Comprar online durante el estado de alarma y dada la situación me parece egoísta cuanto menos, y no por las librerías y su posible facturación, si no por el trabajo indirecto que genera. Que te llegue un cómic ahora implica un trabajo humano de logística por detrás (almacén, empaquetado, repartos...), que debería estar en casa minimizando cualquier exposición y posible propagación. Un cómic no es primera necesidad, ademas todos tenemos pilas de lecturas pendientes!!
Mi librería habitual (Elektra) ha parado toda actividad (al menos de venta) tanto física como online. Ahí me tendrán en la puerta el primer día comprándoles todo los retrasos
Innecesario es, para qué nos vamos a engañar.
Comprensible también, porque no solo las tiendas han de vivir, si no también los trabajadores de las empresas transportistas.
Mi pregunta es: ¿estamos preparados para asumir el coste económico de dicha entrega en las condiciones higiénicas actuales?
No tiene el mismo coste hacerlo en el día a día normal, que con las medidas adoptadas de separación, limitación de plantilla, de transporte, etc. Eso tiene un coste, y todos estamos acostumbrados a los gastos de envío gratis por una compra mínima.
Yo creo que es posible seguir comprando online, aunque no sea mi intención si puedo evitarlo, con las medias higiénicas adecuadas, pero también soy consciente de que eso tiene un coste.
La preocupación ahora no tienen que ser el coste económico, sino el coste humano. ¿Están todas esas personas detrás de tu pedido seguras?
Yo creo que esta debería ser la pregunta.
Tirad de pila de pendientes!!!
Si ahí estamos de acuerdo. La salud lo primero.
Por eso he dicho que las medidas extras que han de adoptarse para trabajar con seguridad cumpliendo los nuevos requisitos higiénicos tienen un coste. Coste que no creo que los usuarios estemos a día de hoy preparados para pagar, y menos para productos no primarios.
Además, que estoy seguro que dichas medias no se están tomando.
Desviándome un poco del tema por llevarlo a un terreno que controlo más, al menos en el mundo de la construcción, que imperan las mismas restricciones que en la entrega de paquetes, sé que dichas medidas no se están cumpliendo y los trabajadores que están en la obra están muy quemados por su situación de indefensión, ya que las medidas a adoptar dependen exclusivamente de sus jefes.
Y la realidad, es que las obras pararán, muy a pesar de las constructoras, por el mero hecho de que el coronovirus campa a sus anchas y empresa en la que se da un positivo, empresa que ha de cerrar y ponerse en cuarentena 15 días, y como en una obra todos los tajos están interrelacionados, pues para uno y a la larga paran todos. Y todo porque no es factible trabajar con las medidas higiénicas necesarias, porque eso conlleva un sobrecoste que nadie está asumiendo, ni el cliente ni la empresa constructora.
A lo que iba es que estas medidas para garantizar el trabajo seguro cuestan dinero, y lo lógico es centralizar las ayudas económicas estatales en los sectores de primera necesidad, como hospitales, supermercados, suministros, etc. y en el resto de sectores, que los ha de pagar de su bolsillo, no los implementa.
Y así van las cosas.
De ahí tanto mi intención de no comprar online.
No por putear a las tiendas físicas, si no porque la realidad es la que es. Y ni quiero que se trabaje en situación precaria por mi culpa si puedo evitarlo ni estoy dispuesto a pagar el doble por un cómic porque me sea entregado en las condiciones adecuadas.
Será por lectura.