Rip Kirby Nº 1 (1ª parte).
Hace tiempo que quiero profundizar un poco más en el maravilloso mundo de la tira de prensa, la cual nos ha dejado verdaderas joyas del cómic, como es el ejemplo de Príncipe Valiente. Y si hay un autor que puede decir que su obra ha sido tan importante o valorada como la de Foster ese es sin duda alguna Alex Raymond, famoso por su Flash Gordon o por Secret Agent X-9. Algún día espero hablar extensamente de Flash Gordon y sus diferentes fases, pero hoy le ha tocado el turno a Rip Kirby, una creación de Raymond que bebe directamente del pulp y el género negro a partes iguales. Si alguien tiene interés en leer un poco esa evolución artística que supuso esta obra en la trayectoria del autor, le recomiendo que lea este interesante artículo, para ponerse un poco en situación.
http://www.tebeosfera.com/documentos/textos/rip_kirby_y_alex_raymond_la_madurez_nostalgica.htmlLa edición que tengo en "mis manos", por decirlo de alguna forma, corresponde a la realizada por la editorial Buru Lan en 1976, en la que cada página remonta tres tiras diarias, que suelen comprender entre dos y tres viñetas respectivamente. La verdad es que la edición es bastante mejorable, con una rotulación manual que en ocasiones realiza una disminución de tamaño importante en las letras de los bocadillos, además de una traducción que en ciertos momentos me ha parecido algo rara. No obstante, teniendo en cuenta la época, tampoco está tan mal, incluso era una edición en cartoné, algo que me ha extrañado un poco. Me parece más sangrante como se amplían algunas viñetas, desvirtuando la calidad de la reproducción, para los montajes de algunas páginas. Pero, bueno, esto es un aspecto anecdótico para mí, aunque me ha llamado la atención, ya que lo verdaderamente importante es acercarme a la obra y conocerla, si quisiese una "gran edición" ya buscaría ediciones posteriores como la de Planeta, por ejemplo.
Esta edición consta de 4 tomos, los cuales están divididos en capítulos o lo que podríamos llamar historias más o menos delimitadas, a pesar de que como iremos viendo, la serie va tomando un cariz cada vez más continuo, en el que las tramas se alargan y engarzan con otras en un serial de final indefinido. A mí siempre me ha fascinado la capacidad de un autor para hilar aventuras unas tras otras, manteniendo al lector enganchado en todo momento, sin que la trama pierda interés. Posiblemente sea uno de los motivos por lo que en mi niñez me enganché al Guerrero del Antifaz o a los propios cómics de Marvel. Y antes de que me acabe enrollando más de la cuenta, comenzaremos por la historia presentación del personaje...
El caso FaradayComo suele ser habitual, para evitar el aburrimiento de los foreros, nos apoyaremos en los resúmenes de
fanpiro, que tan amablemente nos ha cedido. Además, él sabe sintetizar mucho mejor que yo.
Una mujer muere cuando va a acudir a Rip a por ayuda y él debe resolver el caso, que guarda relación con el mundo de las drogas.
Antes que nada, comentar que Rip Kirby es el arquetipo de héroe de cómic típico de los cuarenta y cincuenta. Esto viene a ser alguien guapo, atlético, exmilitar, inteligente y todo un caballero. Además, Kirby reúne una cualidad más interesante, la de científico y escritos de libros, presentando ciertas similitudes con Doc Savage. Pero lo que realmente ha llamado mi atención es como tenemos esa tímida introducción a la medicina forense, por ejemplo, por lo que los primeros casos como detective privado tendrán una combinación entre ciencia, suspense y aventuras, en un tono marcadamente pulp. Creo que no digo ninguna barbaridad si afirmo que el cómic español Roberto Alcázar y Pedrín estuvo muy influenciado por la obra de Raymond, sobre todo a la hora de emplear gánsteres y amenazas de carácter global. Pero esta historia de presentación es más bien del estilo Agatha Christie, con asesinato en su propia casa y una investigación que sirve para presentar a Honey Dorian, una guapa modelo y compañera de aventuras que unas veces representa ese papel femenino tan típico del a época y otras el de una mujer adelantada a su tiempo, aunque no demasiado adelantada. Al dúo se le une el mayordomo Desmond, al más puro estilo de Alfred, que en realidad no es un mero sirviente, sino un socio en la lucha contra el crimen, tras dejar una vida de ladrón.
Sinceramente, lo que más me ha sorprendido es la facilidad con la que engancha esta serie, que si bien es cierto que acusa el paso del tiempo en algunos momentos, aún hoy en día permite una lectura fluida y tremendamente entretenida. Tanto el suspense como el desarrollo de los personajes está bastante bien y ese ambiente urbano de los Estados Unidos en plena época de la ley seca me parece muy atractivo e interesante. La primera toma de contacto no ha estado nada mal.
Después tenemos
La fórmula robada, en la que...
Rip y Honey acuden a una boda a la álma mater de esta y Rip debe resolver la desaparición de la fórmula de un arma química.
Aquí comienza a sofisticarse un poco las tramas, ya que esta historia enlaza directamente con la siguiente. De hecho, casi podríamos considerarla una sola. Hay que prestar mucha atención a los temas de fondo, primero las drogas y ahora las armas nucleares y bacteriológicas. Quizá el primero es algo más a pie de calle, pero ambos son de alguna forma los temores de la sociedad norteamericana de mediados de los años cuarenta. Recordemos que estas historias se publicaron originalmente durante el año 1946. esto puede servir un poco para contextualizar el argumento. Aunque lo realmente importante es ver como se desarrolla al protagonista, capaz de mostrar una perfecta dualidad entre su faceta científica, dando conferencias, y la del hombre de acción en el papel de detective privado. Honey, como su ayudante, comienza a ser interesante, pero a la vez se puede llegar a mostrar como una carga o una debilidad del protagonista. Este tipo de detalles, son los que me hacen ver que la obra no aguanta del todo ben el paso del tiempo. Algunas situaciones encajan muy bien en esa época, pero hoy pierden su fuerza y su nivel de impacto. En ocasiones, esto llega a ser síntoma de previsibilidad. Es curioso, porque cuando leí el Príncipe Valiente me sorprendió precisamente por todo lo contrario, mientras que al afrontar esta lectura, quizá un poco condicionado, podríamos decir que me ha decepcionado un poco en ese aspecto Rip Kirby. No obstante, repito que no es algo que afecte realmente a la fluidez de la lectura, pero si te paras a analizarlo, sale a la luz inevitablemente.
Finalmente, en esta primera parte llegamos a Mangler el triturador, donde...
Rip viaja a Washington a entregar la fórmula cuando cae en manos de la banda del Triturador. Consigue derrotarlo, algo en lo que juega un papel importante la novia del criminal, Pagan Lee.
Esta historia sirve para mostrar ese carácter serializado que comentaba antes y perfilar el que podría ser el primer enemigo de nuestro protagonista. Sin embargo, hay varios aspectos que enfatizan de algún modo aquello a lo que hacía referencia antes, puede que incluso por algún tipo de censura de la época. Y es que es tremendamente curioso que veamos morir a gente, pero la sangre y la violencia explícita se evite a toda costa. ya en una historia anterior veíamos como un charco de sangre se coloreaba de un rosa pálido y ahora vemos como Rip recibe una paliza de campeonato, pero no se refleja en su rostro. Hay que dejar claro que esto es algo hecho a conciencia. Raymond destaca principalmente por su arte realista, su cuidada anatomía y la obsesión por le detalle. Quizá en esta edición se pierdan muchos aspectos de la calidad de las ilustraciones de Raymond, pero se ve a la legua que su trabajo es muy bueno. De hecho, esa calidad gráfica es un plus a la hora de cercarse a esta serie, porque me da la sensación que es uno de los aspectos que va mejorando con el avance de la colección.
Por otro lado, me parece destacable algunas demostraciones de machismo en estas páginas. Pagan Lee es ninguneada en todo momento y Honey abusa de sus intentos de captar románticamente a Rip, al igual que representa el papel de damisela en apuros par complicar un poco las cosas. No obstante, me llama la atención como Raymond utiliza ese detalle para plantear un debate a los lectores sobre lo que creen que debería haber hecho el héroe en esa situación, a través de una serie de viñetas en las que diferentes ciudadanos leen la historia en el periódico y muestran su opinión. Aunque no hay que negar que Rip es un arquetipo de héroe americano de los cuarenta, creo que Raymond sabe revestirlo de cierta humanidad, consiguiendo que a pesar de esos detalles temporales, el personaje acabe calando en le lector. Quizá porque lo muestra falible, humilde e incluso tierno, humanizándolo a un nivel muy diferente de cualquier otro héroe. Y esa es la evolución más interesante que encuentro en esta primera parte de las tiras, cuyo primer contacto me ha dejado un buen sabor de boca. Continuará...