Noche oscura, una historia verídica de Batman: la autobiografía de Paul Dini
Bueno, lo primero es aclarar que no es una historia al uso, eso está claro. Y con esto me refiero a que, si bien los guionistas de cómic son bastante nihilistas y autoreflexivos en ocasiones (Morrison, Byrne, Gerber, Gaiman...), rara vez usan a los personajes para dar vueltas a su vida, sino al contrario. Ensalzan las historias de los héroes con fragmentos y anécdotas.
Me ha parecido una historia muy interesante, atractiva, que coquetea con la autocompasión y la aceptación. Una historia que merece la pena escribir y leer, aunque no sea algo trascendental u objetivo, sino todo lo contrario. Es interesante por el tono personal, porque se adapta a la vida de Dini, y solo de Dini.
Si bien, deja un poso amargo. Me explico; me ha entristecido comprobar que Paul Dini haya sido una persona tan triste y amargada. Me ha recordado, por algunos detalles de su vida (dicho con la mano en el corazón, y con todo el respeto) a algunos fans que conozco, y alguno en este mismo foro. No deja de chocarme y entristecerme terriblemente descubrir que existen personas así de infelices. Porque nunca terminas de creértelo. Personas extraordinarias, con ciertos dones o atractivos, que sin embargo no tienen la más mínima idea de cómo interaccionar con los demás. Carecen de habilidades sociales, tienen pocos amigos, hacen un mundo de cualquier problema, son solitarios por naturaleza, y el apartado sentimental, les pesa como una losa atada al cuello.
Me sigue pareciendo triste que haya personas que no sean felices con su vida, sin importar lo que tengan en ella. En el caso de Dini, la parte con la que sí me puedo identificar, es la de ser un profesional con un trabajo que millones darían cualquier cosa por tener, y a pesar de ello, a veces no valorarlo. Porque de todos esos millones de niños que leían cómics, libros, veían series, películas, tú eres uno de los pocos que cuenta con un trabajo con el que solo podías soñar de niño, y a tu manera, aunque a veces te parezca poca cosa, absurdo, inútil, haces feliz a cientos, miles, millones de personas, de una forma u otra, poco o mucho.
Esa enseñanza, para los creadores, siempre me ha parecido importante. Hay que saber valorar lo que uno hace, disfrutar de ello, y más importante, ni renegar de ello ni obsesionarse (tener la casa llena de figuras de tres metros de Batman y vivir en una cueva solo rodeado de frikadas, a no ser que eso sea realmente lo que quieres de la vida).
Sin embargo, como digo, el aspecto personal del ser humano me ha parecido muy pobre y digno de empatía. Es como; "vamos, en serio, quiérete un poco, hombre". No sé. Supongo que no todos saben ser felices o están hechos para ello, por mucho talento o virtudes ocultas que puedan tener. En ese sentido, se agradece la crudeza y falta de orgullo o vergüenza de Dini para abrirnos los rincones más personales de su mente, las situaciones más ridículas y bochornosas. Pero de nuevo, temo que condicione un poco mi visión del autor, y me haga a veces tener ganas de chillar: "¿¡Es que nadie de este mundillo es normal!?".
Pero, supongo que hay que aceptar que el arquetipo existe por algo, y que muchos compañeros de afición, o incluso profesionales, tienen este tipo de problemas diarios, que son reales, y que encuentran consuelo en los consejos de sus héroes (algo que de forma comedida y simbólica me parece muy tierno), y quizás, con un poco de comprensión o ayuda, puedan llevar una vida mucho más satisfactoria y feliz, incluya esposa, hijos, peces, gatos, galletas, consolas, o lo que sea.
Así, quizás llegue el día, espero, en que sean muy pocas las personas que se sientan identificadas en lo personal con estas experiencias.