He leído Coleccionable Ultimate. Ultimate X-Men Nº 15: Ultimatum.
Tras la marcha de Kirkman llega Aron Coleite, un discípulo de Loeb, no sabemos si aventajado o no, que utiliza su estancia en la serie para tratar el tema del poder y el consumo de drogas utilizando principalmente a personajes como Coloso, Lobezno y Jean Grey, aunque el elenco es mucho más amplio claro. También aprovecha la coyuntura para presentarnos la versión definitiva de Alpha Flight, y es ahí cuando yo me pregunto porque en este universo tienen que ser todos los personajes unos chulos o unos gilipollas. En fin, que en esas estamos para incluir en medio de la trama otra vuelta de tuerca al pasado de Lobezno, que a estas alturas debe de ser el personaje más incomprendido y puteado de esta colección. Es curioso, porque muchos nos hemos quejado del rumbo que ha tomado el personaje en la última década: un asesino a sangre fría con ningún tipo de freno; prácticamente una máquina de matar indestructible que va clavando sus garras en todo lo que se mueva a su alrededor. Y es precisamente de esa forma en la que se retrata aquí y, de algún modo, viene siendo esa visión la que prevalece sobre cualquier otra en un evolución imparable a lo largo de los últimos tomos. Para mí, un personaje totalmente incomprendido.
Aunque debo reconocer que la saga tiene puntos interesantes, pese a que no me acabe de convencer la forma de exponerla o los cambios propios de este universo; hay varias cosas que no me terminan de gustar. El tratamiento de Jean Grey es uno de ellos, sobre todo porque hay un espacio de tiempo entre la última saga de Kirkman y la de Coleite que nos hace ver que aquí el recién llegado va a su bola y encima se lo permiten. ¿Explicaciones de su regreso? ¿Para qué? Eso sin contar la reagrupación a su antojo que realiza, o como se ha olvidado de la reincorporación de aquellos que se fueron con Bishop. A mí es que estos "empiezo de cero y paso de lo anterior" nunca me ha convencido del todo. No obstante, sigo remarcando que la historia es entretenida, tiene varios puntos interesantes sobre la adicción al poder y algunos personajes escogidos para inyectarse la droga ofrecen perspectivas interesantes. Además, la llegada de Mark Brooks, un dibujante mucho más sólido que los últimos y con un estilo bien definido también ayuda. No deja de ser curioso como esta serie solo tendrá buenos dibujantes en la parte inicial y en su final.
A continuación, entramos de lleno en Ultimatum, ese tebeo que nadie debe leer por su propio bienestar, en el que Coleite se centra en como viven los acontecimientos algunos miembros del equipo que permanecen en la mansión. La saga central es un bodrio de dimensiones considerables, pero hay que reconocer que el guionista consigue sacar provecho del odio hacia los mutantes y presenta una historia que bien podría ser una mezcla entre la Masacre Mutante, con una versión combinada de los cosechadores y los Centinelas, y "Dios Ama, el Hombre mata", salvando las diferencias, claro. Sin embargo, esa es la base de inspiración del autor, para una saga que muestra en toda su crudeza el odio irracional hacia los mutantes, bajo un prisma religioso en ciertas ocasiones. Una vez más tenemos a un personaje reconvertido en algo más oscuro, como es el caso de Madrox, o esa versión descafeinada de Ka-Zar y Shanna. Cabe destacar como sobre Pícara recae gran parte del peso de la trama y, como no, de Lobezno. Finalmente, tenemos el episodio epílogo, en el que hay que enterrar a los muertos. Así concluye el primer volumen de la Patrulla-X en el Universo Ultimate, que en líneas generales no ha estado mal, pero ha presentado muchos altibajos. Ahora habrá que ver si con la segunda fase de este universo de ficción la cosa sigue dentro de unos parámetros aceptables o directamente nos hundimos en el desbarre argumental. Pero, bueno, eso ya será para otro día.