Aunque he pensado más en un texto de ensayo sobre las circunstancias del cómic de la época.
¿Tú crees? Porque dicho así, suena muy frío y me da que va a ser todo lo contrario. De vez en cuando, a la hora de escribir un mensaje, nos da por ponernos nostálgicos y recordar aquellas tardes de bocata y comic, aquellas carreras del kiosco a casa para leer los nuevos tebeos, la peregrinación con una bolsa de comics viejos bajo el brazo y unos duretes en el bolsillo en busca de los tesoros que se podían encontrar en aquellos sitios donde se cambiaban comics,...
Todo ello en un contexto de niños que van creciendo pero que hacen todo lo posible por no terminar de crecer del todo, aunque a veces no queden más cojones.
Lo que intuyo, lo que espero, y lo que me encantaría es que esta novela vaya por esos derroteros, pero a lo bestia; que si es así y se hace bien, las 200 páginas se nos van a hacer cortas.