De "El Puerto Prohibido", de Teresa Radice, rezumando poesía en todos los textos.
Los pensamientos de Abel, tras hacer el amor por primera vez con Rebecca y mientras contempla la belleza de su rostro:
"Hundo mis ojos en aquella mirada esmeralda. Leo la necesidad de un gesto, el mudo sufrimiento de la separación, y no hallo nada que rebatir. Tómalo, Abel, dice el silencio de Rebecca. Es todo lo que puedo ofrecer, aparte de a mí misma."