Un adiós especial es dura, muy dura. Y lo es por su sobriedad y porque no dramatiza. Nos muestra lo que hay sin más, sin excesos ni dramas. Y eso, para mi, la hace real y empática, aunque quizá para muchos "demasiado" real. Pero tampoco vamos a demonizar la obra ni acercarnos a ella con miedo por temor a que nos chafe el día. No lo hace. Cierras el tomo y continúas con tu vida, es lo que hay.
Recuerdo que en el insti, hace ya muuuuchos años, nos mandaron leer un título de Tolstoi, el que quisiéramos, y yo que era muy vaguete, opté por lo más cortito que vi para acabar pronto y quitármelo de encima: "La muerte de Iván Illich". Me puse a leerlo a la una o así, antes de comer y tenía un hambre de la hostia. La novela te viene a contar la muerte de una persona desde el punto de vista de quien se está muriendo. Me moló mucho a pesar de que la recuerdo cruda y desasosegante. El caso es que para la hora de comer ya me la había terminado. Y se me había quitado el hambre.
Quiero decir que son relatos chungos, vale, de los que dejan poso y regusto amargo, pero que luego, a media tarde, con la tripa vacía, meriendas por trece.
Está claro que si estás pasando por un momento parecido en que tus padres o tus abuelos están en esa etapa de la vida de evidente declive, no te va a apetecer leerlo. Entiendo y comparto el rechazo a leerlo en esa situacion. Yo tampoco lo haría. Abres el tomo, lees el comienzo y piensas "fuá, yo esto no me lo voy a poner a leer, llego agobiado del trabajo, tengo un familiar que se me está muriendo de no se qué y lo último que me apetece es leerme esta mierda deprimente". Lo entiendo.
Pero no es una mierda y en mi opinión, es necesario leerla, porque, por desgracia y como decía en la reseñilla, la muerte y el paso del tiempo son algo constante. Y sobre todo porque es un cómic buenísimo, que cojones
Ya se encontrará el momento adecuado.