No saquemos las cosas de contexto, el sexo siempre es un reclamo tanto para el hombre como para la mujer.
Mira, me lo has puesto a huevo:
Hoy por la mañana, tirando de Ipod, me he reencontrado con "Exile In Guyville" de Liz Phair. Es un album de 1993 en el que esta chica se dedica a repasar las relaciones que ha mantenido en su vida a través de 18 gloriosas canciones. En ese cancionero se muestra natural y desinhibida a la hora de explorar el amor, el sexo o la sensación de sentirse sóla a pesar de la compañía.
Así, nos encontramos con la múltiples caras de esta mujer: en una canción se muestra enamorada hasta las trancas y se siente acomplejada por ello; en otra tiene al hombre perfecto a su lado, pero aún así piensa que le falta algo. En otra se lamenta por sentirse mujer de una noche, y en otra afirma cómo se pasa el día fantaseando con follarse a su pareja (tampoco me voy a extender demasiado; si alguien siente curiosidad, hace tres años escribí una reseña de este disco mucho más exhaustiva -e inspirada, creo- aquí:
http://muzikalia.com/foro_leermensajes.php?ref_foro=1&ref_mensaje=12148).
El caso es que muchos, muchísimos críticos alabaron el disco situandolo entre lo mejor de su promoción y celebrando su honestidad. Pero también muchos otros pusieron a caldo a la señorita Phair, tildandola de guarra y afirmando que su falta de pudor a la hora de hablar de su sexualidad resultaba ofensivo y denigrante para la mujer. Curiosamente, los críticos a los que he leido realizar esas aseveraciones tenían como denominador común el hecho de ser tíos.
Las mujeres, por su parte, son las principales artífices de que un pequeño disco independiente se convirtiera en un éxito de ventas, señalando que habían encontrado en las canciones de Liz Phair una voz que, al fin, las mostraba sin tapujos, ni medias tintas ni intermediarios
.
(Perdón si os parece off-topic, aunque creo que no lo es tanto).
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