tampoco me molesta que usen lenguaje aparentemente excluyente, como el femenino plural para todo el mundo.
Dos puntos que me faltaron sobre esto:
En el buen ejemplo de Malkav sobre un padre con hijos e hijas, también existe el caso "Voy a pescar con mis hijos", en el que el oyente interprete que solamente irán los varones. O "mis hijos son unos brutos", en los que se entenderá casi al 100% que no se está hablando de las mujeres. Todos estos casos, tienen mucho de interpretación. Si hay 10 lingüistas en la sala, nunca estarán todos de acuerdo (sobre la ambigüedad del solo/sólo al no usar la tilde, también hay ejemplos muy buenos sobre otros casos de ambigüedad en los que sin embargo nunca se ha usado tilde, pero existen).
Y otro, ya en el uso práctico: formalmente la norma dice eso, pero en el uso no siempre se lleva a la práctica sin disonancias.
Por ejemplo, das un mitin del 8M, con aplastante asistencia femenina en un grupo de 50 personas. Dices "Estamos todas aquí", pero levantan la mano al fondo "Ah, perdona, Paco, no te había visto. Vuelvo a empezar: estamos todos aquí hoy..."
Chorra, pero es que es cierto. El género marcado desaparece cuando no hay necesidad de él (una audiencia mixta), y en grandes grupos, donde no se controla el sexo de los oyentes, resulta imposible determinar si no estamos dirigiendo a un "todas" o a un "todos". Por eso digo, que más allá de la norma escrita, en el uso diario, es una cuestión de empatía y deferencia.