Ya abro fuego yo.
Uno de los clásicos villanos de Lee Marvin, y por el que se le reconoce el eterno papel de malo de la película.
Y es que el tio parece hecho para interpretar este tipo de papeles.
Pese a que aquí no es más que un esbirro y no es que sea el centro de la película, no deja de impresionar.
7,7