Buenas

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Vista "
The Frighteners" (Peter Jackson, 1996).
"Frank Bannister es un charlatán que posee extraordinarias facultades psíquicas, pero no las usa para hacer el bien, sino para ganar dinero hostigando a sus clientes con la ayuda de algunos espectros que trabajan a su servicio. La situación cambiará cuando en el pueblo empiecen a producirse una serie de muertes inexplicables." (FILMAFFINITY)
Mi interés por la actual carrera de Peter Jackson se reduce a esperar su película sobre Tintín y poco más. Sin embargo, sigo interesado en su producción anterior a las habitualmente mediocres adaptaciones tolkienianas, ya que no creo que "Braindead" (Peter Jackson, 1992) le saliera bien por casualidad. No, estoy seguro de que tiene cierto talento, pero desde luego no lo ha estado demostrando en cosas tan intrascendentes y rutinarias como "The Hobbit: An Unexpected Journey".
Bastante más satisfactoria es "The Frighteners", comedia sobrenatural que deriva intermitentemente en un film de terror, hasta abrazar este género por completo. En cierto modo recuerda a algunas magníficas películas de Robert Zemeckis, aquí en labores de producción, en las que se pasaba sin desmayo del cine negro a la comedia policíaca, o del cine de aventuras a la comedia de instituto americano. Así, Jackson agita un cóctel que incluye casas encantadas, asesinos en serie, experiencias más allá de la muerte, poltergeists... todo inicialmente bañado por un innegable sentido paródico. Los asuntos fantásticos se relatan desde una inteligente obviedad, sin pretender inventar peregrinas justificaciones para lo que vemos en pantalla. Es por esto que cualquiera con un mínimo de bagage en el cine fantástico y de terror se sentirá muy cómodo con el tratamiento de la película de todos estos temas.
El bueno de Zemeckis vuelve a trabajar aquí con el simpático y carismático Michael J. Fox, en lo que desafortunadamente supondría su último papel como actor principal y uno de sus últimos personajes en la gran pantalla. Fox protagoniza la cinta rodeado de un correcto elenco de secundarios, del que destaca un divertido Peter Dobson. Los aspectos técnicos de la cinta están bastante cuidados. La banda sonora de Danny Elfman otorga empaque al film y cierto aire de cuento fantástico, un poco al estilo de Tim Burton. Los efectos especiales son notables, la mayoría de ellos están realmente conseguidos y supongo que en su momento debieron ser reconocidos como tales, pues son superiores a los de otras producciones de la misma época, o al menos han envejecido mucho mejor. Como curiosidades, se ofrece un claro referente estético a los posteriores Nazgül y se incluyen diversos guiños cinematográficos a varias películas de Stanley Kubrick, partipando incluso alguno de los personajes más icónicos de su filmografía en la presente cinta.
Por otra parte, la película cuenta con una duración desmesurada, el tercio final abusa demasiado de la acción y le falta magia para elevar la aventura. También se echa de menos algo más de fluidez en la evolución argumental. La continua mutación de géneros, aunque muy agradecida, no siempre se resuelve con la naturalidad deseable. Tampoco la parte humorística funciona siempre.
En cualquier caso, se trata de una recomendable película para cualquier aficionado al cine de terror y fantástico, con un argumento que podría encajar sin problemas en esas cintas ochenteras de la factoria Spielberg o Lucas. Es una cinta que me hubiera gustado haber visto con 12 o 13 años, pero que actualmente he disfrutado y creo que volveré a verla cuando tenga la oportunidad.
Nota:
6,7Saludos

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