A la cuestión;
"¿Está Essex siento Superhéroecentrista en este debate?", tendríais que contestaros a dos cosas:
1-Cosa curiosa que Essex realmente no sea un gran (enorme) fan del género y le tenga bastante urticaria a ser super por ser super. Es decir; mis cómics favoritos ni siquiera son de superhéroes al uso. Siempre he dicho que son una debilidad culpable, no algo que recomendaría a cualquiera.
Osea, si lo hago es totalmente inconsciente y bastante paradójico

2-Sigo teniendo la apreciación de que "antes" (poned la fecha que queráis: finales de los 70, mediados de los 80, principios de los 90...para que veáis que no es cuestión de querer llevar razón en la fecha) no estaba bien visto leer cómics y que se consideraba un arte menor, un entretenimiento vacío y no a tener en cuenta.
Si me decís que antes se leía a Alack Sinner o American Flagg en el metro, igual que ahora veo a gente leer hasta en la playa Maus o Sandman, pues nada, os creeré. Y os he puesto dos ejemplos distintos, de los setenta y de los ochenta, que considero precursores de este boom del cómic del que hablo. Que obviamente ayudaron a ello, junto a muchos otros.
Pero, y esto es lo importante, si señalo la década de los 80 especialmente, es porque en esa década se movió el mercado americano. Sí, y el mercado americano es en buena parte supers, me da igual. No es relevante.
La cosa es, que hasta que América no entra en liza, las cosas no suelen arrancar. Por eso la edad de oro del cine está en América y no en Francia.Os podéis quejar de que tiene tela que el mercado francés y el belga tuvieran que esperar a que los supers se apuntaran por derecho al carro del lector adulto, para que un medio que llevaba funcionando a ese nivel 50 años explotara finalmente como un arte universal apreciado por todos. Pues sí, es una jodienda. Y muchos diréis; "Yo ya llevaba décadas aquí".
Claro cojones. Y yo leyendo a Tolkien. Pero sé perfectamente que la época de esplendor de El señor de los anillos, son los años 2000, no el siglo XX.
Hoy se escribe un cómic pensando en recopilarlo en libro. Se escribe un cómic de cara a que se haga una adaptación cinematográfica (diría que gente como Millar no hace otra cosa).
La industria ha crecido y ha madurado sustancialmente, y de forma fácilmente cuantificable.
Que se pueda añadir o matizar lo que quiera, que pueda aportar errores en la defensa de ese hecho, pero el caso es, que históricamente sí que hubo un punto de inflexión, que naciera en el género que naciera (y yo creo que no fue cosa de uno solo) supuso una inyección de respetabilidad enorme para el medio.
De nuevo, la aparición de algo tan y tan importante como la librería especializada, o la enorme proliferación de novelas gráficas con un objetivo claro, el de trascender artísticamente y no ser producto de un día ni algo que coleccionar, para mí deja poco lugar a dudas sobre la importancia de los ochenta en el mundo del cómic en general.
Y la diferencia entre tira de prensa y novela gráfica, puede ser la que hay entre microrrelato y novela, así que, siendo cómic cómic y literatura literatura, me vais a perdonar, pero soy incapaz de meterlo todo en el mismo saco a la hora de analizarlo.
No es lo mismo Watterson que Neil Gaiman, no.
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