Me he vuelto a leer el tomo de
Daredevil: Diablo Guardián con guiones de
Kevin Smith y dibujo de
Joe Quesada. Este fue el cómic que arrancó el sello
Marvel Knights a finales del siglo pasado. Un invento que, junto a otras ideas como el
Universo Ultimate o la línea
MAX sirvió para que Marvel retomara el rumbo tras la crisis de los noventa. Nuevas ideas y nuevas líneas para que los aficionados se engancharan a los cómics.
Daredevil es uno de mis superhéroes favoritos de siempre. Lo conocí en un capítulo de la serie animada de Spiderman y me fascinaba la dualidad de abogado ciego durante el día, justiciero por la noche. Luego llegó la película, la cual me dio un poco de vergüenza ajena en su día y el coleccionable. Ese coleccionable recogía las mejores historias de DD durante los setenta y ochenta, con Miller al mando de los guiones. Después me tocó el turno con
Diablo Guardián.
Esta saga está escrita por Kevin Smith. Kevin Smith es un director de cine, que fue un fichaje muy sonado en su día para escribir comics. Después llegarían gente como Straczynski o Whedon para contar algunas de las mejores historias de superhéroes de aquella década. Buenos años aquellos. Al dibujo, el futuro jefazo de Marvel, Joe Quesada. Con un estilo que a mí siempre me ha gustado, pero que puede resultar algo cargante en algunas viñetas o splash page. Con todo, hace uno de sus mejores trabajos. De hecho, la portada de el tomo de Marvel Saga, es una de mis portadas favoritas de los cómics. Y mi favorita de todas las de DD.
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En conclusión, Kevin Smith nos da una historia que engancha bastante. Es amena, ágil y rompedora cuando hace falta. En su día, fue una lectura ideal para engancharse al cuernecitos. Hoy, lo sigue siendo.