Yo también considero mucho mejor la etapa de Davis en solitario. Claremont no parecía tener claro a dónde ir, y cada vez se dispersaba más. En cuanto Davis deja de dibujar, alrededor del nº 17, se le ven todos los parches a Claremont, que se quedaría algo más como guionista. Ya sin Claremont ni Davis, sino con Lobdell, la serie es directamente ilegible. La llegada de Davis en solitario, en el nº 42 le da la solidez que se esperaba desde el primer número.