Recién llegado de unas (in)merecidas vacaciones, y aún con legañas y eso.
Tengo la impresión de que, en su etapa, Busiek está cumpliendo el sueño que le permitirá morir en paz. Y es que sus cincuentaypico números me parecen, para lo bueno y para lo malo, un compendio de lo que son Los Vengadores, de dónde vienen y hacia dónde se dirigen. Por una parte, tenemos la revisión de algunos de los grandes mitos de la colección y el uso de varios de sus clichés más conocidos: reunión masiva de supers para combatir una amenaza común, hostias como panes contra el Escuadrón Supremo, Ultrón y su disfuncional familia, problemas con uno de los miembros del grupo, Vengadores muertos que vuelven a la vida, las tribulaciones de un Ojo de Halcón que ha nacido para ser califa en lugar del califa, el clásico número con la elección del nuevo rooster, un nuevo enlace del gobierno y, como fin de fiesta, Kang en plan superstar. Y, de paso, se aventura con Siempre Vengadores y con el único cruce con DC que me ha conseguido convencer. Y, como marca de la casa, recurre a uno de sus elementos favoritos (el uso de una figura que represente al fan, como vieramos en Marvels con su protagonista y como vemos aquí con un Justicia que ha esperado el momento toda su vida y, de repente, se carga de dudas y miedos sobre si estará a la altura; ¿cuánto del propio Busiek, fan hardcore reconocido de Los Vengadores, habrá en el dubitativo Astrovick?).
Por supuesto, no es oro todo lo que reluce. Busiek se limita a homenajear grandes momentos de la colección con mayor o menor fortuna, pero flojea con las nuevas incorporaciones al mito (lo de La Comprensión Trina termina siendo un rollo con muy poco interés, y sus personajes nuevos Silverclaw y Triatlon son un poco meh). Y, ya que estamos, Siempre Vengadores, a pesar de ser una de las mejores aventuras de Los Vengadores ever, tiene ciertas tendencias masturbatorias en plan "mirad, mirad cuánto sé de la colección".
En cualquier caso, y dejando ya aparte el hecho de que Los Vengadores acababan de tocar fondo, la etapa de Busiek me parece una de las más logradas en toda la trayectoria del grupo y una excelente puerta de entrada para cualquiera que quiera pegarse un cursillo avanzado vengativo. Y es muy disfrutable, claro, que al final es lo más importante.
Pd: He dejado de mencionar deliberadamente cómo esta etapa, de alguna manera, es la que termina de exprimir la fórmula de Los Vengadores en su vertiente más clásica. A partir de aquí toca una cuesta abajo de ideas (por buscar una excepción, Zona Roja está bastante bien) que llevaría a la gente de Marvel a tener que colocar en los mandos a un tío calvo que reinventara la rueda, pusiese la colección patas arriba y bla bla bla.