Es genial imaginarte a todos los foreros del UM presentes sentados en un mesa redonda -muy artúrica- intercambiando pareceres en una especie de congreso

A ver que tal:
Está claro que prestigio y reconocimiento tuvo practicamente desde el principio porque Foster ya era alguien medianamente importante en el gremio.
Desde luego, atraer a Hearst ya es algo importante, aunque habría que discernir si con el objetivo de vender camisetas de un icono. Es decir; vuelve el tema de las ventas, y lo que nos dicen realmente.
Aquí sigo diciendo "sí, pero". Creo que eran solo unos pocos los autores MUY conocidos en el medio, pero solo medianamente conocidos fuera, y que además, no querían dedicarse al medio o pensaban que el cómic era un arte menor o un medio de bajas aspiraciones.
En un principio (quizás esto cambio en los 40 o 50, no digo que no) parece claro que fue el caso de Foster.
Para mi, El Prínxipe Valiente es el mejor cómic de la historia del medio, mucho más que el mejor cómic de una manera concreta de presentar una historieta (la página dominical).
¿Habéis reparado en esto?
Es una de esas opiniones que te sacan inmediatamente un "cuéntanos más".
Como poco es curiosa esta bonita distinción con la página dominical, y si sé por donde vas, estoy completamente de acuerdo en la linea de lo que comentábamos hace unos días.
Por razones diversas: porque es el epítome de una madurez narrativa que le había costado décadas conseguir al medio; porque la simbiosis entre imagen y texto es sublime, pese a que no "interfieran" (luego, más sobre el particular) el uno en el otro, sino que se complementan; porque está MA-RA-VI-LLO-SA-MEN-TE dibujado, y además la historia es emocionante, emotiva, atractiva, compleja, madura pero incluyente (un catedrático de Historia la disfruta de la misma manera que puede hacerlo un niño de 4 años, como era yo cuando aprendí a leer con estos tebeos, hace más de cuatro lustros), con varias capas de comprensión (superpuestas, no ocultas)...
Intentaré sintetizar:
-El dibujo me parece una preciosidad. Ya me lo pareció la primera vez que lo vi, y una mirada reposada y continua, no ha hecho más que reafirmar que para mí estamos ante una obra cumbre en cuanto a dibujo.
Si le tengo que poner un pero chorra, es que como ha dicho
the other david, no veo la innovación narrativa o la experimentación de autores como Eisner, en esta obra de Foster. Que ya, que además la obra se presta por temática a algo más clásico, pero no veo un acierto pleno en la secuencia y la composición. Pero sigo con esto ahora.
-Estoy de acuerdo con ese catedrático de historia, ya que pese a las muchas lecturas de diversos textos medievales, obras como
El cantar de mío Cid, son pura testosterona juvenil en su más amplio sentido, ciñéndonos a la narración en sí. Por eso digo que hoy parece que haya géneros desprestigiados, cuando hace siglos, eran las artes más puras. Ejemplo: La Odisea. Hoy, su autor hubiera tenido que defender "lo friki" de su planteamiento y el público al que la dirigía.
Por eso, si creo que El Príncipe valiente sea una obra tan adulta como cualquiera, pero disfrazada de obra juvenil para arrastrar a los compradores más jóvenes, que es de lo que se trata.
Quiero decir, para que se entienda; ¿aparece algún seno en sus 75 años de historia?
A eso justo me refiero. Porque un sí o no ahí, marca la diferencia, no por la teta en sí -molan- sino por su intención y enfoque, en una obra donde no está de más.
Respecto a la discusión acerca de si se trata de un cómic basada en la inclusión de la parte de texto de manera aislada, separada, del dibujo, én cartelas inferiores/superiores/laterales con o sin margen, sin integrar los diálogos en bocadillos que surgen del personaje que "habla"... hay muchas opiniones (de verdad, que en el mundo académico se discute TODO, y mucho; claro, no en el español, que es un eral, sino en el de habla inglesa, que es el idioma que utilizan la academia en el resto del planeta).
Vaya. Justo.
A mí no deja de hacerme gracia encontrarme tantas verdades indiscutibles en este foro, cuando estoy a costumbrado a consultar libros escritos por personas que dedicaron 30 o 40 años a estudiar algo concreto, y que pese a todo ese tiempo, no consiguieron -quizás no debían- imponerse a los demás. Quiero decir; parece mentira que haya que explicar esto cuando a mí me parece de lo más claro; académicamente, no suele haber consenso sobre nada. Siempre habrá una voz discordante, con argumentos que no pueden ser totalmente refutados, y ahí se mece el estudio de un arte, entre distintas tendencias.
Uno puede validar lo que quiera, pero siempre teniendo en cuenta, que tu interlocutor quizás tenga otra hipótesis totalmente válida.
Basándonos en los antecedentes históricos, no se puede decir que un cómic se pueda definir como tal porque incluya en el interior de la viñeta los diálogos, ya que esto sería limitar la capacidad expresiva del medio, ya que está vinculando su misma esencia a una opción estilística concreta de un autor en una obra dada.
Con esto estoy de acuerdo

Creo que es un asunto menor.
Hay cómics sin texto. De la misma manera que hay películas sin diálogos. O novelas sin puntos y aparte. O representaciones teatrales sin decorados. O... Y eso no implica que no sean cómics.
Con esto también

Pero ahora pregunto; ¿Y si en una película de dos horas, la narrativa visual se sustituye hora y media por extractos de artículos de periódico que obligan al espectador a leer en vez de a ver?
¿Está "prohibido"? ¿Deja de ser una película?
Quiero decir, los motivos no son excluyentes por sí mismos ("si no tiene texto, no es cómic"), pero sí pueden variar el análisis.
Lo que me hace "sospechar" de la narrativa secuencial conjunta de texto e imagen en El príncipe valiente, es precisamente que muchas veces "no interfiera", como bien has dicho, una capa de narrativa con otra, o que al menos no lo haga en apariencia.
En el ejemplo que he puesto antes, me molestó mucho que un documental que vi hace poco abusara de aportar citas escritas durante minutos enteros, transcripciones completas. Y me molestó, porque aquello debía ser cine, no literatura, y no estaba adaptando correctamente la documentación al medio utilizado. Eso podía haberlo hecho una revista, un libro, pero haciendo un documental, me pareció una interferencia notable.
Del mismo modo, echo en falta una intervención más dinámica en esta obra. Por supuesto, no diría tajantemente que esto sea otra cosa que cómic, pero de nuevo señalaría que comparte más de un punto con otras muestras de literatura ilustrada.
Y es que, que guión y dibujo funcionen tan bien por separado, me sigue escamando.
En diversas tiras de prensa se optaba por esta forma de incluir los textos. El propio Foster lo hizo antes en las de Tarzán, por ejemplo, pero no es el único caso. En las revistas infantiles inglesas de la primera década del siglo (las decenas de revistas que convivieron durante años) el estilo era homogéneo: viñetas con dibujos, textos al pie; un modelo que se copió en prácticamente todos los países que desarrollaron una historieta autóctona. Podemos ir más atrás, y encontraremos ejemplos en las revistas ilustradas/satíricas alemanas, francesas, inglesas... de todo el siglo XIX, que tal vez sean "antecedentes" del estilo "contemporáneo" de hacer historietas que eclosiona en las guerras de la prensa de masa de Nueva York de finales del mismo siglo, pero no dejan de ser los fundamentos en los que se basa todo el lenguaje posterior.
Creo que es justo eso

Por eso, de cara al debate, me resulta complicado creer que obras como esta supusieran esa revolución dentro del género que algunos creen, y me siento más inclinado a ver estas muestras del cómic como dinosaurios de valor incalculable, de una narrativa fresca que aun estaba en plena ebullición, y que tenía mucho camino por recorrer.
Estas antípodas del cómic moderno, guardan muy poca relación con la viñeta de hoy.
Personalmente, yo defiendo o busco siempre un cómic más...activo, más dinámico, más transgresor. Lo más parecido en papel a un reflejo del cine en página (o un reflejo del cómic en digital, tanto da).
Creo que el buen cómic tiene la perfecta unión de imagen y texto escrito, de la misma forma y proporción que pueda ocurrir con cine y diálogo (¿Eh? ¿Y el cine mudo? Ah, otro tema interesante)
En fin, que no me enrollo (que no puedo, ya sabes que me gustaría...).
Bien que lo sé; por eso tanto o más agradecido por tomarte la molestia, porque ha sido una gozada

- Con el de Spirit, hablamos de una historia de ocho páginas. La primera es una splash-page y en las siete siguientes se utilizan unos recursos narrativos que a día de hoy es fácil encontrar, por ejemplo, en ese tebeo de Spiderman. El valor añadido es que quizás (y ´recalco el "quizás", porque no lo sé) esos recursos no se utilizaban antes de Eisner.
La conclusión que extraigo es que en los tebeos actuales (y cuando hablo de actuales abarco décadas) es muy fácil encontrar la influencia de Eisner en cuanto a la forma de narrar, pero no identifico la de Foster por ningún lado. Posiblemente sería más fácil encontrar al Príncipe Valiente en el comic europeo, pero es que incluso éste me parece que ya se ha ido más hacia otros tipos de narrativa más ¿dinámicos?.
Me gusta esto, y me parece un punto de vista interesante

Yo también aspiro a ese dinamismo en narrativa.
Lo llamaría
"Cómic puro de alta narrativa". A saber:
Obra de cierta extensión, simbiosis perfecta de texto escrito y dibujo, explotación sistemática de todos los recursos del cómic y su narrativa secuencial.
Eso, sintetizando mucho, sería para mí la definición de lo que el cómic debería ser en su modalidad más "elevada".
Hace tiempo que no lo leo y tampoco lo he leído mucho, pero ni recuerdo tanta repetición ni que funcionaran de forma independiente, más que nada porque lo leí todo junto, no hice la prueba de ver si se entendía sólo sin leer el texto ni la de leer el texto sin mirar los dibujos.
Si empezamos así acabaremos llegando a la conclusión de que algún cómic de Claremont de esos en que abusa de contar otra vez lo que se narra en viñetas no es cómic. Pues va a ser que no. Para mí no hay ninguna duda de que las dos cosas son cómic.
Créeme
Pato que no tiene NADA que ver.
La narrativa de un cómic moderno, cualquiera de Claremont, y este de Foster, son muy distintas, y no reaccionan igual al juego de "¿ y si lo leo sin dibujos?".
Foster en este año, incluso narra las acciones, los golpes. Detalla casi cada acción que tiene lugar visualmente, y en ciertos tramos, se puede leer u observar, de forma independiente, sin que se pierdan datos relevantes de la lectura.
Seguro que no es la primera piedra del cómic adulto, que habría muchas antes, aunque no las conozca, más que nada porque el cómic nació adulto y no me suena que lo inventara Foster.
Eso habría que discutirlo, teniendo en cuenta varios parámetros como a partir de cuando fue cómic, el enfoque utilizado y a quien estaba dirigido.
