Leídos los tomos 11:
La mina del alemán perdido y el 12:
El fantasma de balas de oro.
Asistimos a uno de los arcos más brillantes de una serie que parece no tener límite, con una trama bien trabajada, compleja y llena de giros argumentales que hacen que el lector no pueda soltar el cómic. Blueberry sigue tan estoico como siempre, aunque McLure, nuestro habitual secundario borrachín, tiene algún que otro pecado de carácter, como de costumbre. Pero sin duda, lo que más brilla en este arco argumental, como en otros muchos, son los grandes villanos.
En este tenemos a Luckner. Un rastrero hijo de perra capaz de lo peor. Quizás, el personaje más ruin y mezquino de toda la serie ¡y tiene competencia! Charlier y Giraud lo hacen magistralmente a la hora de caracterizar a un personaje que suma una víctima tras otra a sus despreciables, e inteligentes, artimañas.
Sin duda estamos ante todo un tour de force que, me ha sorprendido, comenzó a guionizar Giraud por los retrasos de Charlier. Y en vista del resultado, y de que no se nota transición alguna, solo puedo quitarme el sombrero.
A destacar los personajes de Wally y Crazy, que me han encantado, con ese aire sombrío de profesionales. Se compensan perfectamente el uno al otro, uno joven y gallito, el otro viejo y calmado. Sin duda, una dupla fantástica como villanos, que sin embargo queda eclipsada por el mentado Luckner, villano de villanos. Los giros sorprendentes en la historia de este están perfectamente llevados, y al meternos constantemente en su cabeza, el lector no deja de sufrir y emocionarse ante las mortales trampas y argucias que está siempre tramando. De hecho, puedo asegurar que el tomo se lee con tensión, y que es una de las mejores muestras de narrativa de aventuras que he leído en mi vida, junto a obras como El lobo solitario, Conan, Sherlock Holmes, y otros grandes nombres de la ficción.
Solo un pero: los finales.
Empiezo a notar que Charlier no cierra este tipo de historias (como la anterior) con la contundencia que yo desearía.
Me explico:
Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.
Me falta ese punto, para hablar de una historia realmente perfecta de 10 sobre 10.
Sobre la edición:
Muy mal.
Se siguen alternando GOSH! ¡DAMN! ¡GUTS! HELL! y demás, unos con doble exclamación, otros solo con la final. No hay uniformidad ni criterio. Además, la tipografía falla, la maquetación es pobre (muchos diálogos salen del bocadillo) e incluso elementos del dibujo tapan los bocadillos, amén de múltiples fallos de ortografía, algunos, clamorosos
Una lástima, porque afean muchísimo el acabado.