Vista de nuevo El Consejero
Me la sigue poniendo dura, la verdad.
Pero es que a mí McCarthy siempre me la pone.
Es cierto que tiene dos de las escenas de sexo más gratuitas e innecesarias de la historia del cine.
Es cierto que odio a Penelope Cruz.
Y es cierto que toda la película está basada en diálogos smartass de filosofía y existencialismo en los que hasta un camarero se pone zen.
Pero es que me mola. Me gustan sus personajes, la fuerza de sus diálogos y la sencillez de sus escenas. Me gusta el tema, me gusta la forma de tocarlo. A ratos me parece brillante. Un poco la Infiltrados de Scott. Llena de defectos, pero apasionante.
Me la suda la crítica. Y el público.