como oponente.
Flaco favor para el supervillano, que queda retratado como uno de los personajes más ingenuos que recuerdo. Por no hablar de la inverosímil situación de tener a Daredevil inmovilizado y que ni se le ocurra quitarle la máscara.
De nuevo la participación de Shanna, no se sabe muy bien para qué, y nada que resaltar. Lo único salvable es el número dibujado por Gene Colan, que parece que lo tienen para emergencias.
El fugaz Tony Isabella.Gerry Conway y Don Heck nos martirizan con uno de los números más malos de la colección, con el Circo del Crimen como oponentes, antes de dar paso al nuevo guionista.
La estancia de Isabella en la colección tan sólo da para cinco números, todos ellos con Bob Brown a los lápices.
La etapa es un regreso a los orígenes de la colección. Isabella vuelve a fijar la residencia de Matt y Nat en Nueva York, restablece el protagonismo perdido de Foggy y le enseña la puerta de salida a su hermana Candace, que finalmente ha pasado con más pena que gloria por la colección.
Tras un primer número bastante flojo enmarcado en el mundo del boxeo con la presentación de un fantoche llamado el Aplastador, Isabella y Brown se embarcan en algo bastante más ambicioso.
El largo arco trae de vuelta la clásica lucha de poder entre SHIELD y Hydra, con estos últimos, como no, a la caza de la supremacía mundial.
Esa es la base sobre la que se erige la trama, en la que Daredevil, la Viuda Negra y Foggy se ven implicados y son utilizados.
Tenemos coqueteos con la política, más que nada por la condición de Foggy de fiscal del distrito, y con el espionaje. Si bien lo más interesante está en la fuerte personalidad desarrollada por la Viuda Negra, de acuerdo a sus complejas relaciones con Matt y Foggy. La intriga la pone el Hydra Supremo y la sorpresa al desvelar su identidad, mientras que el divertimento viene por parte del desfile de agentes de Hydra con superpoderes, pese a que no son gran cosa: el Jaguar, el Temerario, Ala Negra, la Asesina de Hombres, Taladrador y Mentallo.
No está mal. Entretenidillo.
Conclusión.No creo que este posible tomo mejore nada con respecto al anterior. De hecho, gráficamente es claramente inferior que aquel.
La etapa de Steve Gerber me resulta bastante decepcionante. Tan sólo la saga de Especto Negro merece el calificativo de resultona. La de los Everglades no pasa de aceptable mientras que la de Titán pierde agua por varios frentes.
Tony Isabella apenas dispone de espacio para desarrollar nada, pero por lo menos nos deja una saga bastante correcta.