Estos últimos días he leído el serial setentero dedicado al
Gólem, todo ello en glorioso B/N dentro del Essential: Marvel Horror #2.
La verdad es que muchos de estos seriales (o series abiertas, como la de Skull) tienen fama de irregularidad, bandazos, improvisación... pero creo que en este caso se alcanza otro nivel
El primer número es
Strange Tales #174. Con guión de Len Wein y dibujos, ojo al dato, de John Buscema, se nos presenta al Gólem nada más comenzar, en boca de un tal profesor Adamson, que se encuentra en el Sáhara con su sobrino, su sobrina y el noviete de esta haciendo excavaciones, como el que se va al campo a coger florecillas. El Gólem parece ser una mezcla entre leyenda y realidad, una estatua creada en Praga hace siglos y a la que dio vida por medios sobrenaturales el mismo sabio judío que la cinceló. Durante mucho tiempo defendió a su pueblo de la opresión, hasta que un día se marchó al desierto y se dejó cubrir por entero por sus arenas.
En el presente, Adamson y los suyos logran desenterrarlo, pero con la mala fortuna de que justo entonces pasan por allí unos soldados desertores con muy malas pintas que piden quedarse unos días en el campamento. Los invitados no solo son unos salidos y tratan de abusar de Rebecca, la sobrina de Adamson, sino que son pillados con el carrito de los helados tratando de robar los suministros. Finalmente uno de los soldados se pasa de la raya y acribilla al profesor. Su líder teme represalias internacionales y decide irse bien lejos con el resto del grupito como rehenes. Pero en el campamento, Adamson logra de algún modo emplear los pergaminos de su colección y hacer que el Gólem cobre vida mientras él empieza a sentir desaparecer la suya, para que proteja a los suyos. Como resultado, la enorme estatua de piedra comienza a moverse y pega una soberana paliza a los malos, tras lo cual los jovenzuelos parecen reconocer en la mirada del monstruo cierto brillo particular que tenía el profesor.
Como número de origen no está nada mal, y de hecho es el mejor de todos. La lástima es que a Buscema le entinta Mooney y marca demasiado su propio estilo, pero el dibujo no es ni mucho menos el problema de este serial.
Strange Tales #175 salió dos meses después reeditando historias de monstruos de Kirby y Ditko. Algo no va bien
Efectivamente, en
Strange Tales #176 la historia se retoma y ya no queda ni el apuntador. Mike Friedrich a los guiones y Tony De Zuñiga al lápiz son el nuevo equipo creativo, y rápidamente uno se da cuenta de que no saben muy bien por dónde tirar. Aparte de gastar una página entera rememorando la historia de origen (la serie era bimestral, habían pasado 4 meses), tenemos un breve conflicto del Gólem con unos soldados cuando el equipo de Adamson trata de llevarlo de vuelta a América en barco. Pero la "chicha" viene cuando aparece Kaballa, un señor de los demonios con unos aires de megalomaníaco, una verborrea y unas pintas que son dignas de admirar. Dice que lleva siglos esperando al Gólem para hacerse con él y así conquistar el mundo. ¿Por qué? Pues él sabrá. Para lograr su objetivo manda a tres demonios del aire a atacar el barco, y casi vence porque se nos dice que el poder del Gólem está ligado a su contacto con la tierra. Pero de repente, como si de Popeye al comer espinacas se tratara, nuestro protagonista recupera su poder y les da estopa a sus enemigos. Los demonios se derriten al caer al mar, pero no antes de partir el barco en dos. El Gólem empieza a nadar a toda velocidad y como si frena se hunde, sus amigos humanos se suben a él de milagro y logran alcanzar una isla.
Y en la última viñeta, el Gólem habla. O piensa. O yo qué sé. No queda nada claro.
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Strange Tales #177 empieza con un breve relato sobre otro Gólem, que se ve que en el universo Marvel la civilización que no ha tenido uno es porque no ha querido. Resulta que se pueden "desconectar" si borras la primera letra "E" de la palabra "Emeth" que tienen en la frente cuando están activos. Pero en la historia la cosa acaba mal y el dueño la borra cuando su Gólem está inclinado hacia él, así que le cae encima y lo mata. Debió leer el manual de instrucciones.
En el presente, la estructura de este número es exactamente igual que la del anterior. Kaballa hablando solo como si estuviera loco y mandando demonios a por el Gólem, esta vez de fuego. Nuestros protagonistas están en una universidad de Florida en vez de en un barco, y se nos presenta a dos nuevos personajes, un profesor ex-colega de Adamson y su guapa ayudante, pero rápidamente estamos en las mismas. El Gólem sufre el ataque de los demonios, recibe hasta en el carnet de identidad, y de repente saca fuerzas y contraataca. Durante la pelea el Gólem tiene bocadillos de pensamiento y razona, convirtiendo todo en un sindios. Por supuesto, esta vez sí que le aparece la palabra "Emeth" en la frente, cosa que no había pasado hasta ahora
El número acaba con las mismas dudas que el anterior y alguna más.
Y ya aquí viene la guasa. En el propio número se incluye una nota de los autores en la que admiten que no tienen ni idea de qué hacer con el personaje ni qué tono darle al serial. Poco menos que piden perdón y admiten que ha sido un error intentarlo, y anuncian que se acabó. Brutal
Los cabos sueltos se tratan de solucionar casi un año después en
Marvel Two-in-One #11, un número que promete despropósitos ya desde la propia portada, ¡porque el Gólem habla en ella!
Al guión está Mantlo y al dibujo un Bob Brown que aún está muy verde en lo que a dibujar a Ben Grimm se refiere. La cosa (y nunca mejor dicho) es que en la universidad San Pedro, todos llegan a la conclusión de que al Gólem lo que le impulsa es el amor por los allegados de Adamson, y cuando están en peligro es cuando adquiere su máximo poder. Debo mencionar que Brown dibuja al profesor de la facultad de tal manera que parece otra persona. En el serial era un viejo y aquí es un tío joven. Es que es un no parar esto.
Kaballa, que es un poco voyeur, espía toda la conversación y se le enciende la bombilla. Si separa a los Adamson y compañía de la estatua, podrá controlarlo. ¿Por qué? Pues... no, en serio, ¿por qué? Tirando de los pocos demonios que le deben quedar, manda a los que basan su poder en el agua a que inunden los alrededores de la universidad, de tal manera que quede aislada del resto de la ciudad.
La Cosa, que viaja en tren con Alicia Masters cerca de la zona, se entera del percal en la radio y decide pasarse a ver qué sucede. Allí se encuentra con el Gólem destruyendo el centro de la ciudad, mientras los chavales ven todos desde la universidad. Ahora, por favor, que alguien me explique cómo ha podido llegar el Gólem allí y ellos no.
Debo reconocer que la pelea entre Ben y la estatua está muy bien, con el pobre Grimm recibiendo palos y no haciendo ni un rasguño al Gólem. De repente, la dichosa palabra "Emeth" vuelve a aparecer y súbitamente la Cosa recibe imágenes mentales de todos los acontecimientos recientes. Sumad telepatía a las habilidades del Gólem. Enterado de todo, Ben se dirige a la universidad, y tras combatir a los demonios logra que los Adamson lleguen hasta el Gólem, que entonces se para en seco. Kaballa se harta de todo y hace acto de presencia, pero a pesar de ser muy gallito se achanta cuando se le acerca la estatua y acaba tomando las de Villadiego. Al final de la historia el Gólem parece que pasa a engrosar las filas de estatuas de Florida en las que las palomas pueden posarse.
Y nunca más se supo. Kaballa reapareció dos años después en Rampaging Hulk, pasando ya del Gólem y como parte del grupo La Conspiración que se enfrenta a Ulysses Bloodstone. Y en ese extraño volumen de los Comandos Aulladores formados por SHIELD con monstruos de toda clase, aparece un Gólem, que a saber si es el mismo.
Un personaje fallido al que nadie ha echado, echa ni echará de menos.