He leído
One Piece Nº 95.
Retomo la lectura de la serie tras mi
anterior comentario.
Yo estoy un poco en la línea de
fanpiro, no ha estado mal este tomo, aunque tengo la sensación de que la serie está en un momento algo tibio. Los primeros capítulos me han parecido insufribles, sobre todo con ese salto continuo de localización y ese baile constante de personajes. Mi sensación es que Oda quiere transmitir la importancia de lo que estamos a punto de presenciar, pero como nos deja a medias con la irrupción del flashback dedicado a Oden, incluso mete un interludio entre el final de un acto y el de otro, pues deja una importante sensación de
coitus interruptus que no te la quita nadie. Por otra parte, y aunque cuesta meterse en situación por esos primeros capítulos, al final sí es cierto que cuando nos centramos en la historia de Oden y su relación con míticos piratas, la verdad es que la cosa mejora un poco, y suscita algo de interés, pero también es cierto que al haberse revelado algunos acontecimientos, también se vuelve algo predecible en ciertos momentos. En definitiva, la serie sigue más o menos entretenida, pero parece que continúa perdiendo algo de fuelle. Y lo peor es esa sensación de que va a llegar algo gordo y flipante, pero que se acabe alargando tanto que eso nunca llegue.
Como bien comenta
fanpiro, el inicio del tomo ya da una pista importante de la complejidad de la saga, que necesita cuatro páginas para presentar a los personajes más relevantes que intervienen. Ya lo he comentado en otras ocasiones, pero esto es una burrada que excede en mucho a otras sagas en las que hemos visto pasar por estas páginas un amplio elenco de protagonistas. Aquí a Oda se le ha ido la mano, eso está claro, lo que está convirtiendo la lectura en algo farragoso y muy complicado de seguir el hilo. En otro tiempo, descubrir las historias de las espadas de Zoro, o las escenas de entrenamiento de Luffy nos dejarían con ganas de ver como evolucionan los personajes y sus poderes, pero aquí todo está diluido en un constante cambio de escenario que a mí me ha parecido más el prólogo de algo que el final de uno de los actos de esta larguísima saga. Quizá lo único que me ha impactado un poco es ver que ese combate épico entre Kaido y Big Mom
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Otro ejemplo más de que Oda desprecia la importancia de un buen combate en esta serie, que a medida que pasan los capítulo cada vez son más inexistentes. Yo creo que lo más lógico hubiese sido
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pero se ve que Oda no tiene tiempo para estas cosas, sino para seguir aportando elementos a una trama que cada vez cuesta más seguir con un mínimo de interés.
Tras finalizar el segundo acto comienza un interludio en el que Oda nos pone al día de los cambios que está sufriendo el mundo, enlazando con la importante reunión de los reyes que vimos en pasados episodios. A mí esta parte me ha resultado algo interesante, pero de nuevo estamos ante un prolegómeno prolongado. Si estuviéramos más cerca del capítulo 1000, diría que Oda se reserva para el mismo, pero cuando falta tanto para llegar a esa cifra lo considero una prolongación excesiva de la trama, algo que quizá se viene repitiendo con demasiada asiduidad en esta saga, por desgracia. Cabe destacar, por cierto, el guiño de Oda a esos reyes que nos recuerdan a figuras como el rey de Inglaterra, el tío Sam o Hitler, al igual que en el fin de acto vemos siete samuráis, un número que estoy seguro que no obedece a la casualidad, sino que es un guiño a la mítica película de Kurosawa.
Este interludio sirve para rescatar alguna historia del pasado sobre el papel de Garp como héroe, así como importantes sucesos antes de la conocida como era de los piratas. De ese modo, y gracias a Sengoku, descubriremos aspectos ocultos hasta ahora del abuelo de Luffy o de la tripulación de Rogers, de la que surgieron después importantes piratas que ya conocemos. También conoceremos a la banda de Rocks, de la que fueron miembros Kaido y Big Mom. La verdad es que esta ampliación del pasado me ha gustado, pese a que opino que Oda no está llevando muy bien el salto temporal continuo al que somete a la saga. Por otra parte, el aspecto más significativo es conocer por fin la resolución de la reunión de los gobernantes del mundo, en la que se establece que
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Además, hay una noticia que no se termina de aclarar, o al menos yo no me acabo de enterar con el salto continuo de escenario, y es que me ha dado la sensación de que
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La verdad es que no me queda claro, no acabo de entender del todo que me quiere contar Oda, que está en estos episodios demasiado enigmático y muy poco claro narrativamente. Como decía antes, tanto empeño en trasladar la sensación de misterio antes de la revelación, que al final ni hay revelación, ni el gran momento parece llegar nunca.
Posteriormente, volvemos a Wano para ser testigos, supuestamente, del momento cumbre en el que se va a reunir la gran revolución que tanto se esperaba desde el inicio del tomo para encontrarnos con que
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Y ahí queda la cosa, porque ahora Oda decide que nos va a contar uno de sus largos flashbacks cortapuntos. Bienvenidos a One Piece, la historia de piratas contada en flashbacks...
Yo no suelo estar en contra de este tipo de herramientas narrativas, pero la verdad es que Oda aquí nos ha dejado con la cara partida. No me extrañaría nada que en su momento tuviese importantes críticas al respecto. El flashback empieza un poco aburrido. No sé si es la sensación de que llegábamos a un momento cumbre de la saga, a punto de ver una gran batalla entre miles de guerreros, o lo que uno espera que sea el momento épico de una trama, o simplemente es que se ha mantenido en el oscurantismo a la figura de Oden para descubrirlo aquí en este momento preciso. Y lo peor de todo, es que después de haber visto esa silueta del personaje en contados episodios para descubrir su apariencia finalmente uno solo puede pensar: "¿Y ya está? ¿Para esto tanto misterio?". Bajo mi punto de vista, ese es uno de los principales errores en los que está cayendo Oda desde hace mucho tiempo. Crea una serie de expectativas que después no es capaz de cumplir. Si ni siquiera hemos visto un buen combate de la banda de Luffy después del salto de dos años. En mi opinión, se está equivocando, y mucho.
El flashback viene a contarnos la historia de Oden, que en buena parte no es nada nuevo. Es decir, no deja de ser un personaje muy típico de la serie, o de cualquier shonen de hecho, que comienza como alguien rebelde y con ganas de vivir la vida en libertad, incluso tiene el sueño de salir de Wano, conocer mundo y ofrecer a su país la posibilidad de que se abra al mundo. De ese modo, con su filosofía de vida y su gran carisma se va rodeando de aquellos personajes a los que ya conocemos. Tiene una fuerza descomunal que va desarrollando con el crecimiento y con un estilo muy parecido al de Luffy conseguirá grandes logros como salvar a una ciudad de una bestia legendaria, poner orden en un barrio conflictivo, y ser nombrado daimio después de ser desterrado por su propio padre, el sogún de Wano. No obstante, y a pesar de todo, Oden tiene un sueño por encima de todo, conocer mundo. Una oportunidad que aprovechará cuando conoce a Barba Blanca. Es en ese punto donde la historia empieza a coger un poco de ritmo, y parece que Oda se centra en desarrollar el pasado de los grandes piratas que hemos conocido en el presente, enriqueciendo mucho la historia de este mundo de ficción que ha creado. Pero lo cierto y verdad es que todo lo que va planteando Oda en esta saga o le cuesta arrancar o se va desarrollando de forma fallida. Ojalá este no sea el caso, y por fin podamos ver despegar del todo una saga que se está alargando en exceso y que peca de una coralidad abrumadora. Continuará...