Berserk Nº 17Un buen tomo que me ha parecido un prólogo de algo más gordo que está por llegar.Además es un tomo donde pasan muchas cosas y hacen acto de presencia la gran parte de los personajes de la serie que permanecen vivos.
Pero como es habitual, empecemos por el principio: la fuga de Gatsu.
Era obvio que no iba a durar demasiado como prisionero, aunque no se yo si que lo rescate un elfo le ha gustado demasiado.
Pero más allá de la fuga, es como se desarrolla el acontecimiento, ya que tendrá que coger como rehén a Farneze, la jefa de los Caballeros de la Santa Cadena.
Aquí tenemos un ejemplo de lo que veía comentando, gente con una fe ciega en Dios, aunque no lo vea, son incapaces de creer en el lado demoníaco, aunque se presente frente a sus narices.Dicha incredulidad es palpable cuando no puede ver a Pack.
Pero Miura quiere hacer una crítica a la Iglesia como institución y su primer ataque recae en el celibato, mostrando que Farneze es una virgen, dato muy importante para ocupar su puesto, aunque no es más que una reprimida sexual, un hecho del que se aprovechan los demonios.Esto provoca una escena que a Gatsu le afecta mucho y dará comienzo a un retorno al pasado, para mirar de forma diferente el futuro.
De todas formas, hay que dejar claro que esta gente se confunde de adversario y su religión los ciega ante todo; incluso pasando una noche en el mundo que tiene que soportar Gatsu.Y esto solo acaba de empezar, porque al final del tomo tendremos una visión más cruel de los servidores al Vaticano.Pero vayamos por partes...
Tras esta historia, la serie vuelve a remontar de alguna forma y recobra el interés, según mi opinión.Quizá sea porque continúa la historia que tantos momentos nos hizo disfrutar la serie.
Lo primero es retratar el estado de Midland asolado por la peste y la caída de Wisdom por parte de unos enemigos que de momento apenas aparecen, pero que parecen temibles.
Por otro lado tenemos a Zodd y sus cavilaciones, pero todo anda relacionado con una especie de sueño que hablan de la llegada de un Halcón.
Donde unos ven algo milagroso, sobre todo porque se menciona una Tierra Santa, yo empiezo a augurar el regreso de alguien que mantiene obsesionado a Gatsu.
Incluso los de la Santa cadena y la Inquisición se dirigen a dicho lugar, donde tengo la sensación que van a coincidir muchos personajes.Se puede liar un poco gorda.
Miura aprovecha para ir incorporando conceptos a estos partidarios de Dios para mostrarnos una Santa Inquisición que tiene muchas similitudes con la real que asoló toda Europa.Violencia desproporcionada contra la pobre gente acusada por motivos infundados y que a pesar de su intento de venganza son masacrados.
Atento a estos personajes, porque prometen darnos algún que otro momento de lo más interesante.
En esta serie son tan malos los de un bando como los del otro, no hay bien y mal diferenciados, sin duda es una época de oscuridad, donde la maldad campa a sus anchas ya venga del vaticano, como del mismo infierno.
Miura no deja títere sin cabeza y nos presenta a una institución cruel y despiadada incapaz de trasladar otra emoción al lector que un inmenso desagrado ante estos personajes, que supera la ridiculez inicial.
He querido dejar para el final el momento del tomo que más me ha gustado.
Gatsu volverá al hogar de Godo, ya que tiene un sueño donde Kiasca está en peligro.Al llegar allí descubrirá que ha desaparecido y Rickelt no es capaz de encontrarla.
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El primer punto de interés reside en la renovación o reparación del arsenal personal de Gatsu.Para mi es un punto de inflexión en la mayoría de los manga y suele dar la sensación de que se avecina algo gordo.Se que es una tontería, pero es una sensación que siempre he tenido.
Pero el punto de mayor interés reside en un conversación de Godo que sirve para profundizar un poco más en Gatsu y su motivaciones.Ya hemos hablado de como se va asilvestrando cada vez más, su odio y la sed de venganza le nublan el juicio.Todo parece esconder su miedo a cuidar de Kiasca en el estado actual o su incapacidad para superar lo ocurrido.
Es un viaje intenso al interior de su mente a través de Godo o Rickert, aunque él mismo se da cuenta de que ha enfocado su vida de una forma equivocada.
Ahora debe concentrar sus fuerza en encontrar a Kiasca, aunque dudo mucho que desista de la venganza, incluso es posible que ambas misiones se crucen en su camino.
Me ha encantado este viaje psicológico sobre el personaje, aunque no cuenta nada nuevo en si, es capaz de dar otro enfoque al tema, de forma que nos hace comprender aún mejor al personaje.
De nuevo el autor demuestra que la historia que está construyendo no es una mera sucesión de peleas, sino que hay mucho más.