Lo otro, sacarina para que Adamvell no se nos ponga triste.
Yo bebo el café con azúcar, aún no me he pasado a la sacarina
Por otro lado, la serie nos lleva pegando palos desde el minuto uno, así que no sería tan raro ese final... aunque yo preferriría tener un hilo de esperanza en algún lado, no pensar que después de 100 y pico números o más la cosa termine así para todos.
Lloraría
Claro, ahí voy.
Si es algo que está perfectamente estructurado:
El lector aguanta las putadas, porque siempre espera que al final todo se arregle. Que el último instante de obra, sea para bueno, no una derrota.
Si el prota no consigue su objetivo al menos que aprenda una lección.
Si la pareja de el/la prota muere, que sea vengado/a.
Si el prota muere que haya conseguido su objetivo antes.
Es así. El lector aguanta un número variable de putadas, siempre que le parezca que hay cierta esperanza. Por eso mola tanto pisarle el corazón con el pie y hacerlo trizas en el último segundo.
Claremont hacía lo que dices; putear, salvar, una de cal y una de arena. Aunque hiciera sufrir a los personajes, siempre los empujaba hacia delante, no llegaba al game over.
Un ejemplo de libro es La carretera.
Película y libro. Muy buenos ambos, por cierto, primos de Walking Dead, pero mejor escrito.
Y La Carretera tiene lo que tú demandas. El relevo padre hijo. El este mundo es una mierda pero seguimos en marcha. Muerte y renacimiento.
Son finales clásicos, bonitos, y bien hechos molan mucho, sí.
Corte y venda. Te quito y te doy. Este muere, pero a cambio te doy un futuro.
El escritor es siempre un dios al que el lector no para de pedirle cosas. Y lo guay realmente está en negárselas.
El Martin de Juego de Tronos sabe bastante de eso.
Por eso, lo verdaderamente interesante en esos casos, es no dar respiro, y acabar con un mazazo:
Llevo haciéndoselas pasar putas años a todos los personajes, y tú, pobre de ti, aún esperas que esto tenga un final feliz.
Pues ¡PLAM! recoge los pedazos en cuanto se te aclaren los ojos
Eso sí que