Acabé Oliver Twist (me ha costado bastante terminarla).
Sentimientos encontrados. Por una parte es un indiscutible clásico de la literatura, cargado de una destacable cantidad de crítica social, algunos secundarios enormes (mención especial al viejo Fagín) y una narrativa repleta de expresiones descacharrantes.
Por otro lado la novela se vuelve a ratos espesa como la misma muerte, algunos capítulos (sobre todo el final) son una pastelada tamaño familiar y la mayoría de las expresiones y personajes han envejecido fatal. A veces, además, se denota cierta falta de rumbo, pudiendo pasar el lector casi 100 páginas sin saber nada de Oliver y resolviéndose algunas situaciones de forma demasiado apresurada cuando en otras de menor importancia se puede tirar veinte hojas tranquilamente.
Pueden las cosas buenas a las malas, pero es innegable que lo más encomiable de la novela es su valor histórico. Un 6,5 le pongo yo. También influye negativamente la (en mi opinión) mediocre traducción de Pollux Hernúñez.
Ahora me he puesto con Uno de los muertos, de Carlos Luria.