WONDER WOMAN DE GEORGE PÉREZ
Por si no ha ido quedando demasiado claro en los anteriores textos, mi intención, en este hilo, es confeccionar una lista de tebeos de la Distinguida Competencia que reúnan dos características importantes: ser obras perfectas para iniciarse en este universo de ficción sin temor a sentirse perdido; y pertenecer a un nutrido grupo de tebeos que uno debe leer antes de morir, a poco que te interese esta insana afición. La etapa de hoy os aseguro que reúne ambas condiciones.
En esta ocasión, nos centramos en una obra de autor completo, pese a que, como iremos viendo, realmente no es del todo así. Pero antes, para entender mejor la relevancia de esta etapa, debemos hacer un pequeño repaso a la historia de una mujer que forma parte de la conocida Trinidad del Universo DC.
La primera aparición de Wonder Woman tuvo lugar en All Star Comics #48 (diciembre 1941), surgida de la mente de William Moulton Marston. Posiblemente estamos ante una de las primeras superheroinas de la historia, pese a vivir en un mundo patriarcal donde el papel de la mujer está en un segundo plano. Pero con el tiempo, se convertiría en la superhéroe más popular de todas, sin lugar a dudas. Incluso tendría la curiosidad de ser uno de esos personajes que carecerían de contrapartida masculina. Siempre situándonos en el momento temporal en el que surgía el personaje, aunque es algo que se ha respetado con el paso del tiempo. Lejos del movimiento feminista de los setenta, Marston demuestra tener visión de futuro y plantea un personaje puramente feminista, aunque su estética tenga un diseño claramente sexualizado, dirigido a los hombres.
Con el paso de los años, Diana consiguió sobrevivir a los duros momentos que vivió la industria durante la Segunda Guerra Mundial, siendo uno de los pocos que aguantaron la transición del pulp al comic-book actual. Además de resistir el embate de Fredric Wertham y su censura en los cómics. Sin embargo, mientras los otros dos miembros de la Trinidad, Batman y Superman, eran iconos respetables, Wonder Woman se convirtió en el banco de pruebas de la editorial para todo tipo de ideas rocambolescas. Un personaje sin rumbo fijo, que llegó a perder los poderes en la década de los setenta para transformarse en una especie de espía karateka, enfundada en un traje blanco de una sola pieza, aficionada a las costumbres ”Mod”; de ese modo, Wonder Woman se transformaba en Wonder Mod.
Esta pequeña aberración tuvo su influencia en una teleserie, protagonizada por Cathy Lee Crosby en 1974. Finalmente, el personaje recuperaría su aspecto original debido a la presión ejercida por los grupos las feministas, en especial por la periodista y activista política Gloria Strein. Pero este
back to basics no tuvo relevancia a nivel de ventas, ni de creatividad, ya que la serie regular de Diana vago sin pena ni gloria hasta la llegada de las Crisis en Tierras Infinitas. Tanto es así, que nadie sabía muy bien que hacer con el personaje justo antes del reseteo. Se trataba de un personaje femenino con un gran potencial que, a pesar de su larga trayectoria, nadie supo sacar el suficiente partido de él. La cosa cambia cuando entra en escena un puertorriqueño llamado George Pérez.
Creo que a estas alturas, y para evitar enrollarme más de la cuenta, todos sabemos quién es George Pérez y su trayectoria hasta llegar aquí, a mediados de los ochenta. Pero, sinceramente, si no has leído esta etapa, no sabes de lo que es, realmente, capaz este autor. Centrándonos en el aspecto gráfico, solo puedo decir que estamos ante la mejor obra de toda su carrera. Aquí lleva a extremos inconcebibles su estilo barroco, haciendo especial hincapié en su excepcional narrativa. Distribuciones de viñetas tremendamente alucinantes, que trasmiten un halo de grandeza en concordancia con la historia que nos está narrando. Los 24 números de los que constó su etapa, como autor completo, están elaborados con mucho esmero, estableciendo un maravilloso equilibrio entre la innovación y el clasicismo. Para mí, junto a Los Nuevos Titanes con Marv Wolfman, éste es, sin lugar a dudas, su mejor trabajo en DC.
Aparte de las virtudes que saltan a la vista, George Pérez irrumpe como guionista, con la ayuda de Greg Potter y, posteriormente, ayudado por Len Wein y Mindy Newell. Es importante dejar claro que el dibujante fue contratado en un principio para ser el ilustrador de los guiones de Greg Potter. Pero el guionista fue despedido en el número dos para dejar paso al ilustrador como autor completo, debidamente asesorado. Tras 24 números y un anual, se mantiene como guionista, dejando el dibujo a cargo de artistas como Chirs Marriman o Jill Thomson, pero aquello ya no sería lo mismo, pese a que mantiene un buen nivel. En 1992, tras 62 números, tuvo sus más y sus menos con los dirigentes de la editorial, debido a la saga Guerra de Dioses, la cual estaba muy lejos de las grandes historias que Pérez había escrito en la serie regular. Así, el puertorriqueño abandona la serie, dejándola en las manos de William Messner Loebs, concluyendo un ciclo vital para la amazona de Themyscira.
Si habéis conseguido aguantar hasta aquí (lo cual es de agradecer), llega el momento de hablar de las verdaderas virtudes de esta etapa: el guión. George Pérez parece tocado por los dioses en los primeros dos años que dura su etapa en solitario. En la tábula rasa que supuso Crisis en Tierras Infinitas, el autor tiene un fértil escenario para transformar a Diana en alguien grande de verdad, dejando al lado su importancia histórica en el medio, se convierte en un personaje de valor por méritos propios. Esto es debido, en su gran mayoría, a la inclusión de un origen ligado a la mitología griega. Con un primer número magistral, tenemos el nacimiento de un mito, surgido del barro. También se establece, con gran acierto, una historia ligada al panteón de los dioses del Olimpo. La derrota de las amazonas a manos de un ruin Heracles, con violaciones incluidas, o el ataque de las mismas a la isla de Ares, son algunos ejemplos perfectos del camino elegido por el autor para dirigir esta etapa; un camino lleno de épica.
Una vez se ha optado por la mitología, Pérez se centra en retratarnos de forma escrupulosa a todos los personajes que va utilizando. Porque, que nadie se engañe, otro de los puntos fuertes de esta etapa es el acertado desarrollo de los personajes. Desde Steve Trevor, el nexo de unión de Diana con la humanidad, hasta el promiscuo Zeus, pasando por los diferentes villanos que se reinventaban para la ocasión, todos tiene, su momento de protagonismo y, porque no decirlo, de gloria. Quizá el caso más destacable sea Cheetah, que se acaba convirtiendo en la némesis de Diana en esta etapa. Una villana remodelada por George Pérez cuyo origen acaba ligado a la mitología, de forma que esté en consonancia con su archienemiga y el ambiente que reina durante esta etapa en la serie regular de la amazona.
No obstante, esta mezcolanza entre lo superheroico y lo mitológico no deja de lado en ningún momento el carácter humano de Diana. De este modo, el autor nos muestra como la presencia de la amazona ejerce un influjo sobre el mundo, centrándose en la ciudad de Boston, la cual se convierte en el centro neurálgico de las actividades de la heroína. Una forma más de contribuir a la profundización de conceptos y al tratamiento realista de los mismos. Quizá no estamos a los niveles de otros artistas como Miller o Moore, pero nos encontramos con una obra realmente destacable en el género. Wonder Woman adquiere ese aspecto tridimensional del que había carecido hasta entonces, transformándose en un icono relevante a la altura de los grandes personajes de DC. Ahora, por fin, estamos ante una perfecta representante de la grandeza de este universo de ficción.
A nivel personal, puedo decir que esta etapa representa todo aquello que me gusta del personaje, algo que pocos autores han conseguido captar posteriormente. Si tuviese que elegir algún momento de la historia de Wonder Woman, sin duda me quedaría con éste, porque aquí se establecen todos los parámetros necesarios para forjar una leyenda; una que perdura hasta nuestro días y que el paso del tiempo no ha hecho mella en ella. Todo lo que realmente hace interesante al personaje surge de esta maravillosa etapa, que, una vez más, debemos recurrir a la línea de “Clásicos DC”, publicada por Planeta, como fuente de mi descubrimiento. Y es que a pesar de los errores de la editorial, la ingente cantidad de material publicado es innegable.
Así que si queréis conocer a las amazonas e internaros en la belleza natural de Themyscira, disfrutando de una historia que hunde sus raíces en la mitología más pura y sin aditivos, no os quepa duda que aquí tenéis la mejor oportunidad posible.
Conoced a una mujer maravillosa de verdad, porque para enamorase de una semidiosa guerrera solo hay que seguir los pasos marcados por George Pérez.