Digo que el personaje debería sorprender en el sentido de que en los primeros acercamientos ni el lector ni el autor saben cómo es el personaje. ¿Qué hace? ¿Por qué? ¿Cómo?
Entiendo lo que quieres decir, pero yo creo que debería irse un poco más allá. Para mí, para que un tebeo (historia o lo que quieras) funcione, ya sea en los primeros acercamientos o en cualquier acercamiento, es el lector el que debe acercarse al personaje, no el personaje al lector.
Hacer continuas concesiones a “todo el que pasa por allí” para que se entere de que va el tema, dice poco del nivel medio de cualquier lector (la ley del mínimo esfuerzo a la hora de leer cualquier cosa me parece sobrevalorada; soy partidario de autores exigentes para con sus lectores) y del propio autor, que está dispuesto a sacrificar sus historias o lo que él tuviera planteado a la accesibilidad a los lectores. Sacrificar la historia, la obra o el personaje a los lectores, me parece una prostitución de la propia obra y del propio autor.
No creo que Moore escribiera Watchmen pensando en acercarse a los lectores. Más bien lo hizo pensando en aquellos que se acercasen a Watchmen.
En el momento en el que sabes que Spock es un romulano inexpresivo y obsesionado con la lógica, que al contrario que toda su raza quiere convertirse en humano y que tiene sentido del humor... en el momento en el que eres capaz de saber qué va a hacer Spock antes de que ocurra en pantalla, éste entonces deja de ser interesante.
Discrepo,con perdón. En la vida real, sabes cómo son las personas con las que convives y eso no deja de hacerlas interesantes. Siempre y cuando sean personas interesantes, claro.
No sé porqué saber que Spock es romuliano y cómo son los romulianos me puede parecer aburrido. Lo que me parece aburrido es que cada dos capítulos me digan que Spock es romuliano y cómo son los romulianos.
Si ya sabes lo que Spock va a hacer en pantalla antes de que en efecto lo haga, lo que es mala y previsible es la historia o el tío que te la cuenta, no el personaje.
Esto no deben ser matemáticas. La invención e iniciativa del personaje (es decir, el manejo que haga el autor de él) también cuenta.
Para mí es un completo desconocido con misterios y un pasado que sólo puedo imaginar. Si llenase esos huecos dejaría de estar interesado en saber más del personaje.
Evidentemente, nuestros intereses en una historia o personaje me parece que son muy diferentes. A mí también me gustan los personajes “misteriosos” de los que sabes poco o nada; pero me gustan de vez en cuando, no siempre y como regla general. No me atrae especialmente el hecho de que todos los personajes tengan que ser “misteriosos”, con un halo de misterio a su alrededor, para que me gusten. Más bien me interesan cuando los conozco, sin que eso signifique que sean previsibles.
Además, los personajes que viven del “misterio” que les rodea, se agotan en cuanto se resuelve ese “misterio”. No me parecen buenos personajes de base. Siendo exagerado, te diría que me parecen personajes de “usar y tirar”. Respetando todos los gustos, claro.
Hablo de consumo a nivel masivo. Hoy todo el mundo sabe quién es el pirata de las greñas de las películas, pero difícilmente habrán leído al Tarzán violento de los libros (seguramente conozcan la película de Disney, que es equivalente al Sherlock Holmes de Ritchie
). No es algo malo ni bueno, es natural.
Lo siento, pero puede que sea natural a la luz de lo que se consume hoy, pero no de lo que me parece a mí. Yo creo que eso es moda, no iconicidad.
El que hoy la moda tenga pretensiones de ser icónica, no te lo discuto; pero esa iconicidad durará lo que dure el que ese algo esté de moda. Yo creo que Terminator en su día puede que fuera una moda, pero hoy es un icono. Jack Sparrow, habrá que ver si tiene un impacto suficiente en el tiempo como para acabar siendo un icono.
El que hoy cualquier cosa exitosa se consuma por millones, a mí no me dice nada. El que Spiderman lleve 40 años consumiéndose por millones, sí me lo dice todo.
No soy partidario de crear iconos basados en la moda, sino en el impacto a lo largo del tiempo. Me parece una mentira del mundo de hoy el elevar la moda a la categoría de icono.
El cómic nunca desaparecerá, del mismo modo que los superhéroes no desaparecerán. Pero tal vez los que hay ahora sí.
Es posible que los de ahora acaben desapareciendo. Pero 50 años después de su creación, con al menos 5 generaciones distintas de lectores siguiendolos, más lo que les queden, me parece un registro que está bastante bien.
Hombre, si el objetivo es que sean eternos, me parece que va a ser que no.
He estado leyendo la entrevista y la verdad es que, para mí, tiene mucha razón. Es duro admitir que el género esté acabado, pero es que lleva así desde finales de los ´80, cuando Miller y él, entre otros autores, llevaron a los superhéroes más allá. Después de eso, hemos tenido historias buenas, pero ninguna que reinvente el género.
Me parece una exageración. Es como si antes de Miller y Moore, los cómics de superhéroes fueran malos y que después de ellos fueron aún peor. Me parece un endiosamiento exagerado.
Además la reinvención de generos no es como los churros. Es algo que se da rara vez y de cuando en cuando, no cada par de años.
¿Dónde menciono ahí que sólo Miller y Moore hayan cambiado el cómic? Digo que desde los ´80, con ellos como máximo exponente, entre otros (incluiría a Gruenwald, por ejemplo), no se ha hecho nada nuevo, sólo buenas historias, pero nada nuevo.
Pues te lo habré entendido mal, pero si alguien me dice que el género está acabado desde finales de los ochenta, cuando Miller y Moore y otros autores (¿Cuántos? ¿Quiénes?) llevaron a los superhéroes más allá, pues entiendo que es un endiosamiento exagerado de Miller y Moore y de esos otros autores (entre los que no incluyo a Gruenwald, por muy bien que me cayera).
Ciñéndome exclusivamente a Marvel, creo que sí ha habido cosas nuevas y de calidad desde entonces. Marvels en los 90 me parece un buen ejemplo en este sentido: los superhéroes vistos desde la óptica de la gente de la calle es un acercamiento al género que te puede gustar o no gustar, pero no creo que se le pueda decir que no fue innovador o que no llevó el género más allá. Personajes icónicos como Thor sometiendo al mundo a una tiranía intervencionista, me pareció innovador en cuanto a que se trataba de un personaje perfectamente establecido, no un personaje de nuevo cuño, creado con esa intención o trama argumental en mente.
¿Dónde he dicho que lo que haya venido después haya sido peor? No ha sido tan bueno como el trabajo de Moore o Miller, pero no por ello han sido abortos tebeísticos (que también los ha habido).
Igualmente habré entendido mal, pero si alguien me dice que desde los ochenta el género está acabado, no creo que se esté diciendo que lo que vino después fue mejor, sino más bien peor. Obviamente, seguramente es un problema mío de entendimiento.
La reinvención puede que no ocurra cada cierto tiempo, pero la intención siempre debería estar presente, siempre estar vigente. ¿Hay en algún guionista del mainstream ese espíritu de intentar hacer algo nuevo, algo diferente? ¿Sí?
Hombre, el que la reinvención siempre deba estar presente en algo, no lo veo. Es cómo la Cura contra el Cancer: todos la tenemos siempre presente, pero de ahí a que se consiga...
En una vida ideal, habría una reinvención de todo cada X años. En la vida real, hay una reinvención exitosa de algo, cuando la hay, que puede ser tres años después de la última producida o quince siglos después de ella.
No va a existir un Albert Einstein cada 10 años, por mucho que todos tengamos presente su trabajo en todo momento.
Y no menos interesantes son los comentarios de Alan Moore, sobre todo cuando habla de los escritores fans y su incesto literario.
Estoy de acuerdo con Moore, aunque para mí incesto literario de los "escritores fans" (y de los propios fans a la hora de decidir lo que leen y lo que no) ha habido siempre.
A ver si es que nunca se ha copiado el estilo de nadie, o a ver si ahora no hay gente a la que sólo le gusta un género o un autor determinado, y sólo ese.
También es lógico que los autores no tienen motivaciones para escribir grandes cómics. No poseen los derechos de autor de su trabajo, no cobran royalties en ciertos casos y su trabajo no aparece acreditado en las adaptaciones al cine.
Seguro que hay gente que le falta motivación, está claro. Pero seguro que también hay autores que por mucha motivación que tengan, les seguirá faltando lo principal: la personalidad y las ideas.
