Bueno, pues voy a cambiar de tema para no volver a atascarnos con la eterna discusión de los contenidos de los OmniGold, cuestión en la que nunca nos pondremos de acuerdo.
Me gustaría comentar mi impresión sobre la etapa DeMatteis/Zeck del Capitán América, que veo algo sobrevalorada. Son comics más que correctos, sin lugar a dudas, con un excelente dibujo de Mike Zeck y buen entintado de Beatty. Pero en mi opinión, se encuentra muy lejos de las grandes obras de los 80, sin que tenga comparación posible a Los 4F de Byrne, el DD de Miller, Los Vengadores de Stern, etc.. Incluso el Iron Man de Michilinie/Layton/Romita Jr. me parece superior.
La etapa comienza en Capitán América #261, tras varios fill-ins que se incluyeron tras finalizar la corta etapa Stern/Byrne. Curiosamente Mike Zeck llega a la serie un poco antes, en Capitán América #258, en un par de episodios guionizados por David Michelinie (desconozco si se incluirán en esta edición, aunque no vendrían mal). El número 260 es un fill-in.
De Matteis comienza su andadura a lo grande, trayendo de vuelta a Cráneo Rojo como colofón a la "Saga del Ameridroide". A pesar del bonito dibujo de Mike Zeck a mí me parece una historia muy normalita que no pasará a la historia por su originalidad, a pesar de algún guiño al pasado como el retorno del traje del Nómada.
El número 264 es una confusa historia "made in DeMatteis", donde enmedio de un montón de alucinaciones y manipulación mental ni siquiera nos queda claro quién es el villano, aunque se apunta como origen a una vieja historia de Los Vengadores.
Luego tenemos la "Saga de SULTAN", donde el Capi y Spider-Man luchan contra un ciborg e SHIELD renegado. Sin embargo, esta historia (muy floja) no es de DeMatteis, sino de David A. Kraft, un horrendo guionista culpable de las peores etapas de Los Defensores y la primera serie de Hulka. Me imagino que esta historia también se incluirá al estar dibujada por Zeck.
DeMatteis se establece definitvamente a partir del #268 y utilizaría algunas de las bases establecidas por Stern, como la relación sentimental del Capi con la estudiante judía Bernie Rosenthal y la interacción con el resto de sus vecinos de su apartamento Brooklin. Un tema que también sale de vez en cuando son las secuelas que arrastran algunas víctimas del nazismo, como su amigo Arnie Roth (el primer gay declarado del Universo Marvel) o su vecina judía Anna Kappelbaum. También aparece frecuentemente una enérgica agente de SHIELD, Gail Runciter, que parecía destinada a ocupar el sitio de Sharon Carter, con un atisbo de posible interés romántico en eL Capi para establecer un triángulo amoroso con Bernie. Pero una vez DeMatteis se marcha de la serie poco más se supo de ella...
En el número 272 aparece por primera vez uno de los que serán personajes fetiches de DeMatteis, Alimaña, que posteriormente utilizará de forma muy interesante en "La última cacería de Kraven". Sigue en los números 273 y 274 otra historia del Capi con SHIELD, también de David A. Kraft, que tengo que reconocer que es bastante correcta, con un impresionante Barón Strucker. En el 275 DeMatteis regresa con una de sus mayores creaciones para la serie, la recreación del villano Barón Zemo. El hijo del Zemo original ya había aparecido antes en la serie como el villano Fenix, pero en esta ocasión asume el manto de su padre como Barón Zemo II, por lo que se puede decir que es casi una creación de este guionista. A pesar de que DeMatteis ha utilizado varias veces el personaje de Zemo, tanto aquí como en Spider-Man, me temo que el mejor uso que han hecho de él han sido guionistas de otras series como Stern o Busiek. Zemo se nos muestra en esta etapa como un villano novato sin demasiada experiencia, pero que tiene poderosos aliados como Arnim Zola, Madre Superiora o Cráneo Rojo.
Una constante de la serie en esta época es la gran cantidad de ciborgs a los que se enfrenta el Capitán América: El Ameridroide, los androides del Pensador Loco, Arnim Zola, Primus.... Casi cada mes un androide/robot diferente. Se recuperan también algunos viejos villanos de la serie (y de otras) como el Espantapájaros, Constrictor, Víbora, Puercoespín, El Acróbata... Todo aventuras muy correctas y bien hechas, sin duda.
La gran novedad de la etapa quizá sea la creación de un nuevo compañero para el Capitán América, el Nómada. En lugar de crear un nuevo personaje, DeMatteis rescata al Bucky de los Años 50, Jack Monroe, en lo que sin duda fue un acierto.
En los num. 286 a 288 tiene lugar una interesante aventura donde el Capi viaja al futuro distópico de Deathlock (otro ciborg) para terminar enfrentándose a... otro ciborg/robot, por supuesto. De lo mejorcito de la etapa, con un Zeck en estado de gracia.
A partir del 292 Zeck es sustituído por el que será el dibujante de gran parte de la etapa Gruenwald, Paul Neary, un dibujante algo limitado que lo hace mucho mejor como entintador. No obstante tiene el honor de dibujar la que será la mejor historia, en mi opinión, de DeMatteis, comenzando en el número 293. Se nos van presentando los macabros seguidores de Cráneo Rojo, como las Hermanas del Pecado (lideradas por la propia hija de Cráneo, un personaje que está ahora de actualidad), que reclutan a un inexperto Barón Zemo. Pocas veces se nos ha retratado un Cráneo Rojo tan malvado, con un nivel de villanía tal que el propio Zemo horrorizado intenta abandonarlo y termina pagando las consecuencias. En el número 298, titulado "Vida y obras de Cráneo Rojo", se nos vuelve a recontar el origen del villano establecido en su día por Stan Lee y Jack Kirby, pero añadiéndole tantos detalles truculentos que el personaje se nos hace verdaderamente odioso (e interesante, no cabe duda). Termina la historia con una espectacular batalla contra Cráneo en la que es una de las mejores aventuras de la colección. El epílogo, en Capitán América #301 ya no es escrito por DeMatteis, pero me imagino que se incluirá.
En resumen, una notable etapa, de las mejores de la colección, que termina con una historia memorable, pero que quizá en su conjunto defraude un poco al que se espere ver una obra a la altura de las grandes de los 80. Como es habitual en DeMatteis algunas de sus historias son bastante extrañas, sin saber los lectores adónde quería llegar, y con un concepto curioso de la locura como el factor motivador de varios de sus villanos.