Los Campeones: tomo Marvel Limited Edition (1975-1978) Leido el tomo de los Campeones.
Lo primero que salta a la vista es lo heterogéneo que es el grupo. La verdad es que algunos miembros no pegan ni con cola, en un principio, pero todo depende de lo que se haga con ellos.
Los primeros números, a cargo de Tony Isabella, son realmente flojos. Los protagonistas deambulan por ahí sin una personalidad mínimamente trabajada, con lo que los diálogos y motivaciones resultan bastante insulsos. Tampoco los dibujos de Don Heck y George Tuska ayudan.
Con la llegada de Bill Mantlo se nota una notable mejora. La trama del grupo que, digamos, sería el germen de los Supersoldados Soviéticos, toma interés. Los personajes están mucho mejor trabajados, el Motorista es mucho más el personaje inadaptado y que recela del grupo, el Hombre de Hielo es el adolescente inseguro conocido, etc.
Ya con Byrne a los lápices la cosa mejora todavía más en dos líneas argumentales de lo más entretenidas, puro Mantlo, y una muy buena coordinación narrativa entre Mantlo y Byrne. Ya con Estrella Oscura plenamente integrada en el grupo. La primera cierra hilos de la serie del Goliat Negro pero creo que no hace falta leerse esa colección cuyo argumento francamente no recuerdo. En la segunda tenemos la presentación de un villano que a mí me encanta, el Enjambre.
No sé como se las arregla Mantlo pero sus cómics acaban siendo siempre de lo más efectivos. Muy poco pretenciosos y haciendo de la sencillez su mejor arma, además de unos diálogos muy llevaderos.
Podríamos decir que con Byrne termina la colección porque lo que viene detrás es bastante prescindible. Apariciones y crossover con otras colecciones, bastante discretos, y luego un último número que no aporta nada y corta en seco la serie. Los dos números finales de Spectacular Spiderman explican como se deshizo el grupo y recuperan a uno de los villanos de la serie, además del Ángel y el Hombre de Hielo. Si no se incluyen no pasa nada aunque son dos buenos números.
En resumen, la parte central de Mantlo, especialmente la de Byrne a los lápices, me parece disfrutable, pero el resto es bastante flojo.