A mí me impactó muchísimo de niño. Vamos, que no me lo podía creer.
Estaba acostumbrado a que al final los buenos siempre lo consiguen al final, siempre salvan el día, y seguí leyendo seguro de ver cómo finalmente lo solucionaban... para comprobar inmediatamente que no fue así.
Una tragedia. Os juro que lloré de chaval.
Y esa viñeta con el cuadro negro alrededor... pedazo de Byrne, leches.