Hay una variante que mi tocayo y amigo no ha contemplado:
Llegas cuentas tu historia y decides seguir, pero el lector considera que lo que tenías que contar ya lo has contado, y decide cortar en el momento oportuno y quedarse con lo bueno.
Si me pusiera a contar las etapas cojonudas en las que he tenido que ser yo quien buscara el momento exacto para dejarlo, me faltarían dedos.
Chris, lo que ha contado Slott hasta ahora está ahí, y eso ya no nos lo quita nadie. Si lo que venga a partir de ahora no mola, hay un punto fantástico de corte que se publica aquí el próximo mes (creo), y que nos deja el recuerdo de que hubo un tiempo en que Slott supo divertir como nadie al personal escribiendo a Spiderman.