Yo empecé muy pronto a leer tebeos, siempre me han gustado, a parte de los típicos Superhumor,
Mikis, Tope Guay, Pitufos y cosas variadas recuerdo que me gustaban mucho Johan y Pirluit, El Aguilucho y Yoko Tsuno, que fueron las primeras cosas que intente seguir.
Muchas de estas cosas eran habituales en los chavales en general, todo el mundo tenía algún Mortadelo, o Asterix, Tintín, Guerrero del Antifaz, Flash Gordon y cosas así, leer tebeos era algo normal, e incluso superhéroes de forma ocasional.
Pero cuando uno crecía un poco y se lanzaba con Marvel o DC de una forma digamos fiel y continuada...eso era más infrecuente, no éramos mayoría desde luego, aunque tampoco era tan raro, siempre uno conocía a varios con su misma afición, solo que en el cómputo global éramos minoría.
Y aunque en mí barrio éramos unos pocos los que andábamos metidos, en clase yo fui el único acérrimo, pero curiosamente el detonante tuvo lugar ahí, cuando un compañero llevó a clase el número 3 de Secret Wars, y aunque por casa andaba un destrozadísimo ejemplar de los 4F (que me gustaba mucho) esto fue lo que me hizo terminar de flipármelo (ya había tenido acercamientos al mundillo, tenía un montón de AirgamComics, por ejemplo), y con esto, junto con los muñequitos de las mismas Secret Wars, me metí a saco y hasta hoy (con mis idas y venidas). Eso sí, pique a unos cuantos con el tema y en los recreos pues a jugar a los supers, yo siempre era el Capitán América.
Curiosamente fue en el instituto cuando, después de haberme pasado a DC, volví a retomar mi contacto con Marvel después de haberme alejado un tanto con los primeros síntomas del noventerismo, ya que en clase había un par de compañeros que también leían y varios más en otras clases, y algunos nos prestábamos cómics; luego nos metimos juntos y de lleno en aquellos primeros días del manga y el anime, ya sabéis, los títulos de Viz y las pelis en VHS del videoclub (nos cargamos la cinta de El Puño de La Estrella del Norte de tanto rebobinar algunas partes en un fin de semana que la tuvimos alquilada
).
Y con el tiempo llegué a ser por mis propios medios rey del trono de Aquilonia, pero esa, es otra historia.